Críticas

Infancia suspendida

Hijos del Sol

Otros títulos: Sun Children .

Khorshid . Majid Majidi. Irán, 2020.

El realizador iraní Majid Majidi escribe y dirige Hijos del Sol, una tierna y conmovedora historia que propone una seria reflexión sobre las severas condiciones de los niños -en su país como en tantos otros-, comúnmente explotados y forzados por sus circunstancias a ganarse la vida laborando desde pequeños, por lo que está explícitamente “dedicada a los 125 millones de niños obligados a trabajar y a quienes defienden sus derechos”.

Alí (Roohollah Zamani) es un niño de 12 años que ha tenido que ingeniárselas para conseguir dinero con el fin de ayudar a su madre que está internada en un hospital por un desequilibrio emocional. Se trata sin duda de un joven hábil, ambicioso e inteligente; con un don natural para el liderazgo, aunque mantiene todavía la inocencia de un chico de su edad que debe desenvolverse en un mundo de adultos ventajosos y abusivos como el señor Heshem (Alí Nasirian) que lo emplea para ciertos trabajos.

Como líder de su banda, compuesta por otros cuatro niños, cada uno con una problemática familiar distinta, Alí decide llevarlos a emprender la temeraria aventura de buscar un tesoro perdido, que al parecer se encuentra debajo de la escuela Hijos del sol, para lo que deben inscribirse en la misma y formar parte de su programa educativo.

Majidi (Barán, 2001; Los niños del cielo, 1997), retoma una preocupación constante en su cine: la de las complejas condiciones en las que los niños deben de crecer antes de tiempo, en medio de un entorno hostil, rodeados de corrupción y crueldad. Parte de la tradición tan arraigada ya en el cine iraní de mostrar una infancia suspendida ya sea por la pobreza o por la violencia.

Hijos del sol, fotograma

De tal forma que, el director de Las cenizas de la luz (2005) y El padre (1996), quien desde sus primeros trabajos mostró gran interés por representar la dignidad de la niñez, íntegra y vulnerable, logra en esta ocasión compaginar de modo equilibrado un claro estilo realista con otro de acción y aventura, sin dejar de lado el humor, consiguiendo así adentrarse de lleno en el universo de los niños de una forma emotiva, sumamente respetuosa y sin condescendencia; por lo tanto, los personajes infantiles son presentados como víctimas de sus circunstancias, sin embargo a pesar de esto, en ningún momento abandonan los juegos, sus ambiciones o sueños.

Sin duda, Hijos del Sol es una cinta que no solo busca entretener, pero en definitiva lo logra al mantener el ritmo dramático, la emoción y la acción a lo largo de todo el relato. Los adorables personajes infantiles consiguen conmover al público ya que están construidos con sumo cuidado. Repetidamente se abordan cuestiones como la lealtad, la amistad, la falta de recursos para la educación y la imperiosa necesidad de éstos para impulsar un futuro mejor sobre todo para los niños ya etiquetados como problemáticos.

Hijos del sol, película iraní

Los adultos por su parte, se exponen con sus fallas injustificables (aunque algunos pocos tienen buenas intenciones), con una enorme incapacidad para romper los círculos viciosos del sistema y los deterioros sociales.

Y aun cuando la situación es ya bastante complicada para unos, siempre hay otros menos favorecidos y con menos oportunidades, como el compañero y amigo de Alí, Abolfazl, un refugiado afgano, que permite al filme hacer hincapié en la problemática de la discriminación a los extranjeros y las pocas oportunidades que tienen de integrarse a la sociedad iraní aquellos que arribaron en busca de asilo.

El entorno es retratado con el realismo acostumbrado en el cine iraní -heredero del neorrealismo italiano-, con la cámara en mano moviéndose por las agitadas calles de Teherán, mostrando el movimiento imparable de sus ciudadanos, en el metro, en las avenidas, dentro del taller mecánico donde trabaja Alí. Lo distinto esta vez es el ritmo acelerado que se sostiene lo largo de la película, lo que hace que el espectador mantenga su atención en vilo en todo momento.

Hijos del sol

En la que considero como mejor secuencia del filme, se nos presenta la imagen del colegio cerrado, ya que ha sido clausurado por falta de pago. De pronto, ante el llamado del director los alumnos de distintas edades comienzan al unísono a saltar la barda, y en un trabajo sobresaliente de edición y fotografía por parte de Hassan Hassandoost (El canto de los gorriones, 2008), se nos muestran los cortes, cada vez más acelerados de las decenas de zapatos cayendo y chocando contra el piso del patio escolar; así, los vemos uno a uno o en numerosos grupos, saltar y caer mientras se genera y va en aumento la irresistible tensión dramática que hace emocionar de tal forma al espectador, que lo lleva a recordar el porqué de su amor al cine.

En definitiva Hijos del Sol es un gran trabajo de Majid Majidi, en consistencia y congruencia con el resto de su obra, comprobando de nuevo su capacidad de comprensión de la problemática de los niños, por lo que su empatía y profundo respeto hacia ellos quedan expuestos de una forma sencilla, íntima y entrañable. A la postre, crea una cinta poderosa que entretiene y divierte pero que además provoca una honda reflexión en quien la mira, porque sus personajes bien delineados, tan humanos y conmovedores, consiguen tocar el corazón del espectador.

Tráiler:

 

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Ficha técnica:

Hijos del Sol  / Sun Children (Khorshid ),  Irán, 2020.

Dirección: Majid Majidi
Duración: 99 minutos
Guion: Nima Javidi, Majid Majidi
Fotografía: Houman Behmanesh
Música: Ramin Kousha
Reparto: Roohollah Zamani, Shamila Shirzad, Ali Nassirian, Mohammad Javad Ezzati, Tannaz Tabatabayi, Safar Mohammadi, Ali Ghabeshi, Abolfazl Shirzad, Mohammad Mahdi Mousavifar, Mani Ghafouri

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