Críticas

Sumergiéndose en el absurdo

French Exit

Azazel Jacobs. Canadá, 2020.

FrenchExitCartelPara quien poco tiene o nunca ha tenido posesiones materiales es difícil imaginar la hecatombe que puede producirse en miembros pertenecientes a la alta sociedad cuando su barco se hunde. La desaparición de todo el capital que ha sostenido sus estilos de vida puede equipararse al sentimiento que debe ocasionar un naufragio sin salvavidas. Hablamos de un derrumbe material y anímico, el hundimiento en un pozo muy negro y de tal profundidad que ninguna señal lumínica se convierte en viable. Michelle Pfeiffer es Frances Price en French Exit. Una mujer madura acostumbrada al lujo, a la adoración ajena y a hacer lo que le viene en gana sin reproche posible. Es elegante, guapa, excéntrica y desprendida. Siempre ha poseído todo lo que se puede comprar con dinero y jamás ha trabajado para conseguirlo. Para ella resulta imposible siquiera imaginar una existencia de penurias económicas. Y ninguna importancia es capaz de otorgar a la posesión de un gran patrimonio quien jamás ha sudado una gota para conseguirlo. Mientras se conserve, claro. Se tiene y simplemente, la existencia de lujos y ociosidades sigue adelante. Qué más dan 10 que 20 mientras no preocupe lo que jamás ha preocupado. Pero el capital es finito si no se renueva o no se conserva evitando dispendios ininterrumpidos. Y Frances tendrá que afrontar la ruina existencial.

El director estadounidense Azazel Jacobs ha dirigido esta obra tras la realización de varios largometrajes de carácter independiente. Entre los más recientes se encuentran Momma’s Man (2008), Terri (2011) y The Lovers (2017). En esta ocasión nos encontramos ante una adaptación de la novela homónima de Patrick DeWitt, autor asimismo del guion que sustenta el filme. Y en el mismo, como ya se ha esbozado en el prólogo, seguiremos a Frances Price en su trayectoria para atravesar el charco que separa la abundancia de la sequía. Para ello contará con el apoyo de su hijo Malcolm, interpretado por Lucas Hedges, además de el de unas pocas amistades de antigua o reciente adquisición. En la trama, es importante no olvidar el destacado papel que desempeña un gato negro, el llamado Pequeño Frank, un animal que por razones que no vamos a desvelar es de compañía incómoda pero imprescindible. 

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Michelle Pfeiffer se apodera de la película con su inmensa interpretación. Moldea magnéticamente a una mujer maligna, disparatada, ácida, generosa y altiva. Lucas Hedges, en la caracterización de su hijo, no le va a la zaga en excelencias. Perfila a un joven tímido, todavía bajo las faldas de su madre y sin la formación educativa que probablemente sería deseable. Su carácter se muestra como imperturbable, de modales apáticos cualquiera que sea lo que se le ponga por delante. La comicidad que consiguen ambos actores en su relación en pantalla resulta encomiable. Pero en realidad, todas las actuaciones de French Exit nos asemejan magníficas. El conjunto de intervenciones aparecen convincentes, ya hablemos de amigas, novias, detective o médium. Parece un acierto del director el saber transmitir ese tono alucinatorio, absurdo y surrealista a todo el equipo de actores y actrices. Hasta el gato otorga intensos momentos de gloria. 

En cualquier caso, no enfrentamos a un filme que cuenta con acusados altibajos. Si bien su primera mitad se observa con avaricia y nos regodeamos con los tropezones y desvaríos que van atravesando Frances y sus acompañantes, a mitad de la película, justo en las escenas que coinciden con la estancia en París, el largometraje se estanca y parece dar vueltas sobre sí mismo sin encontrar la puerta de salida. Porque llega un momento en el que los secundarios van ocupando espacio sin tino para moverse en un apartamento comportándose cuales pollos sin cabeza. Cómo no acordarse de Luis Buñuel y El ángel exterminador (1962). Pero si en la obra del aragonés todos querían salir pero no podían, en la de Azazel Jacobs todos pueden abandonar la nave pero no quieren hacerlo. 

French Exit, fotograma

El director de French Exit ha convertido su creación en una tragicomedia que se decanta más por la faceta trágica que por la cómica. Porque nos sumerge en un hundimiento en caída libre hacia la nada, en una crisis existencial en la que no encontramos clavo al que agarrarse. Aunque se recurra a momentos alucinógenos con tintes fantásticos en los que incluso intervienen elementos del más allá, aunque duerman todos apretujados sin rechistar, aunque se organicen fiestas a desconocidos empujados por la orfandad. Estamos ante un largometraje diferente que sorprende, que atrapa y entretiene y del que queremos restar trascendencia a sus indudables desequilibrios. En particular, consigue echarnos el guante la larga elipsis que nos brinda la película en sus inicios y hubiéramos preferido que se omitiera la secuencia retrospectiva final. Y nos hemos quedado sobrecogidos con esa escena nebulosa recorriendo una calle parisina bajo la vigilancia del felino negro con su cola erizada…Merece ser recordada como una de las mejores que ha sabido captar la magia y llegar a lo más emocionante que puede ofrecer este arte. 

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Insistimos, estamos ante una obra muy valiosa. Les recomendamos que se olviden de colocar piezas o buscar respuestas y que se lancen a disfrutarla sin paracaídas. Además, cuenta con una gran ambientación  y una cuidadosa puesta en escena. Nueva York, París y como entremés, la recreación de la vida en un trasatlántico en el que parece, aquí también, que la cordura se ha detenido para dar paso a la chaladura colectiva.  La película, por otra parte, nos ha recordado, en lo que atañe a la desolación de una mujer cuando pierde el sustento económico que la fortalecía, a la película Blue Jasmine de Woody Allen (2013). En esta, será también una mujer rica y glamurosa de la alta sociedad neoyorquina la que deberá enfrentarse a una situación crítica muy semejante a la de Frances. 

En realidad, si bien a primera vista parece que la mayoría de los personajes de French Exit son seres que están traspasando los límites de la estabilidad mental, en verdad, lo que consigue verse a poco que se profundice es a unas personas sumidas en la más profunda soledad. Son seres que logran movilizarse por la búsqueda de compañía, de apoyo, de solidaridad. Y no importa la mayor o menor trascendencia que contengan los asuntos con los que se trajinen. Lo que ciertamente importa es poder contar con la colaboración de otros y otras, con su calidez. Aunque estén también perdidos. Y porqué no, igualmente observamos dignidad, orgullo y coraje. Tanto en ricos como en pobres. Acepten o no el absurdo de la existencia, como haría Albert Camus. Sus opciones están ahí: escojan. 

   

Tráiler: 

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Ficha técnica:

French Exit ,  Canadá, 2020.

Dirección: Azazel Jacobs
Duración: 113 minutos
Guion: Patrick Dewitt. Novela: Patrick Dewitt
Producción: Coproducción Canadá-Reino Unido; Elevation Pictures, Screen Siren Pictures, Sony Pictures Entertainment (SPE)
Fotografía: Tobias Datum
Música: Nick deWitt
Reparto: Michelle Pfeiffer, Lucas Hedges, Tracy Letts, Valerie Mahaffey, Imogen Poots, Susan Coyne, Danielle Macdonald, Isaach de Bankole

20 respuestas a «French Exit»

  1. Sugiero no hacerle caso a Pilar.
    La película es un bodrio que no va a ningún lado.
    Los personajes son infumables y sin ninguna justificación.
    Es aburrida porque lo que plantea la primer escena es lo que sigue en toda la película.
    Realmente no se si cambia al final porque no terminé de verla.
    Amo a Pfiffer….. pero.. es una peli fallida

  2. Me gustó.
    Muestra la desesperación del. Ser humano por vivir en grupo en compañía.
    Más allá del dinero
    La necesidad de la charla jugar.
    Evitar la soledad

  3. Meterse en la cabeza de James Dean, marylin, Bob Marley, Elvis Presley etc. Ser ellos y querer morir. Tenerlo todo y asquearte todo. Vimos sus muertes, pero no lo que sentían y porque la buscaron. Existen películas para verlas, otras para sentirlas y hacer un esfuerzo extra más allá de nuestro conocimiento. Esta es una de ellas.
    Resaltó de la misma el cabreo normal que sientes al ver el dineral que desperdicia sin importarle nada. Mientras uno piensa los años que podría vivir con esos fajos de billetes de 100€, e intentas que lo logré, ella acelera su bancarrota con algo que se escapa al entendimiento de los mortales. Es una película incómoda, se escapa del paradigma clásico. Que vivimos todos. Esta por encima de la lógica y eso molesta. Pero es muy interesante. Igual un psicólogo podría ayudar a entender la mente de la protagonista. La Michell, cojonuda. El hijo, una ameba muy bien interpretada. Te deja… Pensando.

  4. PÉSIMA!!!! Buena a mi juicio los trabajos actorales, pero un guión demasiado absurdo y totalmente ABURRIDA. Un desperdicio de elenco y producción…

  5. No es una película para espectadores superficiales. A mí me pareció buena, y creo que tiene detalles que tienen que observarse para percibir la profundidad, la cualidad existencial en las circunstancias de la historia. Por ejemplo la tragedia en los gestos de Medeleine en su última aparición, creo que le da un sentido definitivo. Si te gustan películas con un reguero de balas, golpes a granel o personajes disfrazados de otra persona, los detalles pasan desapercibidos, no verás su encanto. ¡Saludos!

  6. En una película,a veces te atrapa algo que no sabés que es,es la imagen,el clima,el movimiento y la imagen de los presonajes que te hacen seguir mirando que pasa con todo eso que ves y escuchas.Me pasó esto con The French Exit,simplemente me dejé fluir con los personajes y su devenir,y me encantó. Las fuertes crisis en la vida,suelen generarse con grandes pérdidas,algo que se te escapó y que hace temblar la estructura de todo lo que te contenía,no siempre eso que se te escapa es una fortuna,será por eso que pude empatizar con esta mujer y su hijo,acompañandose en la desgracia,y todas esas personas q suelen aparecer cuando a nadie mas le importas

  7. Es una película absurda, como la vida. Los que somos de la tercera edad lo entendemos, por eso me gustó. No es para los jovencitos.

      1. Tengo 18 y me encantó incluso lloré , no pienso que tenga que ver la edad , si no la madurez y los problemas que hemos pasado en la vida , para entenderla

    1. Totalmente de acuerdo. Además que frecuentemente aparece un humor sutil de profunda ironía, que es para quienes tienen oidos para escuchar y ojos para ver.

  8. Acabo de verla y no me parece mala. Sí es un poco lenta, pero ¿Qué más esperan de una mujer sín ánimos de vivir porque ve que se le acaba el dinero y no sabe hacer nada?
    Los personajes secundarios están ahí porque son esa parte de la vida que ella no supo construir cuando tuvo dinero. Ellos están ahí por ella, no por el dinero; están ahí porque también son personas solitarias que forman un grupo heterogéneo que representa todas aquellas personas a quienes juzgamos como «extrañas», pero que son quienes enriquecen la vida por esas diferencias.
    Tal vez la protagonista no piensa en el futuro económico de su hijo, pero piensa en algo mucho más valioso y es la compañía de personas especiales por sus excentricidades, que lo amen por lo que él es, no por su dinero o posición social, como es la imagen del nuevo prometido de la novia.
    Frank es, como Frances lo describe, «un analfabeta emocional», pero está con ella hasta el final; es por esto que ella se siente tan sola y aun más desmotivada cuando se aleja de su lado, aunque se esconde debajo de un banco en el parque al frente del apartamento; él no se va nunca de su lado, hasta la ultima toma va con ella.
    A mí me parece una buena historia, muy diciente sobre cómo construimos nuestra vida sin pensar en cuando seremos mayores y volteemos a ver y estemos solos. Muy bien lo dice la amiga, en esa edad necesitamos un amor, pero no como el de cuando teníamos 20, sino uno que sea compañía y que nos dé libertad y apoyo sin pedirlo.

  9. Me encantó, tan pegado al cine europeo, realmente muy bueno, hasta el gato, ese final me dejo con querer saber más; esos perfiles, las psiquis <3

  10. Película inquietante, extraña, tiene la densidad de la buena literatura, no es para entenderla sino para «convivirla»… no creo que la gente joven la pueda apreciar.

  11. El absurdo de la película es simplemente exquisito, el vestuario, la fotografía y la construcción de los personajes son deliciosos también. Es una película que indudablemente te invita a pensar, soy joven pero ni creo que goza de mucha popularidad en la gente joven. Es una película que siento que podría llegar a incomodar, porque fuera de lo sobrenatural tiene mucho que se podría asemejar a nuestro pensar y hacer.

  12. Me gustó. Hermosa producción. Michelle Pfiffer, divina como siempre. Veo un grupo de gente perdida, que busca dar un sentido a la vida, como los discipulos de Jesús, como los planetas alrededor del sol, girando alrededor de la glamorosa, famosa, rica, hermosa, magnética Michelle. A ella le fascina que la adoren y los mantiene allí, terminándolos de despojar, inmisirecorde, de sus propias vidas. Quiere que la adoren día y noche, sin importarle cómo destruyen su vida para seguirla. El caso más patético es el del hijo, que no elige seguirla, pero a quien ella despoja de toda independencia al sacarlo de la escuela y ponerlo de perrito faldero. El brillo mortal de la gente egoista y magnética.

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