Críticas

¿Mujer? Bruja

Akelarre

Akelarre. Pablo Agüero. España, 2020.

Akelarre_cartelNavarra y País Vasco son dos comunidades autónomas españolas conocidas por poseer su propia mitología y por la brujería oculta entre sus callejuelas y sus bosques… desde hace más de 400 años. De hecho, el popular filme Las brujas de Zugarramurdi (2013) de Álex de la Iglesia y la exitosa Trilogía del Baztán (2014) de Dolores Redondo -que fue adaptada cinematográficamente por Fernando González Molina y se encuentra disponible en Netflix- giran entorno a este fenómeno.

La caza de brujas, aunque con origen antiguo, tuvo su auge en los inicios del siglo XVII y condujo a España a una época muy oscura, sobre todo para la figura social de la mujer. La Inquisición les acusaba de brujería sin motivo alguno, ya que en realidad las situaciones  en las que se involucraban eran de lo más común en jóvenes de aquellas tierras: danzas tradicionales, canciones en euskera (el idioma vasco) y excursiones por el bosque. 

Y esta cuestión es la que ha querido denunciar el argentino Pablo Agüero en Akelarre, su quinto largometraje, una coproducción entre Argentina, España y Francia con un equipo prácticamente vasco. Es autor de las películas impresionistas Salamandra (2008) y 77 Doronship (2011), de Eva no duerme (2015) y de los documentales Madre de los dioses (2015) y A son of man (2019). 

Agüero obtuvo la inspiración para esta película en un episodio del libro Tratado de la inconstancia de los malos ángeles y demonios (1612), escrito por el juez Pierre de Lancre. Este fue el inquisidor más conocido que recorrió el País Vasco de punta a punta, aldea por aldea, interrogando a sus ciudadanos y condenando a mujeres a la hoguera por brujería. 

Asimismo, Akelarre se ambienta en una aldea pesquera del País Vasco en 1609. El juez inquisidor Rostegui (Àlex Brendemühl), bajo las órdenes del Rey, acusa de brujería a seis jóvenes amigas. Las tortura y las martiriza para que le expliquen cómo funciona el “sabbat”, una ceremonia en la que las brujas invocan a Lucifer. Y aunque cree haber atinado el momento preciso para arrestarlas, cuando los hombres han zarpado al mar y las mujeres se han quedado solas en las villas, desconoce lo que la inteligencia femenina puede llegar a alcanzar: las jóvenes urden un plan para engañarle; y no les hacen falta los  hombres. 

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Agüero al exponer lo injusto, lo inmoral, lo indecente… aquello que no se debe hacer, nos está mostrando lo que sí debemos realizar, lo que tenemos que impedir que se repita y por lo que tenemos que luchar. Y es que es innegable la visión feminista de la obra. Ha sabido dar la vuelta a la tortilla: de aquello que era un escrito de un inquisidor ha obtenido una sátira en contra del la ignorancia del clericalismo y del patriarcado. Se tiene miedo a la libertad de las mujeres, por eso las controlan, las someten y las limitan. Y no solamente cuatro siglos atrás, sino que también es un reflejo de la situación actual. 

Una película con este fondo ya debería ser sorprendente, ¿verdad? Pues, además, Akelarre ha destacado por los aspectos técnicos y artísticos: ha ganado los Premio Goya a Música Original, Dirección Artística, Efectos Especiales, Diseño de Vestuario y Maquillaje y Peluquería. No cabe duda de que es una gran obra completa. ¡Bravo!

La trama es sencilla, al igual que la narrativa. No optan por giros dramáticos sorprendentes que despisten al espectador o por saltos temporales. Prefieren dejar de lado la acción y centrarse en la palabra, en el diálogo, para expresar la idea. Akelarre es una película intimista. Pero inquietante e incómoda. Y esto es posible gracias a la forma que adopta la segunda mitad del metraje. 

Por una parte, Maite Arroitajauregi -conocida como Mursego- y Aránzazu Calleja son las responsables de que el tratamiento sonoro haya obtenido gloriosamente la importancia que requería en la historia. Es impresionante toda la banda sonora, tanto la música, como las canciones, y lo que logran crear; una atmósfera mágica e inmersiva que convierte al filme en único. Sed conscientes de que aunque no sepáis nada de euskera, acabará la película y seguiréis con la melodía en la cabeza, “ez dugu nahi beste berorik zure muxuen sua baino” (“no queremos otro calor que el fuego de tus besos”). 

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De hecho, un dato curioso es que un poco más de la mitad de la película es en euskera ¡y el director desconocía este idioma! 

A raíz de esto se puede deducir que, gracias a esta producción, aparte de poder haber aprendido algunas palabras -o quizás hasta frases- en dicha lengua tan complicada, Agüero ha descubierto talentos anteriormente ocultos; ha dado en el clavo con el reparto de actrices noveles. Aunque las seis están desbordantes, es necesario destacar el trabajo de Amaia Aberasturi (Ana, la líder del grupo) porque sus dotes interpretativos te atrapan y la intensidad de su mirada te acaba por hipnotizar; la frescura y espontaneidad de Irati Saez de Urabain (Olaia); y la credibilidad, potencia y dominio del ya conocido Àlex Brendemühl (el juez inquisidor Rostegui). 

Y por otra parte, al igual que la segunda mitad del relato da paso a un cambio sonoro, sucede lo mismo en el tratamiento visual. Mikel Serrano es el director de arte -también lo fue en Ventajas de viajar en tren (Javier Gullón, 2019)- y ha mostrado un poderoso dominio visual. Va de la mano con el director de fotografía Javier Agirre -quien trabajó en Handia (Jon Garaño y Aitor Arregi Galdos, 2017) y La trinchera infinita (Jon GarañoJose Mari Goenaga.y Aitor Arregi Galdos, 2019)-, gracias a la increíble iluminación natural, a los movimientos de cámara y a los encuadres tan característicos -cercanos a los personajes y contrapicados casi nadir-. ¡Qué imágenes tan preciosas!

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Akelarre es un relato sobre caza de brujas diferente a sus predecesoras. Le enriquece el folklore, los exteriores, el simbolismo, la ironía. Es una historia esperanzadora, llena de luz, en una época sombría y turbia. Es un cine distinto y original. Gracias. 

 

Tráiler

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Ficha técnica:

Akelarre (Akelarre),  España, 2020.

Dirección: Pablo Agüero
Duración: 90 minutos
Guion: Pablo Agüero, Katell Guillou
Producción: Co-production España-Argentina-Francia; Sorgin Films, Tita Productions, Kowalski Films, Lamia Producciones, La Fidèle Production
Fotografía: Javier Agirre Erauso
Música: Maite Arrotajauregi, Aránzazu Calleja
Reparto: Amaia Aberasturi, Àlex Brendemühl, Daniel Fanego, Jone Laspiur, Daniel Chamorro, Iñigo de la Iglesia, Yune Nogueiras, Elena Uriz, Asier Oruesagasti, Garazi Urkola, Irati Saez de Urabain, Lorea Ibarra

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