Críticas

Las poéticas crecientes musicales

Leyenda viva, el alma de un pueblo

Martín Nova Estrada. Colombia, 2022.

Cartel de la película Leyenda vivaTengo la fortuna de vivir en Colombia, una tierra tropical inundada de paisajes, habitada por razas que se han mezclado en vibrante mestizaje, llena de aires musicales y de tradiciones de juglares y cantantes. Ya de niño escuchaba a mi madre cantando con frecuencia para distraer las cotidianas dificultades y alegrar la vida. A veces yo lloraba, quizás celoso de su energía desbordante, pero rápidamente empecé a gustar la música, esa que nunca ha dejado de ser parte de mi vida y que en este mismo momento escucho mientras escribo esta crónica de cine sobre un extraordinario documental que describe con lujo de detalles la historia del vallenato. Ese ritmo, esos cantos y esos versos sentidos de la zona cercana al caribe seco de la Guajira y del Cesar, en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta y de la Serranía de Perijá, que luego se volvieron música nacional e internacional, en un espacio de tiempo muy corto.

Esta es una historia bastante contemporánea, lo cual ha permitido que haya quedado registrada en numerosas entrevistas, documentos, grabaciones y filmaciones. Muchos de los más famosos personajes que la crearon popularmente están todavía vivos y pueden narrar la forma en que se inventaron sus canciones y en que armaron la música y compartir los sentimientos que se desbordaron en poéticos cantos.

Leyenda viva, el alma de un pueblo

No puedo dejar de compartir con ustedes una de esas torrenciales avenidas, que se convirtieron en música del alma para tantos enamorados, compuesta por Hernando José Marín Lacouture, hecha famosa por el mítico Rafael Orozco y el Binomio de Oro, apropiadamente titulada La Creciente. Ella simboliza muy bien lo que ha sido el paso de esta corriente musical en la vida nacional.

Un grande nubarrón se alza en el cielo
ya se aproxima una fuerte tormenta
ya llega la mujer que yo más quiero
por la que me desespero y hasta pierdo la cabeza 

Y así como en invierno un aguacero
lloran mis ojos como las tinieblas
y así como crecen los arroyuelos
se crece también la sangre en mis venas 

El mar sereno se vuelve violento
parece una gigante mareada
ya crece la alegría en mi pensamiento
como el despertar de un sueño porque vi mi prenda amada 

Ya se alborota mi pecho latiendo
como el repiquetear de una campana
ya se hizo la luz en mi pensamiento
como sombras de luces declinadas 

Los ríos se desbordan por la creciente
sus aguas corren desenfrenadas
y al verte yo no puedo detenerme
soy como un loco que duerme y al momento despertara  

Y así como las nubes se detienen
y después de un vendaval viene la calma
a todo río le pasa la creciente
menos a la mujer que llevo en mi alma 

Como narra la cinta, todo nació de una pléyade de juglares, de poetas cantores, de profunda pero espontánea capacidad expresiva, que se reunían en las denominadas parrandas a cantar sus canciones en pequeños grupos que los escuchaban, como corresponde a todo canto apasionado, con admiración, encanto y arrobo. Es notable que hayan quedado bastantes registros de esos momentos musicales, y la película cubre algunos de ellos, muy icónicos, detalladamente, dejando que los gestos de los cantantes y sus expresiones logren el merecido protagonismo para que los espectadores puedan acercarse y degustar. Por alguna razón, se emocionaron también las musas y los mecenas y poco a poco se fue creando toda una corriente folclórica, asociada en parte con la creación de un nuevo departamento (provincia) en Colombia, el Cesar y su capital Valledupar, de tal manera que se armó todo un tinglado con festival anual, reyes del vallenato y una incesante corriente de compositores, músicos, arreglistas y orquestas. No faltó la inquietante presencia de las mafias del narcotráfico, y la inevitable influencia de la fama y del enriquecimiento súbito de los artistas famosos; pero al final, me parece, fueron vencidas tales perturbaciones por la música, por su calidad, por ese ritmo embriagador y por esos cantos llenos de poesía. Parodiando la canción que les he compartido:

“Y así como las nubes se detienen, y después de un vendaval viene la calma, a todo río le pasa la creciente…y sigue viva la música, leyenda viva, como una mujer que se lleva en el alma”

Como narra el documental, esta leyenda viva, como corresponde a todo género musical valioso, se ha ido fusionando y desarrollando, sin perder realmente su esencia, la cual podríamos resumir en los siguientes aspectos que claramente se resaltan en el documental: La poesía y el tono pausado y rítmico, lleno de contrastes y acentos; la narración y la historia latente en cada canción, que en realidad es un pequeño trozo de magia narrativa; el uso del acordeón, instrumento europeo que fue asumido regionalmente con profunda sensibilidad, calidad y respeto, volviéndose manifestación y orgullo propio; la posibilidad dual de escuchar y de danzar, con ambos elementos enteramente potentes y sentidos por los oyentes y por los que se deslizan sin alardes gimnásticos, en sintonías que el cuerpo sigue con facilidad, como paseando o caminando movidos por reminiscencias musicales que vienen también desde las entrañas; las percusiones que acompañan sin ser intrusivas o ruidosas y un cierto orgullo de que todos los presentes son parte de una leyenda que vive; además, la presencia notable de la mujer, que ha hecho aportes esenciales a un arte que era muy masculino en sus inicios.

Leyenda viva, fotograma

Remato con otro de esos cantos mágicos, la leyenda de Matilde Lina y el poema vallenato que su esposo Leandro Díaz dejó para nosotros y que ella comenta, entre orgullosa y modesta en el documental:

Un mediodía que estuve pensando en la mujer que me hacía soñar, las aguas claras del Río Tocaimo me dieron fuerzas para cantar. Llegó de pronto a mi pensamiento esa bella melodía, y como nada tenía, la aproveché en el momento…y era que estaba en el río, pensando en Matilde Lina… Este sentimiento se hizo más grande, que palpitaba mi corazón. El bello canto de los turpiales me acompañaba esta canción. Canción del alma, canción querida, que para mí fue sublime. Al recordarte Matilde, sentí temor por mi vida… que en la sabana vive una hembra muy popular, es elegante, todos la admiran, en su tierra tiene fama. Cuando Matilde camina, hasta sonríe la Sabana”

Trailer:

Comparte este contenido:

Ficha técnica:

Leyenda viva, el alma de un pueblo ,  Colombia, 2022.

Dirección: Martín Nova Estrada
Duración: 113 minutos
Guion: Martín Nova Estrada
Producción: Andrés Ovalle, Diego Vélez, Martí Nova. Memu(a) Films, Lanterna Pictures, Codiscos Films
Fotografía: Omar Gutiérrez
Música: Sergio Luis Rodríguez
Reparto: Se trata de un documental, con intervenciones de artistas y personajes relacionados con el folclor y el vallenato como: Carlos Vives, Fonseca, Náfer Durán, Beto Murgas, Ivo Díaz, Deimer Marín, Julio Oñate, Sergio Moya, Tomás Darío Gutiérrez, Rosendo Romero, Chabuco, Matilde Lina, Santander Durán Escalona, Andrés 'El Turco' Gil

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.