Historia de un crimen: Mauricio Leal

El 22 de noviembre de 2021, fueron encontrados los cuerpos sin vida de Mauricio Leal y de su madre, Marleny Hernández, en un apartamento en La Calera, a las afueras de Bogotá. La teoría era que él había matado a su mamá con un cuchillo y se habría suicidado minutos después, por lo que dejó una supuesta nota donde pedía perdón y le dejaba toda su herencia a su hermano Jhonier, un hombre con problemas económicos y que envidaba a Mauricio por su éxito laboral, ya que él era un reconocido estilista con una larga lista de clientes de la farándula colombiana. Así no sean expertos en criminalística ni detectives, ¿no les muy parecería sospechosa toda la situación? Por puro sentido común, digo yo. Entonces, ¿qué necesidad hay de hacer una película acerca de esto?

Pues Historia de un crimen: Mauricio Leal (Jacques Toulemonde, 2023) recrea este asesinato, poniendo a la detective Rebeca (Juana del Río) a encontrar al culpable en solo veinte días. Al partir de una historia sin mucha “carne”, como dirían algunos expertos, el trabajo del escritor sería rellenar esos espacios con algo interesante, que le diera la tensión necesaria y la emoción que requiere una película de true crime, o basada en crímenes reales. Pero de eso, no hay nada. La cinta no aporta nada nuevo a la historia ya conocida y crea una trama de ficción poco creíble o interesante.

La película empieza con la muerte de Mauricio, y Johnier (Johan Velandia), su hermano, es el principal sospechoso, quien se enreda en sus declaraciones y cambia su testimonio. La detective, por su parte, tiene el tiempo contado y problemas familiares (lo que solo se ve en una escena), con un marido violento que literalmente le resuelve el caso y resume la película en un diálogo: “Yo a usted le tengo mucha envidia, pero no por eso la voy a matar”. Rebeca es un personaje poco desarrollado y lleno de clichés, entregada a su trabajo y ausente en casa, que tiene la gran oportunidad de destacarse si descubre quién asesinó a Leal. Los demás personajes son casi irrelevantes e innecesarios, los flashbacks que muestran a Mauricio y su relación con Johnier son postizos y poco efectivos, no aportan nada al misterio de la historia. Y los diálogos son inverosímiles y expositivos.

Y ese es el problema principal. Es un guion lento, predecible, lleno de frases poco creíbles para personajes débiles, que saben más de lo que deberían y no tienen herramientas para deducir sus conclusiones, que parecen salidas de la manga como un As escondido. Además, buscan condensar los mensajes de la historia en diálogos forzados que sobreexplican las situaciones. La única línea medio interesante de la cinta es la de la detective Rebeca, quien tenía que salvar la historia y es un reflejo del machismo todavía existente en Colombia, pero termina decepcionando, al final, con un diálogo que vuelve a explicar lo que ya nos han repetido hasta el cansancio.

Quizás la lentitud de la historia sea un reflejo del sistema de justicia colombiano, que sí funcionó porque Mauricio Leal era «el peluquero de los famosos», y sus amigas, actrices y modelos no dejaron desaparecer el tema hasta que se finalmente se resolvió. El crimen fue muy obvio desde el comienzo, las revelaciones del asesino que salían en las noticias dejaban ver su mentira, y no había ninguna sorpresa para los que seguimos las noticias de la época.

Era imposible no conocer la historia, estaba en TODOS lados, quizás por lo ridículo de la muerte y sus circunstancias. Pero hay una GRAN cantidad de crímenes sin resolver en la historia de Colombia (como el de los ocho desaparecidos del Palacio de Justicia de hace casi cuarenta años, por nombrar un ejemplo) que no solo podrían ser mejores productos audiovisuales, además merecen la atención de la justicia colombiana y una respuesta.

Juana Del Río no es mala actriz, pero acá su pasividad es desesperante, su intento de ser un detective cae en el cliché de serie barata. Los hermanos Leal, incluyendo el que está en la cárcel, no inspiran absolutamente nada, los tres son personajes planos, aburridos y predecibles. Y de los demás, mejor ni hablar. Solo se salva Ernesto Benjumea, uno de los más experimentados en el reparto, que sí trata de proponer algo interesante con los diálogos mediocres que le han correspondido.

Por la parte técnica, la cosa tampoco mejora. Todo gira alrededor del cliché que se ha creado en las cintas de este mismo género, pero los planos generales en abundancia que decidieron utilizar no le aportan nada al supuesto suspenso que quieren plantear. Se nota tanto la falta de historia que hasta se rellenan escenas y silencios con clips reales de los noticieros del país acerca del crimen real. No hay nada que despierte un poco de interés como para seguirla viendo, y sin embargo, llegué hasta el final para escribir esta crítica.

Es doloroso ver tanto cliché junto en una sola hora. ¿Qué necesidad de gastar esa cantidad de dinero para hacer esto? ¿Por qué no dejar la memoria de Mauricio Leal tranquila? Pues, según Juana del Río, el propósito de hacer esta cinta era demostrar su “admiración” por Leal, celebrar su vida y hacer un homenaje. Yo no entiendo esas palabras. El personaje de Mauricio es el que MENOS sale en pantalla, todo gira alrededor de su asesino, tanto, que es la imagen de los afiches publicitarios de la historia. Parece que ni el realizador ni los involucrados tenían claro por qué estaban haciendo este despropósito.

Más preocupante aún, ¿cuál es el criterio para elegir estas historias y convertirlas en televisión? ¿Qué pasa con las historias que realmente han sacudido al país y han cambiado la historia? Y no me refiero a Escobar, porque Colombia no es sinónimo de aquel “capo de capos” que tanto daño le ha hecho a la reputación de todos sus compatriotas. ¿Nos hemos quedado sin historias que valgan la pena? ¿O es que los libretistas son los mismos de siempre, que cuentan lo que ellos quieren? ¿Ese es el futuro de la industria audiovisual colombiana que se exporta al mundo entero? A Netflix le importa tan poco este proyecto que ni siquiera hay un tráiler en la página oficial.

Tráiler: