Críticas

El ascetismo estético

Thérèse

Alain Cavalier. Francia, 1986.

ThereseConsiderado hoy, como un autor inclasificable, Alain Cavalier (1931) empezó su carrera como asistente de Louis Malle en dos de sus trabajos más representativos Ascensor para el cadalso (Ascenseur pour l’echafaud, 1957) y Los amantes (Les amants, 1959). Durante la década de los sesenta sus primeras películas tenían todas las características de las formas más convencionales de realización, un guión estructurado, cámaras y equipo de producción profesionales, intérpretes reconocidos, que dieron como resultado trabajos destacados: Combate en la isla (Le combat dans l’ile,1962 ) con Jean Louis Trintignant y Romy Scheneider y El Insumiso (L’insoumis, 1964) con Alain Delon y Lea Masari, son de los primeros films en los que el realizador aborda el problema de la  guerra de Argelia de una manera frontal; en1968 con una adaptación de la novela homónima de Françoise Sagan, el autor realizó La Chamade con Catherine Deneuve y Michel Piccoli; productos fílmicos que le hicieron ganar importante prestigio dentro la cinematografía francesa.

EL ASCETISMO ESTÉTICO Sin embargo, a partir de 1979 con Martin y Léa, Cavalier empieza a moverse inversamente, alejándose de las narraciones ficticias de sus inicios y de todo aquello que cinematográficamente tenga el aspecto de un modo de producción convencional, sus trabajos tienen ahora una índole meramente personal, resueltos a pequeña escala, con una cámara de mano, y son un ejemplo de que la mejor manera de capturar los aspectos esenciales de la vida está precisamente en los detalles. De esta afirmación su actual filmografía es un magnífico ejemplo.

Thérèse, (1986) marca la etapa capital del realizador, llegando a ser  la película más reconocida y unánimemente elogiada por crítica y público, en su momento se hizo acreedora a seis premios Cesar de la Academia Francesa en 1987 y al Gran Premio del Jurado del Festival de Cannes en 1986.

Thérèse un amplio estudio del impulso religioso como una forma sublimada de sexualidadCavalier filma un estilizado retrato de Thérèse Martin (1873-1897) de la orden de las Monjas Carmelitas,  posteriormente canonizada como Santa Teresa de Lisieux (1925), que deviene una extraordinaria obra maestra, una inusual forma de reflexión sobre el sentido de la espiritualidad y no sobre la religión como era de esperarse. Una película acerca de la vida de una mujer en un mundo donde el silencio, la obediencia  y la  introspección son la regla.

Lo más paradójico es que este retrato es un film laico, apoyado más en la antropología que en la psicología, que por medio de cosas  simples, distintos aspectos de la vida cotidiana, tienen la capacidad de sugerir un profundo sentido de lo sacro; la  religiosidad  vivida como energía propia del amor. La pureza y la simplicidad de la vida de la santa son vehículos de belleza y transparencia en las manos del director.

un tributo a Rembrandt, Caravaggio, y el GrecoCavalier presenta en Thérèse un amplio estudio del impulso religioso como una forma sublimada de sexualidad, su maravilloso film ilumina en tonos  terracotas y tierras (un tributo a Rembrandt, Caravaggio y el Greco) el retrato de la adolescente Thérèse Martin, y a través de una serie de viñetas, fotografiadas de una manera exquisita por Phillippe Rousselot, muestra como la novicia se adapta al ritmo y a la vida del convento – las prolongadas oraciones, los largos periodos de silencio, las mortificaciones de la carne, el gozo y la humillación de la vida comunitaria, el despertar sexual y las excentricidades de algunas de las monjas-. Enfatiza los lazos de hermandad y los asemeja a una condición, a un estado que incluye susurros, sometimiento, intrigas, pequeñas conspiraciones, celos. Las tomas austeras  muestran siempre a las monjas carmelitas en grupos de dos o tres, hay abundantes primerísimos planos de manos, ya sea en el trabajo, o de manos que se encierran dentro de otras manos.

las prolongadas oraciones, los largos periodos de silencio, las mortificaciones de la carne, el gozo y la humillación de la vida comunitaria, el despertar sexual y las excentricidades de algunas de las monjasEl film minimalista, con fuertes influencias de Bresson y de Dreyer, captura los breves retratos de la vida monacal en espacios vacíos, carentes de ventanas, como si el exterior no existiera, una manera de captar una atmósfera vedada a las mayorías, restringida únicamente a unos cuantos claustros que, pese a sus limitaciones espaciales, guardan hermosos y terribles momentos.

La puesta en escena,  construida como un gran muro desnudo, delante del cual los mínimos objetos permiten únicamente ubicar la situación, la ausencia de música y de fuertes sonidos, con la excepción de los cantos de las monjas, los escasos diálogos que son susurrados y una serie de planos-viñetas ligados a través de fundidos a negro tienen la capacidad de sugerir un universo lleno de sentimientos  y emociones que dan al conjunto de la obra una fuerza poco común. No se trata de una reconstrucción histórico-realista, sino de una suerte de ficción biográfica, una curiosa mezcla entre ficción y documental, nutrida por las propias vivencias del autor y la historia de una joven que entra al convento buscando algo que  encuentra  pero también  halla su propia muerte.

El film minimalista, con fuertes influencias de Bresson y de DreyerLa principal virtud de la película es que utiliza el tono preciso para distender en sorprendentes imágenes una vida ordinaria, sin hacerla parecer aislada, que contrasta profundamente con las espectaculares formas de vivir a las que se opone. La riqueza de la austeridad y de lo auténtico.

Respetuoso en todo momento de los silencios que envuelven la atmósfera en los monasterios, las tomas dan la impresión de ser enormes frescos en los que la representación no rebasa la interpretación. Con un magistral manejo de las elipsis, Cavalier muestra en más de  cuatrocientos  planos la vida de Thérèse; en momento alguno, en familia o en el convento, se tiene la impresión de estar frente a decorados o artificios, sino en presencia de un ojo capaz de revelar la esencia de la verdadera humanidad. Hay varias versiones cinematográficas acerca de la religiosa carmelita, entre todas, la Thérèse de Alain Cavalier es, sin duda, la más original.

Tráiler:

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Ficha técnica:

Thérèse ,  Francia, 1986.

Dirección: Alain Cavalier
Guion: Camille de Casablanca, Alain Cavalier
Fotografía: Philippe Rousellot
Reparto: Catherine Mouchet, Hélène Alexandridis, Aurore Prieto, Clémence Massart-Weit, Sylvie Habault, Nathalie Bernart, Mona Heftre, Beatrice De Vigan, Jean Pélégri, Pierre Baillot

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