Críticas

Destinos cruzados

Las tres muertes de Marisela Escobedo

Carlos Pérez Osorio. México, 2020.

El destino es, a veces, un cruce de caminos. Un instante efímero en el que sucede algo que cambia nuestras vidas para siempre, sin que podamos echar marcha atrás. No se decide, pero tampoco se puede hacer nada por evitarlo. El destino es lo que hizo que la familia Fraile Escobar se topara con Sergio Rafael Barraza un día en Ciudad Juárez, municipio fronterizo en el norte de México, donde la impunidad campa a sus anchas.

El hermoso título que el mexicano Carlos Pérez Osorio da a su película, Las tres muertes de Marisela Escobedo, parece remitirnos a una historia emparentada con el realismo mágico en la que la ficción nos trasportará a un mundo irreal donde  abandonarnos mientras dure el film. Pero esto es sólo una falsa percepción. Pérez Osorio no nos lleva a ningún paraíso imaginado, sino que a través de un documental nos confronta con la dura realidad de un país, México, donde mueren 10 mujeres al día y el 97% de los feminicidios quedan impunes.

Así, Las tres muertes de Marisela Escobedo narra la vida de una mujer de gran fortaleza, madre y trabajadora, que perdió a su hija, asesinada, y que luchó mientras pudo para que esa muerte no pasara a ser una estadística más de las que engrosan las cifras que tristemente nos deja la violencia.

Carlos Pérez Osorio aborda todo lo sucedido con una narrativa lineal, directa, sin subterfugios ni retóricas que la alejen de lo que es: el relato de la muerte injusta de dos mujeres en una misma familia. Somos, como espectadores, los testigos de una tragedia que será contada paso a paso, con hechos y con testimonios, sin la necesidad de ninguna imagen de violencia gratuita que convierta en nota roja lo acontecido, y en donde se pondrá de manifiesto la ineficacia de un sistema judicial entorpecido por su propia burocracia y por la corrupción que ha contaminado hasta sus raíces más profundas.

Además del riguroso trabajo de investigación, en el que se aportan numerosos testimonios e imágenes de archivo, una de las virtudes de la película es el gran sentido estético que acompaña a las imágenes, pese a tratarse de un documental. No importa que sea una bonita toma aérea de la ciudad de Juárez, del desierto, o que se trate de un plano de alguna de las entrevistas realizadas a las personas que vivieron en primera línea la angustiosa historia o conocieron a Marisela;  siempre el resultado guarda un cuidadoso gusto por el encuadre, el detalle y la armonía, que eleva el nivel de un proyecto ya de por sí grande en lo que se refiere a su contendido de denuncia.

Si el destino no se hubiera cruzado, si Sergio Barraza nunca hubiese entrado a pedir trabajo a la tienda de muebles de Marisela, seguramente ella y su hija Rubí seguirían vivas y nuestras retinas nunca hubiesen sido participes de esas imágenes familiares e íntimas, con olor a nostalgia,  en las que se podemos ver unas vacaciones que pasaron junto al mar en agosto de 1995 o la boda del hijo mayor en junio de 2001. En ellas advertimos una época en la que los Fraile Escobar eran felices y la vida se les revelaba llena de esperanza y futuro.

Marisela Escobedo fue una mujer muy valiente que supo querer a los suyos y peleó hasta el final, exigiendo una justicia que no pudo lograr para su causa. Al final de la película se puede escuchar el tema de la cantautora mexicana Vivir Quintana, “Canción sin miedo”, convertido ya en un himno para la lucha contra el feminicidio en México y el mundo. Como dice en su letra: ¡Que caiga con fuerza el feminicida!

 

Tráiler:

 

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Ficha técnica:

Las tres muertes de Marisela Escobedo ,  México, 2020.

Dirección: Carlos Pérez Osorio
Duración: 109 minutos
Producción: Vice Studios Latin America, Scopio.
Fotografía: Axel Pedraza
Música: Amado López
Reparto: Documental

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