Libros: 

Hugo Fregonese. Cine por doquier

Título: Hugo Fregonese. Cine por doquier

Autor/es: Carlos Aguilar

Editorial: Calamar Ediciones.

Año: 2021

Carlos Aguilar es de sobra conocido en el mundo editorial por su multifacética actividad como periodista y escritor de libros sobre cine. La materia cinematográfica la ha abordado desde diferentes perspectivas y miradas abrazando distintos géneros. En solitario, compartidas o colectivas acumula más de cincuenta textos de diversa índole. Destaca también su actividad como novelista contribuyendo a la narrativa con obras singulares que parten, algunas de ellas, de inspiración cinéfila, La interferencia, Coproducción y Nueve colores sangra la luna, entre otras. Su último aporte aparecido en el mercado lleva por título Hugo Fregonese. Cine por doquier, publicada por el sello Calamar Ediciones.

Un libro cuidado, editado con elegancia, que da gusto tenerlo entre las manos, sobresaliendo la calidad del papel, la grata elección del tipo de letra y la excelente composición de las páginas. Todo ello acompañado por un surtido de fotografías diseminadas por el volumen con tacto y un sentido práctico que motiva a su lectura.

A estas alturas no voy a descubrir a Carlos Aguilar en un terreno que le pertenece por experiencia y por haber contribuido a la bibliografía sobre temas de cine, de cualquier gama, con un entusiasmo y empeño digno de alabar. Su trayectoria y capacidad de producción es inasequible al desaliento y conforma un aval de auténtica justicia. La inmersión en sus textos denota un conocimiento de causa estratosférico. Sus observaciones e indagaciones ostentan el rango de especialista en todo aquello a lo que se enfrenta.

La versatilidad y la riqueza de los apuntes y datos que maneja se complementan con un estilo perspicaz, de verso libre, muy agradecido, incluso simpático, que invita a permanecer atento a su lectura y al carácter divulgativo de su ensayo/análisis. La frescura de su tono deja rastro y acuña una prosa salpimentada de palabras siempre adecuadas, compuestas con un ritmo ligero y giros, a veces, muy sugerentes.

La pasión de Carlos Aguilar no tiene parangón y por el arte de birlibirloque extrema su osadía y trae a colación la figura de uno de los cineastas, a mi parecer, más olvidados de la Historia del Cine. En todos los renglones y capítulos de la fascinante odisea que es el cine permanecen enterrados una colección de artistas que mucho o poco contribuyeron al arte audiovisual aportando modestamente su inventiva, en un nivel inapelable o como mediocres artesanos. El argentino Hugo Fregonese (Mendoza 8/4/1908, Tigre 11/01/1987) fue uno de los sepultados. Penetrando y avanzando en las páginas de Aguilar, en su tarea de desempolvar a un ilustre cineasta que llegó a tener su tiempo de esplendor, me resulta alucinante el oscurantismo extendido alrededor del mendocino. Más si cabe si quedas abducido por el texto del crítico madrileño y validas su enfoque y luminosidad comprobando, por uno mismo, la sobria destreza del argentino sumergiéndome en sus atinadas propuestas.

Soy el primero en confesar, y tengo sentimiento de culpa, mi gran desconocimiento de la carrera talentosa de Fregonese, sobre todo la de su etapa dorada. Un director que trabajó bajo el ala de las principales casas productoras de Hollywood y tuvo delante del foco de la cámara a algunas de las estrellas más brillantes y rutilantes del cine americano. Con sólo citar los nombres de James Mason, Gary Cooper, Robert Taylor, Edward G. Robinson, Anthony Quinn, Charles Bronson, Van Heflin, Barbara Stanwyck, Shelley Winters, Anne Bancroft, te haces a la idea no sólo del majestuoso plantel de los intérpretes sino que tuteló algunos de los mejores papeles que los citados lograron componer en sus trayectorias artísticas. Si mis palabras resultan exageradas o fruto del delirio, no hay nada como ponerse a la faena de corroborarlo. Nunca hay que linchar al mensajero.

En esta línea, uno de los grandes alicientes de Hugo Fregonese. Cine por doquier es el calor y afecto que derrama su lectura. Entrar de lleno en la descripción, una por una, de sus películas y absorver el caudal de logros mayúsculos alcanzados por el mendocino es un colosal viaje hacia el descubrimiento. Carlos Aguilar tiene esa manera de escribir bonita y precisa que te empuja, literalmente, a restañar lo antes posible toda ignorancia sobre el cineasta argentino. Leer es un placer inmenso, un tesoro de valor incalculable. Pero ojear el texto del madrileño y compatibilizarlo con el visionado de algunos de los largometrajes del mendocino es algo adictivo. Entras en una espiral curiosa repleta de memorables westerns, apasionados melodramas y correosos relatos criminales, entre otros registros.

Este héroe sin patria que fue Hugo Fregonese se merecía un libro eléctrico y apasionante como el que ha forjado Carlos Aguilar, de una viveza contagiosa y el prurito de visibilizar a un cineasta errante que amasó muchos tesoros fílmicos y acabó en su propia casa sumido en el olvido que seremos.

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2 respuestas a «Hugo Fregonese. Cine por doquier»

  1. Soy la sobrina de Hugo Fregonese , quien lo cuidó en sus últimos años y la que guarda en su memoria todas las anécdotas que me contó de actores, actrices y películas.
    Muy justa la reseña, un talento olvidado. En Europa y USA lo valoran más que en su propio país, he leído que lo llaman «El artesano del Cine»
    Muchísimas gracias, Clara Fregonese

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