Críticas

La autoconstrucción de un personaje

Fantasías de un escritor

Otros títulos: Deception.

Tromperie. Arnaud Desplechin. Francia, 2021.

No es infrecuente que como espectadores nos hagamos la pregunta ¿Cómo se construye a un personaje? Es difícil imaginar cómo el escritor concibe a un ser humano tan ajeno, pero que a la vez lo redondea al grado de adquirir una vida única e independiente de la de su creador. Si bien resulta lógico pensar que cada personaje es moldeado a partir de una persona del mundo real y que nunca terminamos por conocer el límite donde comienza la ficción, la respuesta según Arnaud Desplechin, es que lo mejor es dejar que cada personaje se construya a si mismo mientras el autor solo lo va conduciendo y haciendo anotaciones.

La reciente obra del director Arnaud Desplechin, Fantasías de un escritor de 2021, presenta una explícita y maravillosa muestra, no solo del delicado balance de ficción y realidad de cada personaje que concibe un artista, sino del trabajo mayéutico que el artista hace sobre su modelo, explotando un aire de sensualidad intelectual y erudición del que ha sido dotado, para extraer cada detalle de su espíritu. Evocando por momentos a un terapeuta psicológico, el escritor desanuda sentimientos y emociones en su paciente/modelo, hasta que, logrando su propia emancipación, el personaje está listo para ir al texto.

Fantasías de un escritor es una obra episódica, situada a finales de los 80´s, en la que Philip, el escritor americano, está preparando una novela que demanda la construcción de personajes femeninos, a quienes pretende explorar a profundidad, física y emocionalmente, motivo por el que es acusado de infidelidad por su esposa e incluso es sometido a una especie de juicio femenil donde se le señala por reducir a cada mujer solo al valor de la conquista. Si bien es evidente la estrecha relación que Philip sostiene con la mujer inglesa, llegando por momentos a superar la atracción sensual y merodear en los linderos del amor absoluto, el escritor sostiene como defensa ante su mujer (y en el extraño y anacrónico juicio) la condición platónica e imaginaria de sus encuentros, no solo con ella, sino también con una estudiante checa y con Rosalie, una mujer que agoniza por cáncer en América. De cualquier manera y para fines de la construcción dialéctica del personaje, resultan por demás irrelevantes tanto las acusaciones como la defensa, pues los encuentros anotados en el diario de la novela, no son una colección de trofeos de las conquistas de un galán adolescente, sino, las notas de un terapeuta cuasi-sabio que conduce a su paciente a su propia superación.

Este filme es una transposición de la novela Deception de Philip Roth de 1990, que sigue las conversaciones de un escritor con sus amantes para construir una narrativa no lineal a caballo entre la ficción y la autobiografía. Y así, con enorme dificultad para transposición literal de la novela, Desplechin le otorga libertad a su escritor Philip de llevar en hombros largas secuencias intramuros, principalmente en su estudio, donde la amante inglesa, interpretada por Léa Seydoux y cuyo nombre solo cobra relevancia en la última secuencia, cuando se confronta a su alter ego en la novela, va entendiéndose y construyéndose a sí misma, a través de una exploración con el más refinado método mayéutico-socrático, hasta adquirir no madurez, sino una gran seguridad al lograr poner los pies en la tierra como mujer, como esposa, como amante y también como objeto de estudio. Es claro que Philip ha logrado resolver el conflicto que es ella, pues en su encuentro final, ésta confiesa haberse sentido desnudada ante el lector y expuesta ante sus conocidos.

La relación con las otras amantes es mucho menos evidente en pantalla, pero los encuentros con ellas están tan bien escritos y estructurados, que la química y el cariño maduro que se percibe entre líneas y detrás de las miradas, hace caer en cuenta que Philip ha llevado a la chica checa y a Rosalie por el mismo sendero de exploración terapéutica. En sus conversaciones se lee agradecimiento, nostalgia y un amor platónico puro y poderoso, ese que solo se consigue una vez que se ha saltado la barda de la autocompasión y de los prejuicios.

La obra está construida bajo un modelo simple de cine episódico, con secuencias conformadas por primeros y medios planos entre dos personajes que conversan, y que montados en general al estilo de plano-contraplano, buscan principalmente captar la reacción del interlocutor. La cámara busca siempre esos rasgos fisionómicos que delatan las emociones. Es claro que Desplechin carga el peso y la responsabilidad del hilo narrativo a la respuesta emocional de cada personaje ante preguntas detonantes.

El filme resulta por momentos repetitivo y con una dinámica narrativa que parece agotarse a sí misma, las secuencias se sienten algo aisladas e inconexas, lo que da la percepción de caminar en círculos. Sin embargo, cuando la película se aprecia desde la distancia, puede leerse la red que se ha tejido entre las amantes en torno a Philip. Tomando distancia es mucho más fácil apreciar la película como un ejercicio terapéutico en el diván, en donde diversas líneas argumentativas que enredan el espíritu del protagonista se van deshilando cada una hasta limpiar por completo al personaje. Así, el amor, el matrimonio, la vejez, la familia, la condición racial judía, la felicidad y la muerte son temas detonantes que sirven como pretexto para abrir líneas argumentativas que recorren desde la superficie hasta la profunda psique de las amantes y del escritor.

Creo que Fantasías de un escritor debe leerse justo como eso, una colección anacrónica y platónicamente fantasiosa de momentos, que, como una gran colección de novelas de amor y desamor, si se explora dentro de cada una de ellas, puede encontrarse un universo complejo e infinito de emociones y de desenlaces.

 

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Ficha técnica:

Fantasías de un escritor  / Deception (Tromperie),  Francia, 2021.

Dirección: Arnaud Desplechin
Duración: 105 minutos
Guion: Arnaud Desplechin, Julie Peyr
Producción: Why Not Productions
Fotografía: Yorick Le Saux
Música: Grégoire Hetzel
Reparto: Denis Podalydès, Léa Seydoux, Emmanuelle Devos, Miglen Mirtchev, Anouk Grinberg, Ian Turiak, Madalina Constantin, Gennadiy Fomin, Matej Hofmann

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