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Ser o no ser

To Be or Not to Be. Ernst Lubitsch. EUA, 1942.

ser o no ser_cartelUn grupo de judíos violentos y vengativos tendía una emboscada a todos los altos cargos del Tercer Reich en un cine francés en la que fuera la escena más memorable de Malditos bastardos (Inglourious Basterds, 2009). Era el particular delirio con el que Quentin Tarantino ponía fin en su imaginación a uno de los períodos más tristes de la historia del la humanidad. Sabemos que los referentes del director de Tennessee son inabarcables, y puede que aquí haya uno: casi 70 años antes, la compañía de teatro del señor Dobosh lograba mantener viva la acción de la Resistencia aliada en Polonia al despistar a los nazis en los pasillos de un teatro al que también había acudido el Führer. Ambos procesos incluían burlar la seguridad alemana en un evento público, pero, mientras que los «bastardos» se sacrificaban en pos de la justicia, los petimetres de Ernst Lubitsch se conformaban con salvar el pellejo.

ser o no ser_1Es muy cómodo mirar desde la distancia, porque, por aquel entonces no estaba la cosa para bromas. Mientras que en Europa cundían los bombardeos, las expropiaciones y los campos de concentración, Hollywood estrenaba Ser o no ser, poco después de la incorporación de Estados Unidos al frente aliado. Si aún hoy se estilan tímidos reproches de los defensores de la corrección política para según qué películas, Lubitsch debió de tenerlo negro para parodiar una ideología, hoy unánimemente condenable, que siempre connota una cuota de obligado respeto (las víctimas). Y aquí llamábamos valiente a Berlanga por dirigir La vaquilla (1985) casi 50 años después de la Guerra Civil Española (eso sí, la herida ibérica no termina de cicatrizar).

ser o no ser_2Aunque reírse de sus propios compatriotas no parecía el principal objeto de Lubitsch. A modo de colofón para una dilatada carrera, ilustrativa de un «toque» del que se ha escrito y hablado hasta la saciedad, Ser o no ser se erige como artefacto modélico y combinatorio de dos grandes hitos de la Historia del Cine: reconoce la relevancia del teatro como ingrediente primitivo e indispensable, anterior al desarrollo de un lenguaje cinematográfico  —por más que aquí funcione como medio y no como fin—, para incrustarle los códigos de la screwball comedy, exitosa tendencia del momento (y que Lubitsch ya venía practicando en obras como Ninotchka —1939— o Lo que piensan las mujeresThat Uncertain Feeling, 1941—). Y es que la arquitectura típica de este subgénero casi exige el equívoco aderezado con tensión sexual como motor de una trama que se ajusta al vínculo shakesperiano.

ser o no ser_4El cinismo que emana del tratamiento del conflicto bélico contrasta con el humor blanco que empapa las relaciones entre los personajes. Mucho antes de que la escatología se instalara en la comedia moderna en calidad de dogma y bajo esa inmediata influencia del slapstick del cine mudo y los hermanos Marx, Lubitsch diseñaba la carcajada desde una ingeniosa dominancia verbal. Los escasos gags físicos (únicamente dispuestos por barbas y bigotes postizos) se diluyen entre tanta sagacidad dialogada —descacharrante si incluye al menos un nazi—  que se diría sirvió de inspiración a los repetidos chistes bélicos de los Monty Python.

ser o no ser_ 5Lo más curioso de Ser o no ser es que no guarda lugar para la empatía hacia las víctimas de la barbarie. ¡Ojo¡ Que no está en contra, tan solo obvia la dimensión del damnificado más palmaria; en su lugar, y volviendo a la deriva teatral, se insta a la misericordia hacia el oficio del actor que, lejos de la fastuosidad de la puesta en escena del Hollywood de la Edad de Oro (aquí algo más potente en los interiores que en unos exteriores de estudio, meramente contextualizadores), ha sido secuestrado de la gloria del star system y pateado a la calle (todo condensado en el monólogo redentor con el que un actor secundario emula al Shylock de El mercader de Venecia). El fracaso es un temor que siempre nos tocará muy de cerca. Si bien el desenlace de esta cinta recuerda al de Malditos bastardos, su trascendencia en la actualidad no terminaría ahí: se anticipó, incluso, a la idea contenida en los hechos reales que narraría Argo (Ben Affleck, 2012), la última ganadora del Oscar a la mejor película.

Tráiler:

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Ficha técnica:

Ser o no ser (To Be or Not to Be),  EUA, 1942.

Dirección: Ernst Lubitsch
Guion: Edwin Justus Mayer (Historia: Melchior Lengyel)
Producción: Ernst Lubitsch
Fotografía: Rudolph Maté
Música: Werner R. Heymann
Reparto: Carole Lombard, Jack Benny, Robert Stack, Stanley Ridges, Felix Bressart, Lionel Atwill, Sig Ruman, Tom Dugan, Charles Halton, George Lynn

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