Críticas

Crecer en tiempos de guerra

Ginger & Rosa

Sally Potter. Reino Unido, Dinamarca, Canadá, Croacia, 2012.

Ginger_Rosa_CartelSally Potter es una directora inglesa que, pese a sólo haber hecho siete películas en treinta años, le han valido para ganar el reconocimiento internacional por su trabajo. Potter es clara y poderosa, tanto en sus imágenes como en sus diálogos, que normalmente están cargados de poesía, disertaciones filosóficas y política.

Ginger & Rosa no es la excepción. Durante la Guerra Fría y el constante temor de una bomba nuclear, dos familias se unen por las “coincidencias” políticas y conviven hasta crear vínculos ineludibles entre ellas. Ginger y Rosa son las hijas de la depresión y de estas dos familias, cuyos lazos sobrepasan la amistad para convertirse en cómplices. Rosa (Alice Englert) es una chica sin padre, y con la inquietud de una adolescente curiosa; Ginger es hija de un hombre de principios firmes, pacifista y liberal y su madre es un ama de casa frustrada.

Ambas chicas, en plena adolescencia, viven sus cambios de edad en un ambiente complejo, cuando la sociedad se halla sumergida en la Guerra Fría, casi encontrándose con la liberación sexual. Así, sus conversaciones no versan sobre moda y chicos, sino sobre política, religión y el miedo a la muerte, contrapuesto por la necesidad de hacer algo por preservar la vida y cambiar al mundo.

Ginger y Rosa son como el Yin y el Yang, y así es toda la película. Una, discreta y de principios sólidos; otra, curiosa y rebelde. Una, pelirroja; otra, de cabello negro. Una, política, y la otra, sexual. Junto a ellas, los opuestos continuamente presentados: una mujer abandonada, madre soltera y fuerte; la otra, casada, sintiéndose mujer-florero, ama de casa. Una mujer ignorada y dependiente, y su marido, pacificista y ateo, sin vínculos. Una sociedad cerrada en guerra, y una pareja de homosexuales viviendo una vida “feliz”. Todos estos conceptos hechos personajes retratan un capítulo en la vida de la humanidad, en donde, pese a todo, lo importante es tener un día más de vida, aún cuando el miedo ronda en todos los hogares.

Ginger_Rosa_01Crecer en estas condiciones resulta complicado, puesto que muchas más cosas se ponen en juego, que solo las adversidades normales adolecidas durante este periodo de la juventud. Ya no es solo crecer y tratar de lidiar con lo que existe en el propio ser, sino, además, recibir la energía de todo lo que les rodea. Descubrir la sexualidad, dejar la etapa de los “mejores y leales amigos”, plantear la posibilidad de ser adultos, conocer los cambios interiores, todo esos son golpes, son momentos tan significantes como la crisis de una guerra mundial, donde todo se potencia.

Potter se vuelca sobre sus textos políticos, sobre los comentarios directos ante la guerra, sobre la paz y las razones de los filósofos y los activistas; le da un sentido a la existencia de aquellos que luchan desde su trinchera para cambiar el mundo. Toma las palabras de intelectuales y las pone en sus personajes como citas y frases que lucen adecuadas para las conversaciones, al grado de ser ligeramente poéticas. A esto hay que recordar la manera en la que Yes (2004) estaba versada y le daba una rítmica auditiva única.

Ginger_Rosa_02Asimismo, la directora llena de imágenes poderosas la película, utilizando contraluces, cámara en mano, encuadres complejos con profundidad, que permiten descubrir la relación entre las dos jóvenes. Su puesta en escena va marcando la separación paulatina entre ellas. Sus lazos de unión se van haciendo menos fuertes y se van minando. Poco a poco, una va desapareciendo de la vida de la otra.

Las vemos usar la misma vestimenta, caminar igual, moverse y gesticular como si fueran una, y poco a poco, sus diferencias culturales y familiares las van separando cada vez más, hasta que sus vidas cambian radicalmente. En la guerra, las familias a veces se desintegran, los países se enfrentan por intereses y todo lo que está alrededor se afecta. Ginger y Rosa sentían un amor fraternal, que se convierte en una pequeña guerra, a través de enfrentamientos que las distancian y que tal vez nunca se imaginaron que sucederían.

Potter eligió para su cinta a la hermana menor de Dakota Fanning (Elle) que con sus trece años ya demuestra sus capacidades interpretativas, logrando a una Ginger de diecisiete creíble y fuerte, capaz de sentir profunda tristeza y de salir de un trance de desesperación. Su contraparte, Alice Englert, resulta un descubrimiento, aunque no tan sorpresivo, al ser hija de la directora neozelandesa  Jane Campion. Ambas jóvenes mantienen una dinámica constante en la cinta y sostienen a sus personajes que se transforman y trastornan todo el tiempo.

Ginger_Rosa_03La familia puede adquirir distintas formas, y en la cinta Potter muestra paradigmas distintos: mujeres abandonadas, mujer soltera, pareja homosexual, familia disfuncional, separación, amante, un universo de posibilidades; pero en todos los casos, coexisten bajo la misma premisa de temor, que en ocasiones se opaca o le deja el plano a otros problemas más grandes, que derivan de la sociedad misma.

Ginger y Rosa sobreviven su adolescencia tumultosa, y seguramente sobrevivieron a la Guerra Fría, que nunca detonó una bomba pero sí explotó en toda la humanidad. Sally Potter acerca este sinsabor bélico al espectador en medio de un drama juvenil cargado de crecimiento y de aprendizajes, de que no es necesario que estalle un arma, cuando en casa ya no queda nada más.

Tráiler:

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Ficha técnica:

Ginger & Rosa ,  Reino Unido, Dinamarca, Canadá, Croacia, 2012.

Dirección: Sally Potter
Guion: Sally Potter
Producción: Andrew Litvin, Christopher Sheppard
Fotografía: Robbie Ryan
Reparto: Elle Fanning, Alice Englert, Alessandro Nivola, Annette Bening

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