Críticas

Ilusiones en las luchas contra los fantasmas de la vida cotidiana

La Llorona

Otros títulos: La maldición de la Llorona.

The Curse of La Llorona. Michael Chaves. EUA, 2019.

Cartel de la película La lloronaDesde que era niño, en Colombia, ya había escuchado el mito de La Llorona, una mujer que vaga por los bosques, dando alaridos de tristeza, lamentos relacionados con la pérdida de un hijo, lloros que asustan y que encantan en noches de luna llena, cerca de las quebradas, en lugares poco concurridos, mujer que se aparece a los que caminan por parajes oscuros. En La maldición de la Llorona se trabaja uno de estos mitos, originado en algún lugar de México, hace muchos años, cuando una mujer de alta clase social enloqueció en la finca familiar, inesperadamente, ahogando a sus dos pequeños hijos en un riachuelo. A partir de ese momento, vaga encarnada en La Llorona, una malvada criatura en pena que atrapa a los niños con sus lloros, arrebatándolos y llevándoselos a algún río o fuente agua para ahogarlos. Como mito, suena realmente terrorífico esta mezcla de espanto y de compasión. Compasión que se siente al escuchar los quejumbrosos lamentos de la triste mujer, que al parecer llora arrepentida; espanto, cuando se la mira como fantasma asesino que, en realidad, carece de compasión alguna, al momento de arrebatar, asustar y matar a criaturas inocentes.

La verdad es que poco se aprovechó la oportunidad de jugar con esta dualidad, que quizás le pudiera haber dado mayor suspenso al filme. Este se centra en la aparición de La Llorona en la actual ciudad de Los Ángeles. En plena modernidad californiana, esa trágica mujer es un ser terriblemente maléfico y destructivo, sin miramientos ni consideraciones, un engendro diabólico que debe ser combatido, directamente, hasta acabar con él. De lo contrario, nunca cejará hasta lograr sus torcidas intenciones. Por ello, los espectadores no son capaces de experimentar tal dualidad entre la atracción y la repulsión, y la película se convierte en una lucha entre una familia amenazada y las fuerzas malignas, donde se está de parte de una desesperada madre que lucha, sin herramientas efectivas, para proteger a sus hijos. Como es de esperar, cuando aparecen poderosos fenómenos del más allá, cuyas fuerzas son apabullantes, surgen connotaciones religiosas, puesto que a estas luchas se las asocia con el demonio, como enemigo del hombre, al cual hay que enfrentar con los ritos protectores relacionados con la oración y la cruz, defensa clásica contra los demonios. Sin embargo, tratándose del renacer de un antiguo mito mexicano, la lucha se va decantando hacia la religiosidad popular y hacia las tradiciones y los cultos del curanderismo mexicano. Me parece que esto le confiere un especial atractivo a la saga, ya que se nos acerca a extrañas costumbres y ceremonias, que se llevan a cabo ante la incredulidad de la protagonista, que poco a poco va cayendo en cuenta de que debe renunciar a su racionalidad y dejarse atrapar por la extraña magia de los ritos, si es que quiere vencer en la desigual lucha contra el mal.

La llorona, fotograma

En estas épocas tan racionales, no es fácil sentirse atraído por la idea de estos seres fantásticos, así que, para darle mayor sentido de realismo al filme, aparece como tema transversal el del maltrato infantil en los hogares, originado en padres desnaturalizados que los encierran, los atemorizan y los golpean y contra el cual existen entidades especializadas en la policía y en los organismos del estado. Desafortunadamente, estos se ven enfrentados a una lucha desigual cuando tratan de controlar este fenómeno, que se puede asimilar a una verdadera maldición de Llorona moderna, llena de horrores y bastante realista. De hecho, los afectados por los hechos de La Llorona fantasmal, los atribuyen a episodios de maltrato infantil y con estas confusiones se entretiene bastante la historia, para adquirir mayor sentido.

Como en toda película de horror, sus realizadores juegan con el diseño, con la música y con la sorpresa, para mantener atrapada la atención y para alimentar el gusto levemente morboso que casi todos tenemos por experimentar el miedo y el nerviosismo. Elementos como la lluvia, la oscuridad y la noche, los resplandores, los ruidos, la especial música que todos asociamos con las apariciones y con el terror, los movimientos súbitos, los golpes inesperados, las puertas que se cierran, los personajes que se quedan encerrados, los sonidos orquestales profundos y lentos, los súbitos contrastes. Buena parte de la maestría de una película de horror reside en que sea capaz de acercar al espectador a los fenómenos malignos para que sean apreciados con suficiente detalle, de manera que se produzca una identificación, pero no tanto que pierdan su aspecto sorprendente y espectral. Hay un fugaz instante, bastante especial en esta película, que me parece le confiere tal categoría magistral. La llorona se revela ante los niños, como una madre de rostro muy humano, bella, afligida y tierna, que genera compasión y contacto, dejando ver la dualidad que hemos mencionado, pero solo por un momento de encanto, antes de convertirse de nuevo en ser de aspecto terrorífico, que es, claramente, su terrible realidad.

Escena de La llorona

Puede uno imaginar que esta película puede dar origen a toda una serie de historias de terror, basadas en los abundantes mitos latinoamericanos, realmente no tan distintos a los originados en Europa, Asia o África, pero de todas formas poseedores de un atractivo especial cuando se cae en cuenta que se los puede asociar con las crecientes poblaciones latinas que se van estableciendo en Estados Unidos y en Europa y con las selvas, los ríos y los paisajes americanos.

Es la Maldición de la Llorona, una cinta que se disfruta y que crea emociones e inquietudes, un momento para acercarse a los fantasmas de las noches de cine, sabiendo que, al llegar el día, habrá que continuar con las bregas cotidianas, ricas en sus propios fantasmas y desafíos. De cierta manera, el cine contribuye a que renovemos las energías y las fortalezas, cuando nos hace sentir la ilusión de que el miedo y el terror se pueden vencer.

 

Trailer

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Ficha técnica:

La Llorona  / La maldición de la Llorona (The Curse of La Llorona),  EUA, 2019.

Dirección: Michael Chaves
Duración: 93 minutos
Guion: Tobias Iaconis, basada en La Llorona de México
Producción: James Wan, Gary Dauberman, Emile Gladstone
Fotografía: Michael Burgess
Música: Joseph Bishara
Reparto: Linda Cardellini, Patricia Velásquez, Sean Patrick Thomas, Raymond Cruz, Tony Amendola

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