Críticas
Terror tecnológico a domicilio
Alice (Subservience)
Subservience. S.K. Dale. EUA, 2024.
En esas manifestaciones artísticas de la Alemania devastada de finales de los años 20, el cine retrataba a las imágenes oscuras, a los personajes sombríos y a las casas y suburbios llenos de asimetrías. Fritz Lang colocaba en Metrópolis (1927) justo esas disparidades de las luchas de clases y de conflictos laborales en un contexto futurista ambientado en el 2026, en el que un robot con esencia de mujer era diseñado y construido como vehículo de venganza para enfrentar a las políticas de gobierno.
La película transitó en la historia como una referencia del expresionismo alemán; también como una suerte de drama o película de horror de ciencia ficción y como una cinta de culto; caminó con otras aproximaciones cinematográficas, que ponían el tema de la inteligencia artificial no solo como un medio para volver eficientes las actividades cotidianas, sino como una amenaza para la vida misma.
La sustitución de la mano de obra por las máquinas en Tiempos modernos (1936), de Charles Chaplin; la supercomputadora HAL 9000 capaz de poner en riesgo a una tripulación en 2001: Una odisea del espacio (1968), de Stanley Kubrick, o la rebelión de la humanidad contra las máquinas de Terminator (1984), de James Cameron, entre muchas otras que, insisto, solo eran referencias de películas futuristas de las personas contra la inteligencia artificial.
En los años recientes, la evolución tecnológica ha sido evidente. Nuestros días han hecho más cortas las distancias de esos argumentos de futuros distópicos. El director australiano S.K. Dale, consciente de las transgresiones que caracterizan al cine de horror y de suspense, nos inserta en una premisa que apunta a convertirse en realidad. El contrato de una persona robótica que facilite nuestras actividades diarias que, por una falla de sistema, podría poner en riesgo nuestra vida y la de nuestras familias.
Ambientada en una sociedad dominada por la tecnología, en la que los droides con formas de humano podrían servir las bebidas en la mesa de un bar, Alice (Subservience) cuenta la historia de Nick Perretti (Michele Morrone), un trabajador de la construcción, padre de Isa (Matilda Firth), una niña menor de edad, y un bebé; su esposa Maggie (Madeline Zima) está convaleciente en el hospital, esperando a una persona que pueda donarle su corazón.
Agobiado por la rutina laboral y el cuidado del hogar, Nick determina adquirir un humanoide para ayudarlo con las tareas domésticas, tal cual se compra un dispositivo en una tienda de electrónica. Tras un encuentro fortuito de Isa con una mujer robot en la tienda, le pide a su padre llevarla a casa; y es ella misma quien decide llamarla Alice, por su afición a la novela Alicia en el país de las maravillas.
Alice es personificada por Megan Fox. Una mujer joven, de cabello negro y labios gruesos, ojos de color, ataviada en un traje negro de un ama de llaves; Ella es una mujer sexy, Nick es un tipo joven atractivo y su esposa no está en casa. Imposible no pensar a dónde va la historia. Cuando todos van de visita al hospital, es la propia Maggie quien le dice a Nick que escogió a una mujer de su tipo.
En este punto, el film se vuelve predecible. Surge una modificación electrónica en los circuitos de Alice que la hace permisiva. “Estoy para satisfacer todas tus necesidades”, le dice a Nick, mientras empiezan los juegos eróticos.
Alice (Subservience) se mueve en líneas de películas como La mano que mece la cuna (1992) y La huérfana (1999), por su influencia en esos thrillers de mujeres que se insertan en una familia, fingiendo ser otra persona, hasta apoderarse de un lugar que no les corresponde, con tintes de horror y de suspense. O más recientemente en M3gan (2022), la muñeca que es programada para ser compañía de las niñas pero que una modificación que la vuelve asesina.
S.K. Dale apuesta por convertir a esa inteligencia artificial que hace el trabajo más fácil en algo siniestro que puede terminar con nuestras vidas. No solo registra nuestras ubicaciones, sino que escucha, convive y se apodera de nosotros.
El avance tecnológico significa un riesgo para los trabajadores de la construcción compañeros de Nick. Cuando se enteran de que serán reemplazados por humanoides, Monty (Andrew Whipp) su mejor amigo, intenta destruir a los droides que los dejaron sin trabajo. Representa a esa clase social que se resiste a la innovación y a la irrupción de los derechos laborales por el cambio tecnológico.
Alice (Subservience) se sostiene en el argumento. Se sabe predecible y no parece importarle. Desarrolla la historia sin sorpresas. Lo que la hace indescifrable es el género en el que quiso encajar. Un thriller; una película de horror, de ciencia ficción o un drama familiar sobre infidelidades. Era una premisa interesante, pero esa idea de mantenerse sin riesgos ni propuestas nuevas nos invitará a pasarla inadvertida en cuanto terminemos de verla.
Ficha técnica:
Alice (Subservience) (Subservience), EUA, 2024.Dirección: S.K. Dale
Duración: 95 minutos
Guion: Will Honley, April Maguire
Producción: Coproducción Estados Unidos-Bulgaria; Millennium Media. Distribuidora: XYZ Films
Fotografía: Daniel Lindholm
Música: Jed Palmer
Reparto: Megan Fox, Madeline Zima, Michele Morrone, Andrew Whipp ·