Críticas

Monumental sencillez

Happy hour

Ryûsuke Hamaguchi. Japón, 2015.

happy-hourRysuke Hamaguchi es capaz de condensar en Happy hour tanto la elegancia, sacrificio y dependencia de la mujer con respecto al hombre (idea más bien al inicio del film), como el destino trágico de las mujeres de Mizoguchi; la agudeza de Ingmar Bergman a la hora de mostrar la (in)capacidad de comunicación que existe en el seno de la pareja; la sensibilidad y existencialismo de Ozu presentes en la frustración que hay en la familia; para terminar desembocando en el naturalismo de Almodóvar a la hora de representar una mujer que ansía un cambio y una mejora.

Happy hour ha sido, sin duda, una de las películas más fascinantes, atractivas y hermosas que se han podido ver en Locarno y, con ella, Ryusuke Hamaguchi se ha terminado de revelar como un gran director de actrices. Pensar que el metraje de una película que alcance las cinco horas y cuarto, pueda suponer un impedimento para acercarse a ella, sería una verdadera lástima, ya que su visionado es tan ligero como la sencillez con la que está realizada la película. Si Happy hour dura cinco horas y cuarto es porque su director ha entendido que la película no podría expresar de otro modo lo que ha sido capaz de condensar en su interior, tal y como nos comenta en la entrevista que le hemos realizado.

Si en Right now, Wrong then está presente la idea de cómo establecemos las relaciones desde su inicio, enseñándonos Hong Sang-Soo el mejor modo de abordarlas, Happy hour sería la película de la madurez, donde las relaciones ya se encuentran en un estado avanzado y en ellas el tiempo ha hecho mella sobre ellas. Hamaguchi toma como punto de partida cuatro parejas y, literalmente, se introduce en la piel del lado femenino de cada pareja, Jun, Akari, Sakurako y Fumi. Se trata de amigas íntimas que se conocen de toda la vida, a través de las cuales se describirá el modo en que cada una ha afrontado su relación y será a través de su mirada, de la cual se mostrará una amargura llena de realismo.

Fotograma de Happy HourDos pilares vertebran la película. Uno es el momento de la meditación del inicio del film. A través de él, Hamaguchi introduce el tema de la incomunicación no ya solo de la pareja, si no de la sociedad en general. Así una de las protagonistas, al término de la meditación, manifiesta que se está divorciando de su marido sin que ninguna de sus amigas lo supiera. El otro pilar es el momento en que la escritora realiza una larga lectura de su texto. Este es un momento tan decisivo e inspirador, como todo lo que sucede a continuación, cuando descubrimos el gran humanismo que hay en Hamaguchi mostrando la vida interior que alberga el marido que se está separando.

Happy hour es una película monumental no por tratarse de una historia de épica con grandes gestas, sino por la gran sencillez a la que es permeable desde su inicio, por su capacidad de evocar y por su estilo riguroso y observacional, lleno de largos planos que parecen rodados por el mismísimo Hong Sang-Soo. Happy hour es una película de enorme belleza porque nos recuerda que las miserias que Hamaguchi muestra en el interior de los hogares de los personajes, cuando todas sus ilusiones se han desvanecido, hay que evitarlas y, una vez más, como se decía en la película de Edward Yang que «el cine es como la vida, una mezcla de cosas tristes y alegres«.

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Ficha técnica:

Happy hour ,  Japón, 2015.

Dirección: Ryûsuke Hamaguchi
Guion: Ryûsuke Hamaguchi, Tadashi Nohara, Tomoyuki Takahashi
Producción: 2015
Fotografía: Yoshio Kitagawa
Música: Umitarô Abe
Reparto: Hiromi Demura, Rira Kawamura, Sachie Tanaka, Maiko Mihara, Shoko Fukunaga, Yuichiro Ito, Hazuki Kikuchi, Tsugumi Kugai, Hiroyuki Miura, Hajime Sakasho, Shuhei Shibata, Ayaka Shibutani, Reina Shiihashi

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