Críticas

Volando alto

Misión: Imposible. Nación Secreta

Mission: Impossible. Rogue Nation. Chistopher McQuarrie. EUA, 2015.

mision-imposible-nacion-secreta-cartelTrabajo en equipo. Esa es la clave del éxito y del poder de atracción de Misión: Imposible. Es la esencia de la serie de televisión que inspiró la saga cinematográfica iniciada en 1996 y es lo que con un respeto casi nostálgico ha recuperado Christopher McQuarrie en esta quinta y trepidante entrega.

La buena química entre compañeros transciende la ficción fílmica y se hace notar en el buen entendimiento entre Cruise y McQuarrie para crear una historia que combina en un perfecto equilibrio acción frenética, tensión al límite, toques de humor hábilmente situados y un equilibrio, también, entre momentos de lucimiento en solitario con bellas sinfonías de trabajo grupal. La colaboración entre Christopher McQuarrie y Tom Cruise ya dio sus buenos resultados con Jack Reacher (Chistopher McQuarrie, 2012) y es que el que fuera guionista habitual de Bryan Singer demuestra su buen pulso con la cámara con una trama que engancha desde el primer segundo hasta el final.

mision-imposible-nacion-secreta-1Sólo hay que ver, e inevitablemente disfrutar, la escena a modo de prólogo al estilo 007 que se ha convertido en el icono más representativo de la saga desde la caída en suspenso de la primera entrega. Nos referimos al espectacular despegue con Cruise enganchado a la parte exterior del avión, una secuencia inicial que sintetiza perfectamente el espíritu de Misión: Imposible, donde se aprecia cómo cada miembro del equipo es indispensable y efectúa su función con precisión milimétrica para dejar paso a un Ethan Hunt que se luce con estilo y hace lo “imposible” por frenar los planes de los malos: una mueca carismática y dos notas musicales bastan para presentar uno de los capítulos más enérgicos y revitalizantes de todas las entregas hasta la fecha.

La historia ahora retoma el final de Misión: Imposible Protocolo Fantasma (Mission:Impossible Ghost Protocol, Brad Bird, 2011), en el que se mencionaba la aparición de una nueva organización: el Sindicato, de la que lo mejor es, de largo, la ocurrencia del nombre. Esta vez, Ethan Hunt, con la FMI a punto de ser cancelada y perseguido además por el jefe de la CIA (Alec Baldwin) , está decidido a enfrentarse a este nuevo grupo formado por ex-agentes que han sido dados oficialmente por muertos y liderados por Solomon Lane (Sean Harris), una antítesis fría y calculadora de Hunt que planea una serie de atentados de gravedad ascendente a escala mundial. Ethan tendrá que apoyarse en su incondicional equipo para conseguir acabar con el Sindicato, para lo que contará, además, con Ilsa (Rebeca Ferguson), una enigmática mujer de lealtad engañosa y una habilidad letal en la autodefensa y el manejo de armas, que se convierte en el mayor acierto de casting y en la mejor incorporación femenina, con diferencia, de todas las entregas.

mision-imposible-nacion-secreta-2Aquello que destaca a Misión: Imposible. Nación Secreta de sus predecesoras es su toque más personal e íntimo, la humildad con la que recupera la esencia de la serie televisiva, la sobriedad y elegancia de su puesta en escena y la inteligente dosificación de las secuencias de acción sin renunciar a la entrega, a la aventura y al espectáculo. Podría decirse que Christopher McQuarrie rehuye la pirotecnia visual desenfrenada para ofrecer una armónica composición de explosiones controladas, pero no por ello faltas de grandeza.

La puesta en escena, realzada por la fotografía de Robert Elswit, es otro de los aciertos del filme, especialmente en pasajes como la exquisita secuencia de la Opera de Viena, un inmejorable homenaje a El hombre que sabía demasiado (The Man who Knew Too Much, Alfred Hitchcock, 1954), en el que se aprecia un tratamiento de la tensión a ritmo de coreografía in crescendo, bajo las notas del Nessun Dorma, que deja relucir aquello de escenificación orquestada y elegante que caracteriza las misiones de Hunt y su equipo.

mision-imposible-nacion-secreta-3Pero entre las exhibiciones de ingeniosos gadgets, lentes escáner y máscaras, detrás de la intriga y la acción propias del cine de espías y de adrenalínicas persecuciones en coche, en moto y peleas cuerpo a cuerpo, se esconde una delicada reflexión sobre la figura del héroe que, abandonado a su suerte, sigue arriesgando su vida por los demás, aún cuando no tiene por qué hacerlo, mientras otros insisten en considerarlo un vestigio del pasado que está por extinguirse. El trasfondo de la espectacular secuencia del salto al sumidero gigante deja ver la necesidad de aferrarse al valor de ese héroe. Un destino que Ethan e Ilsa saben que comparten y que se atisba de manera enternecedoramente fugaz en la proposición que ésta le hace en la estación de Londres, planteándole dejarlo todo atrás y marcharse juntos, una llave maestra que hace vibrar con maestría la fibra sensible del más duro.

En la interpretación, todos cumplen sobradamente con su parte. Tom Cruise sigue demostrando estar más que en forma para dar vida a Ethan Hunt por muchos años más, disfruta y nos hace disfrutar en un ejemplo de trabajo y dedicación. Rebeca Ferguson es el complemento perfecto para el agente protagonista en la viva representación del equilibrio belleza/fuerza, la delicadeza del cristal recubierto de acero. Simon Pegg, como más que simple acompañante de humor; Jeremy Renner, desde los despachos, y Ving Rhames, acertadamente recuperado para la saga (después de aparecer unos segundos de cortesía en la escena final de la anterior entrega), son el broche de oro para un equipo diez que no deja en la estacada a su fiel y valiente amigo, rematado por un siempre carismático Alec Baldwin como obstáculo gubernamental a evitar.

Precisamente McQuarrie logra bajar a Ethan Hunt del pedestal megalómano al que John Woo le subió en Misión: Imposible 2 (2001) y sin arrebatarle su aureola mítica lo ensalza con romántica humildad como un auténtico y digno primus inter pares que acepta ser salvado y se siente en todo momento parte de un equipo, anfitrión generoso e invitado destacado.

mision-imposible-nacion-secreta-4Aún con todo lo que consiguen Tom Cruise y Christopher McQuarrie al elevar la calidad de la saga con esta nueva entrega, todavía se sigue sin encontrar un villano lo suficientemente carismático como para hacer sombra a Hunt (exceptuando el magistral trabajo de Philip Seymour Hoffman en la tercera entrega). Sean Harris resulta más que convincente en su papel, pero el primer y genial cara a cara que tiene con Cruise en la tienda de discos actúa como impulso efervescente de una química que se va apagando. Lo mismo se puede decir del Sindicato, una creación con una buena base pero con más potencial del que se aprovecha, en especial lo interesante como villano secundario que tiene el “médico de los huesos”.

Pequeñas carencias que se suplen sobradamente por el resto del trabajo del director y los actores para dar como resultado lo que podría decirse una película de Misión: Imposible “de autor”, una obra de artesanía íntima y cuidada que sabe que lo importante no es cuánto ruido se hace ni desde cuán alto se salta, sino qué notas se tocan y saber dónde tomar impulso para dar un buen salto. Misión: Imposible. Nación Secreta se mueve a buen ritmo y sabe perfectamente en qué punto situarse para saltar y llegar alto, muy alto.

Enlace tráiler: 

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Ficha técnica:

Misión: Imposible. Nación Secreta (Mission: Impossible. Rogue Nation),  EUA, 2015.

Dirección: Chistopher McQuarrie
Guion: Chistopher McQuarrie (Historia: Chistopher McQuarrie, Drew Pierce y Bruce Geller)
Producción: Paramount Pictures/Skydance Productions
Fotografía: Robert Elswit
Música: Joe Kraemer
Reparto: Tom Cruise, Rebeca Ferguson, Simon Pegg, Ving Rhames, Jeremy Renner, Sean Harris, Alec Baldwin, Simon McBurnney, Jingchu Zhan, Hermione Corfield

4 respuestas a «Misión: Imposible. Nación Secreta»

    1. Muchas gracias, Gretel. Sí, creo que supera versiones anteriores y aporta nuevos enfoques a la historia. Gracias de nuevo por tus palabras, de verdad. Un saludo 😉

  1. Aún no la he visto. Agradezco leerte porque coincido totalmente. Después de la para mí obra maestra en su género Parte 1, llegó Woo con sus palomas y cámaras lentas, etc., y «nos jodimos todos». Pero recuperamos un poco el timón con Seymur en papelón con la siguiente entrega (aunque acabé harto de la «pata de conejo». Así que si como dices esta última mejora lo que una vez perdió, yo, amante de esta saga (y del videojuego hace casi 30
    Años, creo que con un amstrad…, ya ni me acuerdo) no la pasaré por alto.
    Estupenda crítica.

    1. Muchas gracias por tus palabras. También soy un amante de la saga. La primera entrega es una magnífica película, a nivel interpretativo, argumental y en la puesta en escena. La última entrega no es ambiciosa, pero se percibe el respeto, la inteligencia y la elegancia en el tratamiento de los personajes y en las escenas de acción. Muchas gracias de nuevo.
      Un saludo

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