Investigamos 

Emoción, matices e intolerancia

Deseando escapar

VOCES INOCENTES, Luis Mandoki, México (2004)

Voces inocentes

Marco de miedo y balas para retratar la crudeza de la guerra que, a través del prisma infantil se brinda al espectador. En esta lucha cotidiana los niños sueñan con momentos de paz y solidaridad. Los efectos desoladores de la violencia diaria hacen mella en unos personajes que, ajenos a la política, el poder y las armas, amparan a los suyos en una lucha cotidiana.

Entre los sorpresivos ataques militares y los efectos desoladores de la violencia nunca volverán a ser los mismos convirtiendo sus vidas en una apuesta constante de supervivencia.

Dolor e intolerancia es lo que sienten, seres que con calidez y humanidad perciben la desprotección y el miedo entre juegos y quehaceres cotidianos. Las balas, desde una u otra franja pueden hacer blanco en cuerpos sin culpa.

Canto a la paz y a la inocencia es lo que encontraremos en esta propuesta. Esos seres inocentes deberán convertirse en hombres apresuradamente para resistir y sobrevivir en un mundo hostil.

Su infancia bruscamente interrumpida les aboca al mundo adulto y sin entenderlo se convierten en participes y cómplices de una historia que ni entienden, ni comparten. Ellos son las verdaderas victimas, pequeños que tan solo quieren jugar, estudiar y divertirse ven integradas en su ecuación vital muerte, miedo y desesperanza. Terror y caos es lo que viven estos niños soldados.

Complejo argumento que nos increpa y cuestiona. La vida de una familia vista desde los ojos de su infantil protagonista reflejando en sus acciones las dificultades que supone crecer en el entorno de una guerra.


Donde lo hermoso convive con lo terrible

DÉJAME ENTRAR, Tomas Alfredson, Suecia (2008)

Déjame entrar

Una nueva revisión devuelve la vida a los vampiros adolescentes. No se trata simplemente de otra historia más puesto que aquí los muertos son tan solo seres tristes que se ocultan del sol, duermen de día en lugares oscuros y no pueden entrar en ningún domicilio a no ser que sean invitados a ello.

Logra convertirse en algo tan real y comprensible como la atracción entre dos seres condenados, cada uno por sus propias circunstancias, a ser extraños en una sociedad cruel. Dos victimas de destinos no escogidos que pueden sentir tanta hambre de cariño como de venganza o de sangre.

La mirada a ras de niño denota profunda emoción. Continuamente curiosa y ensoñadora, mendiga el más leve gesto de amor en una fría Suecia ochentena cubierta por la nieve donde solo las amistades hacen soportable una existencia monótona sin horizonte alguno.

La relación entre estos personajes sustenta un argumento de aroma romántico y nos presenta un remake diferente. Terror contemporáneo original que describe un amor sin barreras aderezado con temas de actualidad como el acoso escolar o las drogas convierte a esta película en rara avis dentro de las pertenecientes a su género.


Hasta que volvamos a vernos

DESPEDIDAS Yohiro Takita,  Japón (2008)

Despedidas

Hablar de la muerte es complicado. Dolorosa y llena de misterio consigue, a pesar de la delicadeza del asunto, no deprimir al espectador. La realidad de la muerte es innegable, natural e inherente a la condición humana. En ningún momento provoca en él sentimientos traumáticos o de desasosiego.

El modo presentacional con el que se aborda el tema invita a la reflexión y al aprendizaje. Una ceremonia milenaria  de ritmo pausado en la que la importancia radica en movimientos más que en palabras.

Delicadeza asombrosa, gestual y corporal, en la que, manipular al difunto, especialmente en las escenas de amortajamiento se convierte en un acto ceremonial. Con excelsa dignidad y máximo respeto se lleva a cabo una honorable despedida.

Trabajo humano dignificado con sutiles movimientos acompañado de sonidos de cuerda que desgarran los sentidos. Cuerpo y alma en perfecta sintonía.

El protagonista en su quietud rememora recuerdos personales y a través de la muerte encuentra el valor para enfrentarse a la vida.

Una película diferente que habla de la defunción con sencillez y esperanza. Un recorrido emocional en el que las fronteras se difuminan.

Tránsito que discurre a lo largo de una trayectoria lírica y sensible; convertido en arte acompaña e invita al protagonista al regreso hacía sus propias raíces.


La vida nos ofrece muchas alternativas. Cada uno de nosotros toma su propio camino…

EN EL CAMINO  Jasmila Zbanic, Austria, Alemania, Croacia (2010)

En el camino

Un acercamiento al mundo islámico y a su religión, tema social con tintes dramáticos. La ciudad de Sarajevo presentada como icono de diversidad y convivencia. Las heridas de la guerra siguen abiertas y las dificultades de integración permanecen vivas.

Amar y Luna viven en esta ciudad y tratan de sacar adelante su relación de pareja superando el alcoholismo de él o la imperiosa necesidad de ser madre de ella.

Asistimos a un choque de mentalidades al confrontar el liberalismo del musulmán occidentalizado con la estricta religiosidad del que entiende la vida de forma más radical.

Dualidad encarnada en la pareja protagonista muestra las dificultades que supone dicha conciliación. Transmitiendo con hondura su necesidad de afecto y consuelo se impone en cada uno, su propia mentalidad.

Nosotros como espectadores asistimos a esa revelación y contemplamos a un Amar sincero en su incapacidad para superar unas tradiciones irracionales y a una Luna con demasiados perjuicios, abocada a elegir entre permanecer fiel a sus ideas o a incorporarse al nuevo mundo de su marido. Ahí esta la clave. Motivos y razones personales les condicionan a ambos en sus acciones.

Amor y religión marchando por sendas dispares. Ejercicio de búsqueda interesante en el que, intentar entender los esquemas vitales de uno y otro, no es tarea fácil. Nuestra postura occidental nos condiciona y, cercanos al liberalismo, empatizamos más con la postura de Luna, una azafata que se niega a que le corten las alas.

Sea como fuere, la intolerancia de ambos es un muro infranqueable que impide categóricamente dicha reconciliación. O quizá no.


Belleza visual insólita

IDA, Pawel Pawlikowski, Polonia (2014)

Ida

Rodada en blanco y negro narra las vivencias de una joven huérfana, compleja y misteriosa enmarcada en la quietud de un convento. Una historia precisa y sugerente invita a descubrir lazos familiares, experiencias y misterios del pasado.

Sutil y humana se convierte en algunos momentos en tenebrosa y oscura, no en vano cualquier aspecto de la vida es una combinación de luces y sombras.

La puesta en escena envuelve la historia. Desde el claustro nevado, hasta la bruma que cae todo queda grabado en el recuerdo de un espectador sorprendido que percibe en todo momento aromas y estilos que rememoran tiempos pasados.

Todo en ella es disfrutable, en formato 4:3 la pantalla se convierte en cuadrara enmarcando y enfatizando mucho más las bellas imágenes que describen la Polonia de los años sesenta.

Musicalmente hablando escuchamos a Bach, cantos religiosos y algunas interpretaciones de saxo que nos imbuye sentimentalmente en ese mundo duro, complejo y misterioso.

La interpretación de Agata Kulesza en su viaje al pasado es desgarradora en fondo y en forma. Su director Pawel Pawlikowski nos ofrece un viaje al pasado e invita a que investiguemos el atroz pasado del Holocausto nazi. Nombres como Auschwitz o Treblinka resuenan en nuestras mentes mientras quedamente la protagonista va avanzando sobre el agua gélida del camino.

Silencios, miradas, expresiones y matices van revelando las emociones de este ser humano y exhortan, sin apenas diálogos, dejar atrás la seguridad conocida para marchar sin red al abismo.

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