Críticas

Un contexto para cuestiones de género

La mujer del espía

Otros títulos: Wife of a Spy.

Spy no tsuma. Kiyoshi Kurosawa. Japón, 2020.

La mujer del espía aficheUna historia de principios y dependencia. El género bélico funciona como excusa; nos introduce en un drama, ambientado en la Segunda Guerra Mundial, que sirve de sostén a cuestiones vinculadas a la confianza en las relaciones humanas. No hay combate, no se inoculan dosis de suspenso en función de situaciones límite. La película transcurre inmersa en una atmósfera que excluye la tensión. Una manera de restar importancia, por partida doble, tanto al sentimiento femenino, rayano en la banalidad, como a la gravedad de los asuntos bélicos, no considerados por Kurosawa desde posturas ideológicas. El realizador simplemente expone, no toma partido.

La seguridad de Yusaku contrasta con la fragilidad e inseguridad de Satoko. Las circunstancias generadoras de inestabilidad son expresadas en una filmación donde constan experimentos con armas biológicas, pero la trama no transita por estos episodios, sino que los utiliza para conformar un drama tan anunciado como liviano.

Yusaku obtiene documentación probatoria de los experimentos del gobierno japonés y, ante la insistencia de su esposa, la comparte. Luego, sobrevendrá la promesa de fugarse juntos a los Estados Unidos.

Un guion anodino que transita por zonas carentes de tensión, la angustia de Satoko es la figura que mueve la trama. Una relación infantil, un hombre protector, adorado desde la dependencia emocional, en medio de una sucesión de engaños que promueven protección y seguridad.

La base del problema está en la insistencia en formar parte de la vida del esposo, sentirse valorada desde la importancia de un rol con y para el otro. La dependencia, un marido-padre que excluye bajo el rol protector: hay un reconocimiento implícito de invalidez e ineptitud por inmadurez. Los hechos, dados de este modo, hacen sentir a Satoko incapaz y, por tanto, no digna de valor. La inseguridad la llevará a querer demostrar su inteligencia desde acciones políticamente comprometidas.

La mujer del espía fotograma

La historia podría haber contenido otros ingredientes que llenaran el vacío de acontecimientos que, por momentos, hace que la atención sea difícil de sostener. Si bien, la idea es interesante, el guion se vuelve pobre y aburrido, ante la ausencia de momentos de tensión o vueltas de tuerca inesperadas que enriquezcan las circunstancias. Una telenovela barata en tiempos de guerra, no explota a los personajes; los construye casi que unidimensionalmente. Si a esto le sumamos que tampoco la guerra está en el foco, tenemos como resultado un pobrísimo efecto sobre el espectador. Poco se aprende de esta película.

Los planos se extienden en el tiempo, junto a los suaves y escasos movimientos de cámara, contribuyen a una mayor pérdida de ritmo; la experiencia de visionado por momentos es un tedio.

El filme nos ofrece, acerca de los géneros, un enfoque diferenciador.

El hombre seguro y protector es depositario de la inteligencia, el valor y los principios, mientras que su esposa lo es de la fragilidad, la inseguridad, la inmadurez y la ausencia de propósitos de vida más allá de la colaboración con su marido, serle útil es su único objetivo. Roles tradicionales en los que la película hace foco para definir el centro del asunto. Todo lo demás está al servicio de esta cuestión.

La mujer del espía escena

Cuando ya no hay más que decir, un salto abrupto nos lleva hasta 1945. El mar contiene la posibilidad de hechos que, ni antes ni ahora, pudieron verse. Un lapso de tiempo muerto que no se exhibe, para llegar a un final suave desde la exposición y abrupto por la ausencia de detalles. El filme debe culminar, el mar pone en peligro, la arena es el resguardo de la fragilidad por obra y gracia del protector que es capaz de ofrendar su vida por la causa; otro atributo más para el espía: la valentía. Solo el hombre está apto, su misión es jugarse por ideales y proteger a los más débiles; las mujeres los necesitan.

La locura simulada opera como recurso final de salvación, Satoko no enfrenta, evade el riesgo del castigo, mecanismo de protección que refuerza la idea de incapacidad femenina frente a la valentía del hombre. ¿Cuestión de época? Sí, puede ser un atenuante, pero también, de roles tradicionales arraigados con relativa vigencia en el presente.

Puestas en escena que intercambian el lujo de interiores, propio de clase alta, por el hacinamiento en picado al interior de un hospital psiquiátrico. El precio por la ausencia del marido se transforma en otro orden de dependencia, la figura de la incapacidad trasciende la posibilidad de un sometimiento autoritario directo. El control deviene indirecto, bajo formas culturales alternativas, por “dominación masculina expresa” oculta tras lo preestablecido. El marido es causante, por tanto, protector en presencia y en ausencia. Su huida genera efectos que alteran la posición de Satoko, aunque su lugar sigue siendo el mismo, ahora, se entrega a la simulación por propia voluntad para ser cuidada de otro modo.

La mujer del espía plano

Da la impresión que Kurosawa no opina, se remite a proponer una realidad que diferencia los lugares por género.

Quizá, sea lo más interesante de la propuesta cinematográfica; el aburrimiento trae algunas razones que lo justifican.

El fin de la guerra es la libertad vacía ganada por azar; las mujeres huyen, las bombas se dan a conocer por el sonido, no interesan más allá del efecto de huída que causan. La vida carente de emociones por remisión a un papel dependiente; la “desobediencia” trae el control; el hospital psiquiátrico es el lugar alternativo cuando no se puede vivir para el hombre. La incapacidad como símbolo de un lugar social que no ofrece escapatoria. Incluso, tras la huída, la única preocupación es lo que pueda haberle sucedido a Yusaku.

La escena en la que Satoko se entera de la postura política de su marido, es la repetición del discurso oficial aprendido socialmente, un nacionalismo que se contrapone al cosmopolitismo de Yusaku, quién mantiene sus principios, mientras Satoko los cambia, ante la necesidad de ser parte de la vida de su conyuge. Uno vive por ideales el otro por dependencia, se definen roles y lugares.

Filme premiado en el Festival de Venecia 2020 en la categoría mejor dirección. Kurosawa sale airoso al mostrar un buen manejo de cámaras para una historia que luce pausada en demasía, el efecto se consigue. El desplazamiento desde un género aparente hacia otro más concreto; la crueldad de la guerra cede paso al drama por intermedio de un ritmo cansino que delata la nimiedad de los sentimientos femeninos. La crudeza del conflicto armado se oculta tras fines de corto alcance, propios del “capricho” que todo lo reduce al deseo por la posesión afectiva.

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Ficha técnica:

La mujer del espía  / Wife of a Spy (Spy no tsuma),  Japón, 2020.

Dirección: Kiyoshi Kurosawa
Duración: 115 minutos
Guion: Ryûsuke Hamaguchi, Tadashi Nohara, Kiyoshi Kurosawa
Producción: NHK
Fotografía: Tatsunosuke Sasaki
Música: Ryosuke Nagaoka
Reparto: Yû Aoi, Issei Takahashi, Ryôta Bandô, Chuck Johnson, Yuri Tsunematsu, Minosuke, Hyunri, Masahiro Higashide, Takashi Sasano

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