Críticas

El amor entra por el estómago

Amor a la carta

The Lunchbox. Ritesh Batra. India, Francia, Alemania, Estados Unidos, 2013.

The-Lunchbox-CartelDicen que de la vista nace el amor, pero también dicen que el amor se conquista por el estómago. Dentro de la gama de películas que hablan sobre comida, hay varias emblemáticas como Chocolat (Lasse Hallström, 2000), Como agua para chocolate (Alfonso Arau, 1992), El festín de BabetteBabettes gæstebud, Gabriel Axel, 1987), entre muchas otras. En todas ellas, la comida, el placer del buen comer y la convivencia alrededor de esto, transforman las vidas de todos los personas.

Si bien, comer en una necesidad básica, muchas veces el ser humano no se detiene a descubrir sabores nuevos, a definir sus propios parámetros de gusto, a reencontrar la mejor forma de alimentarse, a disfrutar de un rato de degustación y sabor. El reto de retratar la comida en el cine no es sencillo, puesto que todo llega sólo por la vista, omitiendo lo más importante: el aroma y el sabor, y aún así los realizadores son capaces de “antojar” los platillos mostrados en pantalla, al punto de activar los demás sentidos e imaginar el resto del volumen sensorial de cada plato.

The-Lunchbox-01Aunque el tema de esta película no es el gusto de los alimentos ni los métodos de preparación que se ocupan, sí retrata la importancia del buen comer para la vida cotidiana, y cómo hay incluso algo más que placer en la ingesta: una buena comida puede significar un cambio de vida.

Al mismo tiempo, hay una serie de fenómenos sociales que giran en torno a los alimentos. No sólo manifestaciones específicas de cultura en la gastronomía como tal, sino en las costumbres de cómo preparar, comer, compartir e incluso transportar los alimentos. A esto, uno de los servicios de “comida para llevar” más importantes del mundo es el que realizan los Dabbawalas en India. El Dabbawala pasa casa por casa –o negocio- que ha solicitado el servicio, para recolectar comida empacada en un tiffin (que es una lonchera cilíndrica). Recogido el paquete, lo llevan en bicicleta, tren y otros medios de transporte hasta su destino final, para dejarlo en manos de quien la comerá, mientras la comida aún continúa caliente.

Fernandes es un hombre que está a punto de retirarse y trabaja como auditor en una empresa en Bombay. Cada día, a la hora del almuerzo, llega a su escritorio su tiffin; no obstante, un día, llega uno diferente, que contiene los más deliciosos platillos que ha comido, cuyo aroma, sabor y apariencia distan considerablemente de su habitual menú.

The-Lunchbox-03Ila, es una mujer casada, que se siente sola y desea recuperar el amor y el interés de su marido. Así, emprende la misión de conquistar su amor a través del sabor de su almuerzo. Sin embargo, el plan no marcha como lo previsto, dado que el “infalible” servicio de dabbawalas ha entregado equívocadamente el tiffin de su marido a un atónito Fernandes.

De pronto, tras varios días de errores en la entrega, Fernandes e Ila comenzarán una relación basada en las cartas que se intercambian entre el pan y los guisos del contenedor, los sabores llenos de esperanzas y las expectativas que Ila cocina a diario para su avezado degustador.

Ritesh Batra toma una historia sencilla de cartas, como las que se han visto en el cine desde hace tiempo You’ve got mail (Nora Ephron, 1998), 84 Charing Cross Road (David Hugh Jones, 1987), pero en lugar de utilizar el tradicional servicio postal o la inmediatez de Internet, lo hace a través de los emblemáticos dabbawalas y sus métodos extraordinarios de transportar la comida.

The-Lunchbox-04La excusa de la comida solo conduce a la anécdota de los dabbawalas, que han sido tema de observación y caso de estudio para los más rigoristas de la eficiencia, y es este servicio uno de los temas centrales, que no el más importante de la cinta. No obstante, permite observar el funcionamiento básico del servicio, la gente que lo lleva a cabo y la complejidad e infalibilidad del sistema.

Es esta una de las principales aportaciones de Batra, pues muestra el fenómeno al mundo entero, revelando sus colores, sus formas, su gente, y todo lo hace a través de una tonalidad cálida, como la gente de India, en medio del caos y la superpoblación. El ingenio surge de las víceras de las personas que gustan de disfrutar y respetar sus alimentos, y sale a la luz el modus vivendi de muchos que se dedican al transporte y la alimentación.

Mientras tanto, se desarrolla una profunda amistad entre dos desconocidos, cuyo vínculo se define por la comida. Un hombre solitario y cansado, y una mujer solitaria y cansada, que buscan un destino completamente diferente, pero que desean recuperar aquello que han perdido. Ambos se encuentran en sus letras, compañía, esperanza y en el gusto de la comida, una razón para vivir.

The-Lunchbox-02El joven y novel director utiliza simpleza en la forma que complementa con la abudancia de la India, para mostrar que los seres humanos se regocijan con detalles sencillos y que son capaces de comunicarse a través de los medios más sencillos y viscerales. Batra va tejiendo una relación basada en la expectativa del interlocutor y en la constancia de las entregas postales. Cada día hay esperanzas y cada día hay emociones que se plasman en los sabores y en las cartas.

The Lunchbox es la ópera prima de Batra, que ha llegado a múltiples foros y festivales internacionales, seguramente por su sencillez, que no descubre el hilo negro, pero que sí retrata un fragmento de realidad con el ingrediente secreto del “feel-good” que tanta falta hace hoy en día.

Tráiler

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Ficha técnica:

Amor a la carta (The Lunchbox),  India, Francia, Alemania, Estados Unidos, 2013.

Dirección: Ritesh Batra
Guion: Ritesh Batra
Producción: Anurag Kashyap, Guneet Monga, Arun Rangachari
Fotografía: Michael Simmonds
Música: Max Richter
Reparto: Irrfan Khan, Nimrat Kaur, Nawazuddin Siddiqui

6 respuestas a «Amor a la carta»

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