Críticas

De censuras interesadamente autoimpuestas

Nahid

Ida Panahandeh. Irán, 2015.

Cartel de la película NahidEl debut en la dirección de la realizadora iraní Ida Panahandeh, se centra en la historia de una mujer del norte de su país, Nahid, divorciada, a la que su ex esposo le ha concedido la custodia del hijo común de diez años, con la condición de que no vuelva a contraer matrimonio. Aparte de que la sola posibilidad de que la ley pueda amparar tal desatino nos pone directamente a temblar, lo que más estremece es la apariencia de una falta de deseos de denuncia, ni siquiera soterrada, de la situación actual de sometimiento y falta de libertad de las mujeres en Irán y, en general, en el mundo islámico.

Panahandeh, con una puesta en escena que asemeja anticuada, abusando de una fotografía grisácea y nebulosa, crea una obra al servicio de una historia que parece querer contar, pero sin objetivo concreto alguno, sin plantearse siquiera el sentimiento de un ligero malestar por la ausencia de derechos humanos básicos, en la condición de degradación y sumisión que sufren las féminas por sus tierras. Personalmente, me resulta vergonzoso que se refleje esa situación infame, y no se intente ahondar en la denuncia, que incluso el personaje más antipático, al final, resulte ser la propia mujer protagonista, de la que se destaca más su egoísmo, codicia e ingratitud, que su papel de víctima de unas circunstancias sangrantes e inaceptables. Son esclarecedoras las propias declaraciones de la directora, al afirmar que el régimen de su país le ha dejado rodar sin imposiciones, “excepto que no exagerase”… Incluso parece que da por asumido y asentado que tienen las leyes que se merecen, por la forma de pensamiento de su pueblo. Y si otros cineastas de su país tienen problemas, serios problemas para rodar en sus calles y parajes, lo desconoce, no le atañe, a ella no le afecta como profesional que puede hacer todo lo que le interese, siempre y cuando no incomode a la clase dirigente.

Nahid, la protagonista, está interpretada por la actriz Sareh Bayat, conocida por su intervención en la película Nader y Simin, una separación (Jodaeiye Nader az Simin, 2011), del realizador iraní Asghar Farhadi, ganadora del Oscar a la Mejor Película Extranjera. Sareh Bayat, encarnando a Nahid, termina resultando como la película, gris, desagradable, y su interpretación de mujer sometida por un marido drogadicto e hijo malcriado y prácticamente insoportable, nos deja únicamente una sensación de frío y distancia.

Nahid, fotogramaAhondando con el tono de la película, resulta, de principio a fin, deprimente, como la triste vida que arrastran los protagonistas, rodeados de un mar turbio, unas nubes perennes, en una ciudad que sólo sobresale de lejos, en plano muy general, cuando los turbios detalles que la componen se esconden en la oscuridad nocturna. Sólo un sofá, por su colorido y simbolismo, destaca entre tanto engendro, deformación que vemos reflejada en la cojera del perro que anda errático por la playa.

Por último, destacar que el ritmo de la acción no resulta ágil, es áspero, e incluso a veces incomprensible con los datos que se nos dan, especialmente para quienes no estamos sometidos ni familiarizados con tales barbaridades sociales y legales.

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Ficha técnica:

Nahid ,  Irán, 2015.

Dirección: Ida Panahandeh
Guion: Ida Panahandeh, Arsalan Amiri
Fotografía: Morteza Gheidi
Música: Majid Pousti
Reparto: Sareh Bayat, Pejman Bazeghi, Navid Mohammad Zadeh, Milad Hossein Pour, Pouria Rahimi, Nasrin Babaei

2 respuestas a «Nahid»

  1. A mi me gustó, y me dejó claro una mujer qué hace lo qué puede en un lugar donde todo es difícil, lucha por su hijo, trabaja, trata de ser felíz, y no es ambiciosa puesto qué deja una propina qué no le es permitida tener a pesar de sus carencias, en pocas palabras hace lo qué puede! Incluso arriesgando un buen futuro con Massod, puede aparentar ser codiciosa, mentirosa, incluso tonta, pero sigue sus costumbres su régimen. La realidad es qué siempre queremos ver «un final felíz»

  2. Los personajes son seres tristes que viven en un mundo grisáceo y frío; están mimetizados con el medio,: casas pobres , condiciones de vida humildes, llenas de carencias, de calor humano y de afecto. Tienen dificultades para expresarse y ser ellos mismos, salvo el hombre enamorado de la protagonista, que la quiere a pesar de las dificultades y de los desaire de ella. No se besan, no se tocan, solo se miran porque son conscientes de la continua vigilancia a la que todo el mundo queda sometido,en la calle, en el trabajo, en el edificio donde ella vive. La protagonista se apoya en otra mujer, su jefa y amiga. Por otra parte el resto de las mujeres aceptan ser sumisas y obedientes y algunas son casi inquisidoras. Así queda velado el tono de denuncia. Llama la atención que los niños tampoco son felices, y el hijo de Nahid se debate entre un padre machista y una madre que lo ama sin contemplaciones, pero que es incapaz de controlarlo.
    La acción es demasiado lenta, y el final se resuelve con la decisión de la protagonista por seguir adelante en su búsqueda de la libertad personal luchando por la custodia definitiva de su hijo al lado de hombre,tan comprensivo y paciente, que la ama. Final abierto: se adivina que los problemas de Nahid no se habrán terminado después.

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