Críticas

El amor sorprende en Summerland

En busca de Summerland

Summerland. Jessica Swale. Reino Unido, 2020.

La malgeniada escritora Alice Lamb (Gemma Arterton), que vive en una casa alejada de todo el mundo en un pequeño pueblo de Kent, recibe una inesperada sorpresa: se ve en la obligación de recibir al pequeño Frank (Lucas Bond), un niño que ha sido evacuado de Londres durante el Blitz, como se les llamó a los bombardeos que contra el Reino Unido entre 1940 y 1941 por parte de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Ella, que jamás revisa su correo, no tenía idea que le tocaba hacerlo, y quiere devolverlo apenas llega como si fuera una mascota recién adoptada que no le gustó. Pero no hay espacio en las otras casas del pequeño pueblo de en el que vive y tiene que quedarse con él, al menos por una semana.

Así arranca En busca de Summerland (Summerland, Jessica Swale, 2020), una película encantadora en donde abunda ese humor británico ácido que contrasta con la inocencia de la niñez. Frank y Alice parecen estar hechos el uno para el otro, su amistad poco convencional evoluciona orgánicamente y los dos aprenderán inolvidables lecciones del otro. Alice aparenta ser dura, pero en el fondo le duele el rechazo, cuando Edie (Dixie Egerickx), una amiga de Frank de la escuela dice que no se puede quedar a cenar porque no se lo permiten. Todo porque Alice es esa mujer rara, extraña, diferente, la “bruja” del pueblo a la que los niños temen y acusan de ser una “espía nazi”.

Pues no están muy equivocados en el pueblo: Alice sí es una mujer diferente, es una de esas que ama a otras mujeres, y carga en su recuerdo la imagen de la hermosa Vera (la siempre encantadora Gugu Mbatha-Raw), a quien el amor no le alcanzó para mantener esa relación prohibida para la época. Desde entonces, a Alice le cuesta abrir su corazón y acercarse a alguien, porque le dijeron que lo que sentía era pecado, que no podía ser posible. Pero Frank llega a cambiar todo, a interesarse por sus investigaciones y a querer saber más de Summerland. ¿Y qué eso? Es un lugar mágico cuya respuesta se encuentran en el filme.

La historia fluye de manera increíble, sus personajes bien construidos y la forma en que es contada despiertan el interés de inmediato, la química entre las actrices es palpable y los giros inesperados de la historia emocionan en el momento preciso. Junto con una fotografía hermosa y un vestuario fantástico, los casi 100 minutos de película se pasan volando. Los paisajes son increíbles y las locaciones están muy bien ambientadas para la época, especialmente el plano secuencia de una Londres semidestruida por las bombas nazis, su movimiento es impecable y el espectador se puede sentir ahí mismo, corriendo y sufriendo con Alice cuando se da cuenta de la verdadera razón por la que Frank termina en su casa. La cámara siempre ha sido cómplice de la historia, nos ha mostrado todas las claves muy sutilmente, y cuando la epifanía de Alice llega es cuando el rompecabezas se completa y queda claro que esto es una historia de amor, de esas que se ven en películas y que hacen cosquillas en el corazón.

Es además un retrato de las mujeres antes que el feminismo les diera un valor antes la sociedad, cuando estaban solo para cuidar del hogar y las mujeres solteras eran “brujas” o “raras” por querer salirse del canon al que debían ceñirse. Es también un homenaje a la comunidad LGBTI con un final encantador y una historia de amor que trasciende los prejuicios. Una historia de la Segunda Guerra que recuerda esas joyas como Jojo Rabbit (Taika Waititi, 2019) y La vida es bella (La vita è bella, Roberto Beningni, 1997), donde la fortaleza está en sus personajes y las relaciones que entablan, dejando una sonrisa en la cara del espectador. Aunque le queda faltando para llegar a ser un clásico como estos, sí logra ser una cinta memorable y deja una sensación de satisfacción, de haber presenciado el comienzo de una carrera interesante.

Jessica Swale ya había forjado un nombre en el teatro inglés, ganando el codiciado premio Laurence Olivier por su comedia Nell Gwynn, que se encuentra en proceso de convertirse en un largometraje con Working Title. Con este, el primer largometraje que dirige y escribe, que además recibió la beca de escritores BAFTA JJ en 2012, entra pisando fuerte al mundo cinematográfico y rápidamente se convierte es un nombre para tener en cuenta.

 

Trailer:

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Ficha técnica:

En busca de Summerland (Summerland),  Reino Unido, 2020.

Dirección: Jessica Swale
Duración: 99 minutos
Guion: Jessica Swale
Producción: Gemma Arterton, Guy Heeley, Adrian Sturges
Fotografía: Laurie Rose
Música: Volker Bertelmann
Reparto: Gemma Arterton, Gugu Mbatha-Raw, Lucas Bond, Dixie Egerickx, Tom Courtenay, Penelope Wilton

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