Críticas

La que tiene que servir

Calladita

Miguel Faus. España, 2023.

Continúa, y ojalá sea imparable, la incorporación al panorama audiovisual español de nuevas voces narrativas que presentan su primera propuesta en el campo del largometraje para brindarnos la posibilidad de testar su formulación fílmica y  convencernos de sus capacidades como cineastas.

De los recientes debutantes en un gremio en el que todavía sigue siendo una aventura tenaz y perseverante levantar proyectos personales y algo a contracorriente, he de anotar, con bastante satisfacción, el notable oficio que el joven realizador catalán Miguel Faus desprende en su ópera prima, Calladita (2023, España), un avispado y cínico drama acerca de una inmigrante colombiana sin papeles trabajando como asistenta doméstica.

El origen de este largometraje radica en un cortometraje con el mismo título e idéntica temática que Faus pergeñó en 2020 y con el que consiguió levantar muy buenas sinergias. Tiempo después, el propio autor se comprometió a convertir su pequeña obra de apenas dieciséis minutos en una película de metraje reglamentario. Para ello ideó un plan audaz y algo kamikaze. Fragmentar su cortometraje en fotogramas y a través de su significado urdir un argumento más amplio y cuajado. El resultado final es una pieza que, conservando la esencia inicial y la finalidad de su combativo alegato, se dimensiona en otros ángulos y variedad de enfoques para alcanzar un severo retrato sobre clases sociales de más energía crítica y mejor fortaleza dramática.

Además de aumentar la mirada sobre un asunto actual de bastante presencia sobre mujeres inmigrantes en España que trabajan, algunas de forma ilegal, como camareras domésticas, Calladita es la primera película europea financiada con NFTs (activos digitales auténticos). Por si esto fuera poco, en su sala de máquinas está la sombra protectora del realizador norteamericano Steven Soderberg. Quien fuera uno de los más atrevidos adalides del cine indie norteamericano con ejercicios incontestables como Sexo, mentiras y cintas de video (Sex, lies and videotapes, 1989, USA) figura como padrino del proyecto y su firma, de resonancias internacionales, puede transmitir entusiasmo y pálpito en su promoción. O servir como palanca y excusa cinéfila para potenciar su curiosidad.

Un embrión cualificado con un eco que puede repercutir en su andadura comercial que viene a suscitar un atractivo previo, ya avalado por el cortometraje, que se confirma, y de qué manera tan bien trabajada, cuando concluye su agridulce visionado. Calladita, más allá de sus evidentes recursos con el lenguaje de la cámara, es una severa sátira sobre la pomposidad satisfecha de una clase social burguesa y adinerada cuyo día a día no sería el mismo si en su cocina y en el habitáculo de la criada no existiese una abnegada y muy útil empleada del hogar.

Bien es verdad que el acercamiento al colectivo de mujeres de origen latinoamericano que están en España desarrollando labores domésticas no es nuevo en nuestro cine. Aunque no existe una abundancia de filmes cuantiosos sí que se puede reseñar alguna propuesta significativa que merece la pena traer aquí. El verso libre del cineasta madrileño Fernando León de Aranoa nos robó el corazón en su película Amador (2010, España), un argumento que abría el interés hacia un relato construido en torno a la inmensa bondad de una joven migrante, Marcela (Magaly Solier), atrapada en un brete moral cuando el anciano al que cuida, Amador (Celso Bugallo) fallece. Libertad (2021), de Clara Roquet es, con diferencia, la que más se acerca a Calladita y con la que es fácil conectar y vincularse a ella a través de un diálogo de tú a tú abordando idénticas situaciones.

En Calladita, el director Miguel Faus, enmarca su visión tragicómica en un escenario único. Una inmensa casa de verano situada en la Costa Brava catalana que representa el poder económico y social de sus propietarios. Estos son los Roca (Ariadna Gil y Luis Bermejo), y sus dos hijos en edad de amores y juergas desenfrenadas. Para pasar el verano con el lujo que han ganado como marchantes de arte, incorporan a su criada, Ana (Paula Grimaldo), todavía sin papeles en España, para que les atienda y sirva.

A Ana la vemos limpiar con fruición grandes ventanales dejándolos impolutos, cocinar con su mejor estilo introduciendo algún sabor de su país, planchar con cuidado las braguitas de sus dueñas y atender la mesa vestida con uniforme rutinario o embutida con el traje de gala si los propietarios Roca tienen un evento de categoría social alta.

Todo este desempeño obediente y entregado por parte de Ana, de resistencia total, soportando desplantes y comentarios racistas, no tiene más que dos objetivos. La rigurosa disciplina a la que se somete la protagonista se centra en ganar dinero para enviarlo a Colombia para que su hermana pequeña estudie medicina y para conseguir los papeles que le garanticen visibilidad legal.

Para conquistar este lógico propósito Miguel Faus se pone de parte de su resiliente heroína. Ana comparece en plano, recién apeada del coche de sus contratadores, vestida con el uniforme de trabajo. Esta aparición dice mucho no sólo de la asalariada sino también de la soberbia vanidad de los señores Roca, a quienes no les tiembla el pulso cuando en una velada con sus amistades íntimas y acaudaladas preconizan que su idea era la de buscar una mujer filipina y al no encontrarla se decantaron por la colombiana.

La señora Roca (Ariadna Gil) toca la campanilla para reclamar la atención de su mucama. No transmite confianza ni tampoco empatía. Esto se detecta cuando limpiando una estantería, Ana, sin querer, con el plumero de quitar el polvo tira al suelo una pieza de valor que más tarde recompone con pegamento.

Sin embargo no todo son acatamientos a las reglas y aquí el cineasta barcelonés introduce una serie de gestos liberadores que acomete Ana, alguno osado y empoderado que nos hace ver a una mujer desafiante que aprovecha ausencias para revelarnos a una criada a punto de cruzar la línea prohibida.

Calladita es una vida representada en pantalla lograda, natural y orgánica. El desarrollo visual mantiene el horizonte desde el comienzo para dibujar una irónica estampa sobre un fenómeno sociológico femenino tan común en España acerca de la inmigración y su acomodo como gente acoplada a tareas de servidumbre.

Tráiler de la película:

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Ficha técnica:

Calladita ,  España, 2023.

Dirección: Miguel Faus
Duración: 92 minutos
Guion: Miguel Faus
Producción: Calladita Films, Potenza Producciones, Decentralized Pictures
Fotografía: Antonio Galisteo
Música: Paula Olaz
Reparto: Paula Grimaldo, Ariadna Gil, Luis Bermejo, Pol Hermoso, Violeta Rodríguez, Eduard Torres y Karla López

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