Críticas

El triunfo de la sencillez

El último Late Night

Late Night with the Devil . Cameron Cairnes, Colin Cairnes. Australia, 2023.

Póster de El último late nightLa fascinación por el mal es una de las razones por las que el cine de terror encuentra hueco entre el público. Nos permite el vistazo a esos lugares oscuros y tenebrosos con la tranquilidad de la sala de cine, sabedores de que el peligro no es real. La elaborada pantomima nos sirve de espejo seguro en el que reflejar nuestros miedos reales, en ocasiones rodeado de un extraño humor negro que acepta la sátira descarnada a la realidad que nos rodea.

El último Late Night  (Late Night with the Devil , Cameron Cairnes,Colin Cairnes, 2023) se ha convertido en el gran éxito inesperado del género en esta temporada. El aplauso en festivales especializados y el boca a boca pusieron en el candelero esta película, de la que todo el mundo hablaba. El triunfo subterráneo consiguió que la obra de los hermanos Cairnes lograse distribución decente y llegar al gran público. La película es el enésimo ejemplo de falso documental y metraje encontrado. Lo cierto es que este estilo suele, por lo general, producir películas muy dispares en resultados, tirando más bien a bodrios infumables.

Entre otros problemas, las películas de este género muestra un aspecto feista, premeditadamente incómodo. No es el caso de El último Late Night, que tiene en su cuidado aspecto visual uno de sus puntos fuertes. La reconstrucción de la sencillez amable de los programas nocturnos de Estados Unidos es la pieza esencial sobre la que construir el ascenso al horror maléfico que poco a poco se hace dueño de la pantalla.

Estos espectáculos de variedades son un auténtico fenómeno todavía hoy, y el modelo se exporta a millones de hogares en todo el mundo. Los Carrier articulan el terror en la utilización de la familiaridad del contexto. De la manera más inesperada, lo extraño se cuela en las casas de América. El artificio del metraje encontrado regala esa sensación de hacernos partícipes de la enfermiza ceremonia que tiene lugar en la escalada hacia un literal infierno. Desde la candidez naif de la ilusión mágica al encontronazo brutal con auténticos poderes del averno, el manejo de la tensión hace de El último Late Night un gran tren de la bruja.

El protagonista de El último late night

Cuando la cómoda familiaridad se rompe, asistimos a un espeluznante espectáculo que fulmina la colección de intencionados clichés extirpados de la candidez para todos los públicos de esta clase de programas. Los chistes facilones dejan paso al estupor, sin perder cierto tono de irónico humor negro, que enriquece el aspecto satírico de la película. La guerra por las audiencias, el miedo a la irrelevancia y la adicción al amor del público con el combustible para el incendio. Los escrúpulos se pierden por el camino al éxito y el precio a pagar es muy elevado.

El terror que presenta El último Late Night es, también, deudor de los años 70 y el satanic panic que recorrió Estados Unidos en aquella época. La paranoia respecto a la presencia del diablo en cada esquina se reflejó en no pocos clásicos del cine, como La semilla del diablo (Rosemary’s Baby, Roman Polansky, 1968) o la seminal El exorcista (William Friedkin, 1973). De hecho, parece que tenemos algo de revival del horror religioso con estrenos tan potentes este mismo año como la excepcional La primera profecía (The First Omen, Arkasha Stevenson, 2024) o la notable Inmaculada (Inmaculate, Michael Mohan, 2024). Parece que la tenebrosa sombra del señor del Averno todavía es bastante alargada como para despertar el interés del público.

Con todo el siniestro circo puesto en marcha, el reparto parece encantado con la danza macabra perpetrada por los Cairnes. En especial David Dastmalchian se pone la película a las espaldas con este presentador que, tras las sonrisas y la cercanía con el público, esconde no pocos secretos. El manejo de la información que recibimos como espectadores no es precisamente sutil, aunque da juego en la implicación de los que estamos al otro lado de la pantalla. El coro de secundarios está sobresaliente en el desconcierto brutal que provoca la aparición del elemento paranormal, que se dispara en todo un espectáculo sangriento y fuera de quicio en los fabulosos diez minutos finales, que sirven del colofón a la posesión en directo.

Imagen de El último late noght

El último Late Night es el triunfo de la sencillez, de las cosas claras y las ganas de contar una buena historia. Tiene algo de ejercicio de nostalgia, aunque su principal valor es la aceptación del espíritu de película de sesión nocturna, de esas imprescindibles en cualquier menú de Halloween que se precie. La mezcla perfecta entre perspectiva de modernizar el género mientras se dirige la mirada al pulp o a los cómics de EC.

Eso sí, tiene algo de tramposa, como casi todas las películas de metraje encontrado. Aunque, en este caso, todo es tan potente que es fácil ignorar esos patinazos y aceptar sin problemas la suspensión de la incredulidad para el disfrute desacomplejado de una película levantada con tanto cariño.

El cine de terror todavía tiene lugar para la sorpresa. Creo que este año habrá buena cosecha de espantos. De momento, aplaudamos este alivio terrorífico que tiene todo para ser una película de auténtico culto.

Tráiler:

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Ficha técnica:

El último Late Night (Late Night with the Devil ),  Australia, 2023.

Dirección: Cameron Cairnes, Colin Cairnes
Duración: 93 minutos
Guion: Cameron Cairnes, Colin Cairnes
Producción: Joel Anderson
Fotografía: Matthew Temple
Música: Glenn Richards
Reparto: David Dastmalchian, Laura Gordon, Ian Bilss, Fayssal Bazzi, Ingrid Torelli, Rhys Auteri, Georgina Haig

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