Cortometrajes

Providencia

The Statement

Owen Imgrund. EUA, 2022.

El horror cósmico de Lovecraft se basa, de por sí, en el juego de interrelaciones entre el ser humano y el universo en el que se encuentra. Subraya, el escritor americano, la necesidad casi vital por parte del hombre de creerse no solo el punto más alto de los procesos evolutivos, sino el punto centrípeto de todos los elementos que lo rodean (en esta tierra o, también, en el espacio); esta debilidad psicológica se ve frustrada por la presencia de otros seres cuya existencia pondría de relieve el hecho más bien deprimente de la inutilidad del ser humano, así como de su absoluta nulidad universal. Somos, en otras palabras, elementos biológicos de ninguna importancia, cuya presunción nos llevaría a creer que todo se relaciona con nuestra existencia, soles a cuyo alrededor se movería todo lo que forma parte de nuestro mundo. La realidad, nos enseña Lovecraft, a través de las metáforas de sus seres terroríficos, es que tenemos la misma resonancia que el sol le concede a una hormiga que se arrastra bajo él buscando, inútilmente, comida.

El cortometraje de Owen Imgrund, basado en parte en el cuento breve El testimonio de Randolph Carter, establece desde sus primeros segundos el carácter de asfixia típico de las obras lovecraftianas. El elemento narrativo, efectivamente, es tal que nos pone ante el reconocimiento de un mundo que nos rodea y que no nos quiere amar. Sin embargo, este mundo no quiere destruirnos en cuanto encarnación de una maldad universal, sino solo por el hecho de encontrarnos ante él mientras intenta seguir su trayecto. Hay que reconocer, en otras palabras, la forma de absoluta indiferencia que nos arrebata la seguridad de una lucha entre el bien y el mal y que, en consecuencia, no permite una lectura de carácter moral o ético ante lo que es, en definitiva, la demostración de una falta de coordenadas humanas en un universo que es, y siempre será, libre de cualquier tipo de bondad o maldad. Así como nosotros pisamos las hormigas sin darnos cuenta (y no siendo, por esto, malos de tipología apocalíptica), así funciona en relación con los seres extraterrestres (o lo que sea) que pueblan la fantasía de Lovecraft y, por supuesto, el cortometraje que estamos analizando.

La estructura narrativa se mueve en dos direcciones, las cuales fungen de puntos de partida para una consideración sobre el valor del tiempo. En nuestro caso, el director pone en marcha una serie de elementos capaces de desestabilizar el conjunto orgánico del flujo de los eventos, ya que, si los flashbacks se introducen en cuanto capaces de establecer un diálogo entre el presente y el pasado (pasado que, en este caso, ha de ser descubierto), el desfase final con el cual cierra el cuento nos ayuda a tener una visión más plástica de lo que sería, para nosotros, algo totalmente fijo. Las posibilidades que el juego con el tiempo produce, entonces, se ven plasmada y analizadas en relación con una arquitectura que quiere transmitir al público la misma falta de coordenadas que experimenta el protagonista; este juego de diálogo y de identificación ayuda, desde un punto en este caso estrictamente lovecraftiano, a obtener aquella sensación de malestar psicológico que llega a la afirmación subterránea de nuestra completa inutilidad universal.

La asfixia de la que hablamos, además, se ve aumentada por la estructura fílmica que Imgrund pone en marcha. Situados en solo tres lugares, con la presencia de únicamente tres personajes, el resultado final es un espacio cerrado del que nos sentimos en la condición de querer escapar. El juego entre lo centrífugo y lo centrípeto se manifiesta así en el aspecto de presencia/ausencia de otros seres humanos, y el resultado final es una dicotomía entre la claustrofobia de la cueva y del cuarto (u oficina) de la policía, y la infinidad que nos propone el cielo estrellado de la noche, cielo en el que se encuentra, desde un punto de vista lovecraftiano, el origen de los seres que pueblan su fantasía terrorífica. El cortometraje, con sus quince minutos de duración, logra, por estas razones, funcionar en cuanto parte del universo del escritor estadounidense, y en su capacidad de transmisión visual del concepto asfixiante de la nulidad cósmica del ser humano alcanza las simas de desesperación psicológica que el reconocimiento de la inutilidad del ser humano comporta. Llegados a la desestabilización de nuestras ideas, la asfixia de un universo que nos amenaza quita cualquier esperanza de supervivencia.

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Ficha técnica:

The Statement ,  EUA, 2022.

Dirección: Owen Imgrund
Guion: Owen Imgrund
Producción: Nick Houchin, Owen Imgrund
Fotografía: Nick Houchin
Música: John Telfer
Reparto: James Finn, Matt Wilhelm, Jeffrey Peterson

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