Críticas

Stop al acoso sexual

El escándalo

Bombshell. Jay Roach. EUA, 2019.

Cartel de la película El escándaloLas mujeres han dejado de ser una excepción y desde hace dos años libran una batalla por visibilizar su caleidoscópica presencia luchando por emerger y pelear por la igualdad de condiciones en todos los frentes posibles. El movimiento #MeToo ha puesto en común a muchas damas en idéntico objetivo: denunciar y protestar por acciones que supongan un menosprecio a su género o una intolerable actitud machista para alcanzar puestos de trabajo. Un pistoletazo de salida surgido en el ámbito audiovisual que, sin embargo, ha cruzado líneas y ha penetrado en otras áreas dando magnitud a un colectivo enfadado que busca muchas conquistas profesionales pero sobre todo la equiparación y su reconocimiento. Qué duda cabe que el cine ha sido uno de los altavoces que pronta se ha sensibilizado en este aspecto y ha procedido con diligencia ha retocar argumentos con el propósito de potenciar los papeles para las mujeres, dando cancha a un indisimulado empoderamiento femenino cada vez más evidente en las historias filmicas de la última hornada. Empezando por llevar a la pantalla pequeña y grande relatos en los que se plantean asuntos en los que las féminas levantan la mano y logran su cénit.

El escándalo, imagen

Este tema se aborda con minuciosidad y talante guerrero en la película, El escándalo (Bomshell, USA, 2019), un caso inspirado en eventos reales cuyo contexto se desarrolla en el entorno de una cadena de televisión de mucho prestigio, Fox News. Un territorio que el cine ha reflejado mostrando dramas afilados y trapos sucios como Un mundo implacable (Network, Sidney Lumet, EUA, 1976) o comedias románticas sobre la autoestima de reporteros o presentadores, como Íntimo y personal (Up close & personal, Jona Avnet, EUA, 1996) y Un despertar glorioso (Morning glory, Roger Mitchel, EUA, 2010). Pequeños ejemplos de épocas pretéritas que cada una captaba una mirada según el momento que da paso ahora a una visión que pone el foco de la cámara en la zona íntima y depredadora de los despachos de los ejecutivos.

El escándalo, dirigida por Jay Roach (Trumbo, EUA, 2015), se convierte en un título más que añadir a la lista de películas que presentan un firme alegato en contra de utilizar a las mujeres como mercancía. En este caso, en un objeto visual, una imagen que despierte un apetito sexual mientras comunica una noticia. El filme narra la decisión de una temeraria periodista de la cadena televisiva norteamericana Fox News, Gretchen Carlson (Nicole Kidman), que demanda a su rijoso jefe, Roger Ailes (John Lithgow) por acoso sexual. Otra compañera, Megym Kelly (Charlize Theron), se unió más tarde a la iniciativa, no sin persárselo con rigor, que desenmascaró el torvo y obsceno ritual del director de la cadena mediática que solicitaba a las futuras presentadoras que se levantaran el vestido para observar piernas y ropa íntima.

Bombshell

La película está contada por Megym, una periodista de raza, buena profesional, conocedora del mundillo político y al frente de espacios televisivos cuyas opiniones eran muy tenidas en cuenta. El largometraje se hilvana a partir del año 2015, justo cuando la figura de Donald Trump, candidato por el partido republicano a la presidencia de los EE UU, emerge como serio aspirante a la Casa Blanca. En su inesperado exito tuvo mucho que ver la Fox, propiedad del magnate de la comunicación, Rupert Murdoch (Malcolm McDowell).

Megym, desde las primeras imágenes, toma la voz narrativa y nos muestra, a ritmo acelerado y diálogos incesantes, las entrañas, con su estratificación, del gigante e influyente medio de comunicación. Su recorrido nos enseña la segunda planta, donde se ubica el despacho del gran jefe. El primer piso, donde se sitúan los estudios y platós que emiten los diversos programas y, en el sótano, la vibrante redacción. La octava planta se reserva para los propietarios, los Murdoch.

Crítica de El escándalo

El escándalo exhibe el lenguaje visual heredado del formato televisivo. En apenas tres minutos no sólo conocemos el desglose del espacio laboral sino también quién es quién y qué misión cumplen en la empresa. La lógica aceleración se detiene, el espectador respira aliviado y el realizador, sin abandonar un estilo funcional, se concentra en los dos vectores del meollo del relato, la pérdida de inocencia y el perfil de las tres periodistas objeto de atención.

La que da el paso más radical es Gretchen Carlson, una periodista relegada a la parrilla de tarde y que ha visto reducido el sueldo. Su nuevo cometido es insatisfactorio. Es una mujer con agallas que en sus magazines se permite el atrevimiento de difundir reflexiones poco favorecedoras al partido republicano. Su osadía es amonestada y no gusta en dirección que aborde asuntos liberales. Su enérgica oposición a no claudicar le cuesta el puesto de trabajo y es despedida sin miramientos. Con calma decidirá qué rumbo tomar y meditará qué venganza emprender.

Bombshell, fotograma

Megym es una avispada y fogueada presentadora que cuestiona cómo consiguió su puesto y su posición como referente de los informativos. Insegura, se muestra inquietada por lo que le ha pasado a su compañera. Y deja entrever que carece, todavía, del arrojo suficiente para expresar y confesar la verdad. Está casada, tiene hijos y el nivel de vida que lleva en su vida privada está relacionada con la nómina que cobra como rostro estrella de la emisora. Sus actos y pronunciamientos son cautelosos. Mantiene una fuerte contradicción: quiero pero me reprimo a dar una zancada valerosa. Pese a lo que observa y sabel se calla porque el empleo les da de comer y contribuye a pagar la hipoteca.

Keyla (Margot Robbie), único personaje inventado, es una fanática de la Fox, una hooligan convencida, muy conservadora; es muy guapa y tremendamente sexy. Es trepadora y ambiciosa. Mientras ve cómo cortan las cabezas de sus compañeras ella se encamina a la cita con el jefazo dispuesta a aprovechar la oportunidad. Lleva un traje muy bonito, ceñido y entallado, que resalta su escultural cuerpo. Keyla, sorprendida, accede a subirse la falda de su vestido por imperativo del jefe hasta llegar a enseñar la braguita, que es lo que quería el babeante Roger Ailes. Se siente incómoda, violentada, pero no dice nada, se calla y sus manos, pese a la cara de disgusto, suben la tela hasta oír la palabra basta.

Historia coyuntural, de tono convencional, guion que no termina de morder, puesta en escena aseada y conformista, que narra con detalle la camaradería de tres mujeres por precipitar la caída de un depredador sexual. Su maniobra de deja ver gracias a la gran interpretación de las tres actrices, colosales en sus papeles. Muy empáticas, dando vida a guerreras e insumisas, que con su actitud detonan una pieza despreciativa. Se empieza por algo así y luego se convierte en viral.

Tráiler de la película:

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Ficha técnica:

El escándalo (Bombshell),  EUA, 2019.

Dirección: Jay Roach
Duración: 108 minutos
Guion: Charles Randolph
Producción: Coproducción Estados Unidos-Canadá; Lionsgate / Lighthouse Management & Media / Bron Studios
Fotografía: Barry Ackroyd
Música: Theodore Shapiro
Reparto: Charlize Theron, Margot Robbie, Nicole Kidman, John Lithgow, Allison Janney, Kate McKinnon, Malcolm McDowell, Mark Duplass, Alice Eve

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