Críticas

Desde lo profundo

Underwater

William Eubank. EUA, 2020.

Póster promocional de UnderwaterEl océano alberga horrores. Quizá sea la última frontera en nuestro propio planeta, y claro está, fuente de miedos atávicos y viscerales. Las enormes profundidades y sus misterios son el caldo de cultivo de la historia de Underwater, enésimo retorno a amenazas submarinas que atacan a las emociones más primitivas del espectador.

Seamos sinceros: cuando uno se acerca a esta clase de productos no espera grandes despliegues literarios, ni perfecta construcción de personajes. Si me prometen un rato de esparcimiento a base de tensión, claustrofobia, y la amenaza de monstruosidades submarinas, les aseguro que eso es justo lo que voy a exigir. Underwater da  lo que se espera de ella, sin paliativos, sin complejos. Eso sí, nada más, y bastante justa en resultados. La película de William Eubank está a punto de ahogarse en su propia inundación, pero aguanta el tipo gracias al infernal ritmo que se imprime desde el minuto uno, la buena dosificación de la amenaza y el astuto uso del tiempo a su favor.

Lo cierto es que no hay respiro en Underwater. La película lanza al espectador a un viaje que pasa por distintas fases, con la supervivencia como objetivo básico de los protagonistas. Estos personajes son, como en todas las producciones del tipo, carne de cañón, rozando el cliché. Tenemos la protagonista misteriosa con pasado traumático, el aguerrido y abnegado capitán, el alivio cómico con escaso tacto para escoger el momento en el que mete un chiste, o los simples rellenos para mutilaciones varias. Brian Duffield Y Adam Cozad, guionistas del invento, renuncian a la construcción de psicologías complejas. Ponen el foco de atención en la peripecia, en la búsqueda de salidas en medio de la situación límite, tras el colapso de una estación minera submarina por razones desconocidas. 

Cada paso que dan los implicados hace que crezca la sospecha de que hay algo más en las profundidades, algo destructivo, salvaje y antiguo que la ambición del ser humano a despertado. Por supuesto, la odisea se adereza con sensaciones bastante conseguidas arrojadas al espectador. Simples, evidentes, utilizadas sin comedimiento como único sustento de la trama, pero que producen desazón opresiva en el público. El camino para volver a la superficie se complica por segundos, hasta llegar al desatado climax protagonizado por la enorme bestia de las profundidades.

La tripulación en peligro

En ese sentido, Underwater bebe directamente de clásicos como Deep Rising (Stepehn Sommers, 1998), gran precedente de horrores tentaculares, o Alien (Ridley Scott, 1979). Evidentemente, con bastante peor fortuna y resultados que la obra maestra de Ridley Scott, pero el juego ofertado es similar. El monstruo es un susurro, una posibilidad, pero no afrontamos su presencia hasta los momentos finales de película. Es la gran baza para mantener la atención del público, la presión contante del enemigo invisible. Con esos mínimos, Underwater funciona en su condición de espectáculo. No aspira a mucho más, y se agradece. A pesar de que incluso bajo la escasa propuesta, en ocasiones, parece perder algo de rumbo, en vanos intentos de dar contenido emocional a la desgracia de los protagonistas. No se puede decir que sea pretenciosa, pero sí algo torpe en el atrevimiento.

Tenemos en el reparto caras bastantes conocidas, en especial Kristen Stwart. Rostro de su generación, en los últimos tiempos se ha decantado por una trayectoria centrada en papeles dramáticos en películas más o menos pequeñas, en comprensible escapada de la fama y el ruido. Parece ser que el último giro en su carrera es el retorno a papeles más alimenticios, como son ejemplos esta Underwater o la reciente (y divertida) revisión  de Los Ángeles de Charlie (Charlie´s Angels, Elizabeth Banks, 2019). También corretea por estos pasillos inundados Vincent Cassel, que comparte con la protagonista femenina esa tendencia a compaginar trabajos vistosos con cosas más de andar por casa. Aquí tampoco tiene que esforzarse mucho, y se deja llevar por el tono de la película, transformado para la ocasión en el sacrificado líder de los supervivientes.

El apartado técnico brilla como elemento primordial. Si en la construcción del libreto Underwater está a punto del fracaso estrepitoso, la recreación del entorno, creíble y amenazante, consigue que la película supere las condiciones de la serie B en la que está a punto de tropezar. Hay intenciones, y Eubank se encuentra cómodo en los espacios y escenarios, usados con ingenio. Quizá se hubiese agradecido más valentía con la aparición del enorme monstruo final, pero la oscuridad abisal sirve para tapar ciertas vergüenzas, supongo.

Los protagonistas de Underwater

Y es que esta bestia es todo un aliciente para los fans del terror, a los que está dirigida la película sin mucho disimulo. El eco de los horrores bajo las oscuras aguas nos lleva a pensar en Underwater como revisión de los relatos de Lovecraft  o de los relatos de W. H. Hogdson  (maestro y precursor del de Providence) para el siglo XXI. Bien es verdad que hay momentos en los que emocionan las posibilidades para que alguien se atreva por fin con En las montañas de la locura que lo que ocurre en pantalla como tal.

Underwater es puro entretenimiento de palomitas. Si se pone uno exigente, las correrías submarinas de Stewart y compañía no aguanta ni el primer asalto. Pero consigue su objetivo de hora y media de emociones sin destilar, perpetradas de manera poco sutil, por otra parte. En épocas en las que parece que ciertos sectores solo aceptan este género si se viste de algo elevado o superior, es genial encontrarse circos como Underwater. Es cierto, se ven las costuras, y casi se pueden citar escenas casi calcadas de las películas en las que se inspira. Aún así, 95 minutos de espectáculo sin complejos, que solo necesita para su disfrute una actitud parecida en el espectador.

 

Tráiler:

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Ficha técnica:

Underwater ,  EUA, 2020.

Dirección: William Eubank
Duración: 95 minutos
Guion: Brian Duffield, Adam Cozad
Producción: 20th Century Studios / Chernin Entertainment / TSG Entertainment
Fotografía: Bojan Bazelli
Música: Marco Beltrami, Brandon Roberts
Reparto: Kristen Stewart, Vincent Cassel, T.J. Miller, Jessica Henwick, Mamoudou Athie, John Gallagher Jr., Gunner Wright

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