Críticas

Gather your party (before venturing forth)

Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones

Otros títulos: Calabozos y dragones: Honor entre ladrones.

Dungeons & Dragons: Honor Among Thieves. Jonathan Goldstein, John Francis Daley. EUA, Canadá, 2023.

Los juegos de rol nacen con una perspectiva muy simple: proponer a los jugadores la posibilidad de vivir aventuras en lugares diferentes, en los que las reglas pueden ser las de la magia o de la tecnología o también de momentos históricos precisos, con una pizca, a veces grande, a veces pequeña, de realismo. Permiten, estos juegos, no solo cambiar nuestro cuerpo, sino que abren nuevos caminos en hacer lo que nos dé la gana, compartiendo nuestros viajes con otros compañeros reales sentados a la misma mesa y con los cuales las interacciones pueden ser de cualquier tipo, dependiendo (si bien no siempre) de nuestra interpretación y del tipo de ética que hemos elegido (buenos, malos, neutrales, caóticos, etc., o sea, lo habitual de Dungeons and Dragons). Es posible, además, cambiar nuestra raza, de humanos a elfos, de enanos a halflings, o tan solo decidir por ser una mujer o un hombre cuando, en la realidad, nuestro sexo o nuestro género es diferente. Y, como todo dungeon master sabe, intentar conducir a nuestros personajes por una aventura que hemos construido detalladamente no puede sino ser un fracaso (afortundamente no total) continuo, ya que nuestros jugadores funcionan según los patrones de lo caótico y siempre, como en la ley de Murphy, se abren paso hacia nuevos senderos inesperados.

Después de una trilogía bastante mala en los primeros años de este siglo, llega finalmente una obra más estructurada, capaz de recuperar el sentido original del mundo de los Forgotten Realms, aquellas tierras que contienen un sinfín de posibilidades en lo que a las aventuras se refiere. Y, efectivamente, de aventuras hablamos, de forma total y clara, ya que el objetivo, acertado, de esta película es la de narrar algo con lo que distraerse de los problemas de cada día y sumergirse en una narración ligera pero inteligente. Es aquí, entonces, que se nos propone el acto de dejarse atrás lo real y de entrar en lo que no puede ser sino un remolino de fantasía y tanto de diversión como de divertimiento, ya que la película sabe reconocer sus raíces y no solo abrazarlas, aceptarlas y reproducirlas, sino que logra capturar aquel elemento típicamente irónico y ligeramente idiota que se desarrolla en las sesiones de juego.

Es, por estas razones, una película que no quiere tomarse demasiado en serio y que, sin embargo, logra encontrar un equilibrio tal que le permite no verse arrastrada hacia la peor farsa. La bondad del guion muestra una inteligencia profunda capaz de no escapar de los bordes de lo decente, de lo aceptable, en relación con la necesidad de presentar un producto ligero pero divertido, un producto capaz de gustarle tanto a los aficionados como a los que muy pocas cosas de este mundo conocen. Y, de hecho, el resultado es una demostración de que la cualidad de una obra depende sobre todo de la capacidad de entablar un diálogo lúcido con los espectadores, respetuoso tanto de la inteligencia de estos como del material original que quiere presentar en la pantalla. La idea misma de una pandilla de perdedores, una serie de personajes que interactúan formando el sucedáneo de una familia, representa así un guiño a los jugadores, pobres frikis que tenemos que explicar por qué preferimos pasar nuestras noches luchando contra orcos o bebiendo en las posadas, en vez de salir y encontrar a gente nueva.

Es, entonces, una película que quiere regalarle a los espectadores un momento de descanso y abrirle paso al reino de la fantasía y de la aventura divertida, necesidad, esta, de dejarnos transportar hacia otros mundos. El fantasy es entonces el lienzo sobre el que, en el marco del rol de Dungeons and Dragons, se va formando la serie de eventos divertidos, nunca infantiles, con los cuales llega a demostrarse el valor del escapismo no en cuanto negación de lo real, sino momento de (re)elaboración, de (re)estructuración de una arquitectura, la de la moral y de la ética, la de la división entre buenos y malos, que nos pide que el bien gane y que, en el acto de entablar un discurso de ficción, nos recuerda la posibilidad de que la fantasía se establezca como fuerza centrípeta en la realidad. Entretenida, sagaz, capaz de tratar a sus espectadores con la misma ironía y seriedad con la que trata a sus personajes, este producto es una aventura de la que, quizás, no queramos ver el (necesario y satisfactorio) final, ya que nos encontraremos pidiendo que el cuento siga sin parar.

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Ficha técnica:

Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones  / Calabozos y dragones: Honor entre ladrones (Dungeons & Dragons: Honor Among Thieves),  EUA, Canadá, 2023.

Dirección: Jonathan Goldstein, John Francis Daley
Duración: 134 minutos
Guion: Jonathan Goldstein, John Francis Daley, Michael Gilio
Producción: Jeremy Latcham, Brian Goldner, Nick Meyer
Fotografía: Barry Peterson
Música: Lorne Balfe
Reparto: Chris Pine, Michelle Rodriguez, Regé-Jean Page, Justice Smith, Sophia Lillis, Hugh Grant

Una respuesta a «Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones»

  1. Buena critica, sin fanatismos y bien estructurada. La película cumple bastante bien con su público objetivo y permite su visualización por personas ajenas a los juegos de rol, para mi su principal virtud es no tomarse en serio a si misma y mostrar ese humor (mayoritariamente absurdo) que se puede encontrar en una típica partida de rol. Esperemos la taquilla acompañe y podamos tener una buena secuela.

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