Críticas

La crisis europea por cuatro maestros

Centro histórico

Histórias do cinema. Aki Kaurismaki, Pedro Costa, Víctor Erice y Manoel de Oliveira. Portugal, 2012.

Cartel de la película Centro históricoA través de un homenaje a Guimarães como Capital Europea de la Cultura 2012, la ciudad cuna de Portugal fue motivo para que cuatro directores europeos nos brinden un filme que condensa su visión del Viejo Continente en crisis. El proyecto  aunó las voluntades del finlandés Aki Kaurismaki, de quien últimamente hemos visto Le Havre (2011), esa maravillosa obra fría y austera, que tanto caracteriza a su autor; del portugués Pedro Costa, el mismo de Juventud en marcha (2006); del español Víctor Erice, según mi punto de vista, el mejor director español desde siempre, a pesar de su escasa pero grandiosa obra, esta vez en el tono documental de la detenida y contemplativa El sol del membrillo (1992); y, finalmente, ese incansable y centenario, aunque cada vez más joven director lusitano, que es Manoel de Oliveira, autor de El extraño caso de Angélica (2010).

centro-historico-kaurismakiO taskeiro se titula la historia tragicómica de Kaurismaki, que nos narra la rutina diaria de un tabernero que hace las veces de dueño, personal de limpieza, mozo y cocinero en una tasca ubicada en el casco histórico de Guimarães. Con escasos recursos, este personaje (interpretado por Ilkka Koivula, el Italiano de Le Havre) debe hacer sobrevivir un negocio que está en franca decadencia frente a un restaurante que atrae por su menú a gran cantidad de turistas. En la búsqueda por sobrevivir, en lugar de cambiar la calidad de sus míseros platos, lo que hace es cambiar el nombre con que los denomina y el precio que cobra por ellos. Una pequeña pintura de los tiempos que corren en una Europa en crisis. Su autor la define como “una historia triste”, y sí que lo es, porque habla de la soledad del hombre, de su ubicación en la sociedad y de las armas tramposas a las que acude para sobreponerse a las dificultades.

centro-historico-costaPedro Costa compone en escasos planos exteriores –selváticos, evocadores de un pasado africano, rodados al amanecer o al anochecer, cuando las figuras se confunden con la vegetación- un relato que se cobija entre la cámara y las tres paredes del ascensor de un hospital, donde el pensamiento de Ventura (el mismo personaje de Juventud en marcha) se expone, existencialista, con la cadencia de una letanía, casi como un rezo, ante un soldado de plomo, mudo e inerte, en un descenso interminable dentro del claustrofóbico encierro. Sweet Exorcism se titula este fragmento que remite a la Revolución de los Claveles, que dio fin al régimen autoritario que gobernó durante casi cincuenta años a Portugal, permitiendo la independencia de las colonias portuguesas y abriendo las puertas del país lusitano a las masas de inmigrantes que llegaron para sufrir la explotación, el hambre y el racismo. Problemas que definen la actual situación de buena parte de Europa.

centro-historico-ericeLa más amable de estas visiones sobre el Viejo Continente viene de la mano del maestro Víctor Erice, que con Vidrios partidos acude al documental para hablarnos de un pasado duro y triste a través del abandono de una fábrica textil de la ciudad y del testimonio de sus trabajadores. Hombres y mujeres que van contando aquellos hechos que recuerdan con mayor precisión, como los horarios acotados de la comida, los apuros que debían correr para poder amamantar a sus hijos, la búsqueda de nuevos horizontes donde la vida fuera más amable… Con su sensibilidad, Erice ha escogido los mejores relatos, tomados en primer plano fijo y de frente, de gente expresiva que aún lleva en su rostro y en sus manos las huellas de un pasado de trabajo arduo. Pero el mejor testimonio lo brinda un testigo mudo que nos observa desde la pared. Se trata de una fotografía en blanco y negro, panorámica, tomada en el comedor de la fábrica a principios del siglo pasado. En los rostros de los comensales notamos la pérdida de esperanza, así sean rostros jóvenes. Hay cansancio en sus gestos, en la postura de sus cuerpos, en el detenimiento con que consumen la comida que les dará energía para seguir trabajando. Clásico en su humor sobrio, Erice incluye al final a un actor que interpreta a Carlos Marx y recita un monólogo que cierra con cierta vena ácida una historia sobrecogedora. Aunque conmovedor, de la mano de Erice el relato se vuelve amable, así sea que estemos donde reina el desempleo y la crisis económica golpea todas las puertas.

centro-historico-oliveiraCentro histórico finaliza con el aporte de Manoel de Oliveira, O Conquistador, conquistado, que sitúa la acción en el propio centro cívico de Guimarães, donde llega un grupo de turistas. La cámara cobra altura y se posa en el hombro de la estatua de don Alfonso Henriques, primer rey de Portugal, que con su traje de cruzado y su espada blandida al aire impone cierto respeto, hasta que desde un picado panorámico vemos a los turistas que se han adueñado del lugar y han ocupado la plaza, asediando con sus cámaras al Conquistador. Estamos ante una jugarreta del director, que compone este cortometraje en tono de comedia más que ligera para mostrarnos un panorama de la ciudad desde el punto de vista de la estatua frecuentemente visitada, cuya imagen recorre el mundo, pero desde la óptica del hombre que está con los pies en el suelo y debe contrapicar la imagen para poder obtener una instantánea del héroe portugués. De Oliveira nos ofrece la contracara, mostrándonos a ese grupo de anónimos visitantes que con sus cámaras se sienten seguros de poder atrapar la mayor parte de una realidad que se les vuelve esquiva.

Cuatro cortos muy diferentes entre sí que tienen como hilo conductor la ciudad de Guimarães, con diferentes registros y tonalidades, se nos habla de las preocupaciones de cada uno de estos directores que nos ofrecen un pequeño fresco de la realidad portuguesa en 2012. Kaurismaki lo hace con una paleta de intensos colores (verde, rojo, amarillo, blanco y negro); Costa se refugia en el verde seco y las sombras que produce la pálida luz del ascensor; Erice utiliza colores pastel en las entrevistas para contraponerlos al blanco y negro de la fotografía de la pared y De Oliveira desarrolla su relato desde la figura negra del Conquistador y la plaza de piedra, que de pronto se ve inundada por las vestimentas coloridas de los turistas, otorgándole cierta alegría a un panorama tan adusto.

Queda latiendo en el espectador la calma con que Erice desenvuelve su narración, nos queda una mueca luego de ver la realidad del tabernero de Kaurismaki, nos sobrecogemos con el relato del Ventura de Costa y pensamos que el fragmento de De Oliveira quizá sea muy ligero, para el cine al que nos tiene acostumbrados. A pesar de ello, su corto posee cierta alegría. Es posible que De Oliveira nos esté diciendo que momentos como estos pasan y todo recobrará su cauce. Quizá sea cierto aquello de que la vejez otorga sabiduría. Estaría bien que así fuera…

Tráiler:

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Ficha técnica:

Centro histórico (Histórias do cinema),  Portugal, 2012.

Dirección: Aki Kaurismaki, Pedro Costa, Víctor Erice y Manoel de Oliveira
Guion: Aki Kaurismaki, Pedro Costa, Víctor Erice y Manoel de Oliveira
Fotografía: Pedro Costa, Timo Salminen, Valentín Álvarez
Música: Pedro Santos
Reparto: Judite Araujo, Maria Fatima Braga Lima, Arlindo Fernandes, Filomena Gigante, Cruz José, Ilkka Koivula, Amandio Martins, Henriqueta Oliveira, Gonçalves Rosa, Pedro Santos, Valdemar Santos, Manuel Silva, Kristine Strautane, Ricardo Trêpa, Ventura

2 respuestas a «Centro histórico»

  1. Hemos recibido dos comentarios sobre este filme, que no hemos reproducido porque no publicamos palabras soeces ni vulgaridades.

    Si desean dejar un punto de vista diferente al que se propone en esta crítica, deberán hacerlo respetuosamente, como acostumbramos a tratarnos en este ámbito.

    Liliana Sáez

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