Críticas

No todas las madres son piadosas

Pietà

Kim Ki-duk. Corea del Sur, 2012.

– ¿Qué es el dinero?
– ¿Dinero? El principio y el final de todas las cosas. El amor, el honor,
la violencia, la furia… el odio, los celos, la venganza… la muerte.

Diálogo entre Kang-Do y Mi-Sun, Pietà

Pieta - cartelLa película número dieciocho de Kim Ki-duk se estrenó en 2012, en el Festival de Venecia y se llevó el mayor premio de la Biennale: el León Dorado de la edición número 69o. Ganó distintos premios en festivales asiáticos y fue elegida para representar a Corea del Sur en los premios de la Academia 2013. Sin embargo, no resultó elegida entre las finalistas para la mejor película extranjera.

El realizador sudcoreano nos deja otra vez con la boca abierta ante esta tragedia, que nos provoca emociones fuertes y nos deja reflexionando sobre la venganza y los vínculos entre seres humanos.

Desde el comienzo, nos transporta de lleno al ambiente oscuro y agobiante de un grupo de trabajadores coreanos. Es gente que se gana la vida como puede en un taller, realizando piezas para vender a medianas y grandes industrias. Trabajan día y noche, pero no logran un pasar digno, ni siquiera luego de haber estado en el mismo negocio por más de treinta años. Una opción para sobrevivir es acudir a préstamos privados, donde la deuda deviene fácilmente en diez veces el monto original. La alternativa, en caso de no poder pagar, es someterse a un accidente de trabajo, para que la compañía aseguradora se ocupe de la deuda.

El personaje principal, Kang-Do, es un joven oscuro, cruel y solitario, encargado de recolectar las deudas y convertir en lisiados a los deudores. Su vida cambia repentinamente cuando una mujer se le presenta afirmando ser su madre que lo abandonó al nacer.

Pieta - 1La tragedia se ve reflejada en el destino inexorable, desde el primer momento sabemos que Kang-Do está condenado. El film muestra vetas de esperanza y nos deja fantasear con la idea de que existe la redención, pero siempre sabemos que alguien que llega a esos niveles de crueldad no puede salvarse, ni siquiera con el amor de una madre. Los momentos entre los protagonistas son oscuros y tristes. Cuando logran ser felices, están siempre velados por la sombra de los crímenes cometidos.

La violencia sin piedad y el sexo están muy presentes en la película, conviertiéndola en una pieza fuerte. También hay vísceras de animales en la cotidianeidad de Kang-Do, y le dan un toque surrealista a las escenas de su vida. Luego aprendemos que tan sólo son fruto de la forma primitiva con la cual se alimenta.

La actriz Jo Min-soo ganó diversos premios por su actuación en Pietà, muy merecidos por las extraordinarias muestras de todo tipo de sentimiento. Desde el dolor desgarrador, hasta la piedad por un ser humano que merece morir, pasando por la ternura y el odio profundo que lleva a la venganza. Pero la habilidad de Kim Ki-duk se refleja también al elegir al actor principal. Su contextura no deja dudas que es capaz de provocar pánico y dejar incapacitado física y psicológicamente a cualquier persona. Este joven grande y fuerte nos provoca muchísimo miedo, muy similar al que siente cada una de sus víctimas.

Pieta - 2El complejo personaje principal realiza su trabajo como cobrador de deudas, pero también disfruta denigrando y deformando a sus presas. Su justificación es que no deberían haber pedido dinero de forma irresponsable, para luego no devolverlo. En la historia se lo acusa y maldice con los peores insultos, pero la mejor definición es la de un diablo que tienta a la gente con dinero.

La injusticia social de estos trabajadores es indignante, pero sobre todo es dolorosa la impunidad que existe para que puedan ser mutilados en sus mismos puestos de trabajo. No hay ninguna referencia a hechos reales en el film, pero es escalofriante pensar que estas ideas generalmente surgen de hechos reales similares.

Nuevamente el director trae temas religiosos al séptimo arte. Esta vez indagando en el sentimiento de una madre al perder a su hijo, tema principal de la escultura Pietà, de Miguel Ángel, representando el dolor de la Virgen María ante la muerte de su hijo, Jesús.

Sin lugar a dudas, una madre herida es capaz de tomar venganza, otro tema principal en el film y muy presente en el cine coreano. A través de las reacciones de las víctimas vemos representadas las formas clásicas de venganza: tratar de asesinar al perpetrador, maldecirlo cada día para jamás olvidar, tomar el camino del suicidio y la más común en estos casos: tomar venganza sólo en la mente por no disponer de los recursos necesarios para ejecutarla. Esta madre atravesada por el dolor logra la venganza perfecta: que alguien vacío en sentimientos sufra en carne propia lo mismo que sus víctimas, y se arrepienta de corazón por el daño cometido.

Pieta - 3Kim Ki-duk sigue aportando en sus obras escenas que nos quedan fijas en la mente y no se olvidan nunca, por su extravagancia, belleza u originalidad. Una de mis favoritas es la secuencia de la anguila, un regalo de la enigmática mujer a Kang-Do. Él la rechaza, la mujer la suelta y la siguiente toma es la anguila desplazándose por las escaleras de la casa, para terminar reposando tranquilamente en una pecera, en el departamento de Kang-Do, con un papel pinchado a su cuerpo que contiene el número de teléfono de la mujer. Finalmente, una de las primeras comidas que prepara Mi-Sun a su hijo es la anguila.

La escena final posee una violencia considerable, objetivamente es un hombre linchado por una camioneta que va dejando un rastro de sangre en el camino. Pero la escena transcurre al amanecer y sus colores, la iluminación y la música la convierten en otra escena inolvidable por su belleza estética. Kim Ki-duk ha demostrado una vez más habilidad de sobra para emocionarnos, alterarnos, indignarnos, hacernos sufrir y, al final, dejarnos incómodamente calmos.

Tráiler:

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Ficha técnica:

Pietà ,  Corea del Sur, 2012.

Dirección: Kim Ki-duk
Guion: Kim Ki-duk
Producción: Kim Soon-Mo
Fotografía: Jo Young-Jik
Música: Tim Starnes
Reparto: Lee Jeong-jin, Jo Min-soo, Woo Ki-hong, Kang Eun-jin

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