Críticas

Pueblo fantasma

Miró, las huellas del olvido

Franca González. Argentina / Ecuador, 2018.

Un país que no tiene cine documental es
como una familia sin álbum de fotografías.
Patricio Guzmán

 

Cartel de la película Miró, las huellas del olvidoEl cine documental de autor inscribe su mirada sobre la realidad. Observa e interpela aquello que insiste en ser redescubierto. En ese camino, se muestra como un restaurador de su cultura, de lo propio, dando cuenta de un pasado que fluye por salir y dar respuestas. Esa inquietud por el decir y recuperar la identidad y la historia de un lugar, es lo que motivó a la realizadora Franca González (Al fin del mundo, 2014; TOTEM, 2013; Liniers, el trazo simple de las cosas, 2010), para dar origen a su último trabajo, Miró, las huellas del olvido. Un documental donde investiga un pueblo enterrado en el norte de La Pampa argentina, cubierto de soja y olvido.

La historia del pueblo Mariano Miró, lleva el nombre de su fundador, y se remonta al año 1901, en una zona deshabitada de La Pampa, de donde es oruinda la realizadora. Como tantos otros pueblos, Miró creció alrededor de la estación del Ferrocarril que fue trayendo a los primeros pobladores, unos inmigrantes italianos de la zona del Piamonte. Los lugareños cultivaron las tierras vírgenes y fértiles, e instalaron distintas chacras que dieron vida y trabajo a una localidad que llegó a tener 500 habitantes. Se establecieron comercios, un importante hotel, un restaurante y una escuela. Sin embargo, algo pasó en 1912 que la vida de sus pobladores se interrumpió, y debieron emigrar a otros lugares, fundando nuevos pueblos. Hace 4 años, los chicos de una escuela rural descubrieron que algo brillaba en la llanura. Eran fragmentos desparramados y removidos por el arado, piezas sueltas de aquel pueblo fantasma.

Aquella estación de tren sigue en pie, sin que nadie pase. La vegetación fue ganando espacio y unos chicos juegan a la pelota. Hay silencio y quietud. Sólo se escuchan pájaros y grillos nocturnos. En ese marco, la cámara acompaña a un equipo de arqueólogos que excavan el campo. Extraen distintas clases de objetos, hasta encontrar los cimientos de ladrillos de las casas demolidas del pueblo. Los hallazgos que se van sucediendo se respaldan con distintos testimonios en off de viejos pobladores, o de familiares que dan cuenta de relatos sobre aquel sitio. El archivo de fotografías y las entrevistas a pobladores de la zona, forman parte de la investigación de la que somos partícipes.

En Miró… las imágenes de las planicies pampeanas forman el marco estético y geográfico de un documental que nunca descuida la forma pictórica de los encuadres, ni la retórica discursiva cuando, por ejemplo, escuchamos la lectura de tres cartas halladas que narran la cronología gestacional del pueblo: sus inicios, el crecimiento y el abandono.

“Creo que la magia del cine documental, consiste en trabajar sobre lo que está ausente, dice la realizadora; en poder enfrentarse con pocos elementos a lo que ya no existe. En mi caso, representó el desafío narrativo y obstinado por desenterrar historias allí donde la cámara solo registraba llanuras infinitas”.

Miró, las huellas del olvido, fotograma

La película ganó las categorías «Desarrollo» y «Ayuda a la Co-producción» del Programa Ibermedia y el Fondo Mecenazgo de la Ciudad de Buenos Aires, tras lograr el apoyo delINCAA para su realización. Y resuló elegida como mejor largometraje argentino en el 4to Festival Nacional de Cine de General Pico. Su estreno internacional, tuvo lugar en el 20º BAFICI, dentro la sección Lugares, con gran aceptación del público y la crítica.

Una de las características más llamativas de Miró, y en esto reside el talento de Franca González, es el haber generado cierto clima de dualidad y suspenso en torno a lo que sucedió verdaderamente en aquel pueblo, teniendo en cuenta el hallazgo desde donde se construyó el relato. Sin embargo, el olvido recurrente y la falta de interés de los lugareños o vecinos de la zona, genera desconfianza. ¿Ocultan un secreto compartido? ¿Hay algún tesoro enterrado que debieron proteger? o simplemente tienen un desconocimiento certero y desinteresado sobre el tema.

Sin duda, lo ausente juega un papel importante como motor de búsqueda. Revisar viejos mapas, explorar documentación de la época, pegar piezas de objetos recuperados, son algunos de los recursos que se utilizan para reconstruir el pasado. Con un ritmo narrativo que transmite la parsimonia de la vida pueblerina, se va tejiendo las información que le da forma, en la cual el espectador se vuelve un explorador de los hechos.

En Miró, las huellas del olvido hay algo, desde su origen, que invita a ser mirado.

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Ficha técnica:

Miró, las huellas del olvido ,  Argentina / Ecuador, 2018.

Dirección: Franca González
Duración: 90 minutos
Guion: Franca González
Fotografía: Pablo Parra y Franca González
Música: Guillermo Pesoa

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