Críticas

Las inagotables canteras del cine universal

Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos

Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings. Destin Daniel Cretton. EUA, 2021.

Cartel de la película Shang-ChiEsta es una espectacular producción de Disney y Marvel, que aprovecha con gran sentido comercial y con excelente diseño, el mundo de los comics, el trabajo de muy buenos actores de origen chino y asiático que viven y trabajan en Occidente y la fascinación que producen tanto las antiguas leyendas orientales, como el mundo de las artes marciales, para atraer al público a las salas de cine, en estos momentos en que lentamente el disfrute del cine “en vivo” retorna a la normalidad luego de la tragedia del covid-19 (todavía amenazante, hay que señalar). Y es que este tipo de películas de acción y de leyenda se aprecian mucho más en una cómoda sala de cine provista de las maravillas del sonido y las proyecciones de alta calidad visual, que desde el sofá del hogar, aunque el espectador cuente con su propio teatro en casa.

Es interesante en esta cinta que los responsables la presenten de una manera relativamente ordenada y clara para aquellos espectadores (quizás la mayor parte) que no estén familiarizados con las historietas del universo Marvel o con las intimidades de las culturas asiáticas y de sus mitos, que subyacen en la trama. Esa presentación de los temas facilita el no perder el hilo conductor de la compleja trama, que incluye, entre otros, los siguientes temas, todos ricos en posibilidades que son bien aprovechadas, a la vez que podemos sospechar que constituyen fértiles campos para futuros desarrollos fílmicos de esta bien establecida cantera de historias y aventuras.

Un primer ambiente es el de la diáspora asiática en Occidente, escenificada en la ciudad de San Francisco. Acá ocurren unas transiciones entre la vida simple, casi bucólica de un personaje asiático-americano, que oculta sus antiguas tradiciones y herencias ejerciendo oficios sencillos y que se ve obligado en una notable serie de escenas de luchas marciales, a revelar sus inesperadas habilidades y a responder a un poderoso llamado que lo sumerge en un torbellino inevitable. En una segunda ambientación, entramos en contacto con otra diáspora, la de los chinos que viven en las ciudades occidentalizadas de China, Macao y Hong Kong. Acá el personaje debe transitar por el mundo de unas artes marciales que han perdido su sentido de lo sagrado, para convertirse en salvajes espectáculos, en luchas ilegales asociadas con el crimen, con las apuestas y la brutalidad. Esta deformación le afecta en lo más profundo de su propio ser y de su identidad familiar.

Los diez anillosUn tercer ambiente que subyace por todas partes, es precisamente el de la tradición familiar, signado por el enamoramiento, la idealización del rol de la mujer y de la madre, el absoluto respeto por la autoridad paterna y la lealtad hacia las promesas y los lazos de sangre. Acá dos hermanos, ella y él, su poderoso y mítico padre y la madre que va y viene desde la zona de los muertos, unidos y alejados por estas fuerzas, oscilan entre el odio y la adoración para dar sustento a las varias historias que se tejen en el filme. Esta coherencia familiar es evidente y no se pierde, nunca se vuelve meramente accidental, absorbida por tantas cosas que pasan.

Es que el gran ambiente es el de los diez anillos, una idea que también permea por doquier. De un lado, se trata de unas potentes herramientas de destrucción, casi como armas nucleares personalizadas, con las cuales su poseedor se convierte en una imbatible fuerza guerrera. ¿Para el bien o para el mal? Entra acá la consciencia personal, atemperada por el amor o por las fuerzas malignas. Entonces, de otro lado, se convierten los diez anillos en una empresa criminal liderada por su dueño, que se vuelve inmortal, que domina y manipula el mundo, corrompiendo por todas partes, durante milenios. Es una especie de demonio, pero de naturaleza secundaria. Porque en un cuarto ambiente que todo lo subyace, residen otros demonios más potentes, unos seres alados y oscuros, verdaderamente malignos y perversos que nunca pueden optar por la posibilidad del bien. Solo están atemperados por otras fuerzas, las del bien, en forma de nobles dragones benéficos, que aguardan en lo profundo de las aguas el momento de la lucha contra el mal.

Los diez anillos

Y más allá del cotidiano ambiente, existe una mítica aldea, poblada durante milenios por unos seres humanos únicos, guardianes que evitan el escape de los demonios del lugar en que están encerrados. En esta aldea confluyen el bien y el mal en una batalla épica, que se convierte en escena fundamental de la película, tanto desde la impresionante sucesión de luchas y de combates, como desde el espectacular empleo de efectos especiales, a cargo de todo un batallón de dibujantes, especialistas diseñadores y magos digitales.

Es este un show que vale la pena ver, verdaderamente internacional y colaborativo, con amplio apoyo y presencia de Australia, con sus paisajes, también protagonistas y con una multitud de personas que hacen posible un filme como este, además, con apoyo financiero. Bien saben los países que la industria del cine es un atractor de empleo, de actividad, de prestigio y de prosperidad.

Al final, los cuentos chinos transformados por la creatividad occidental, han venido para quedarse en la conciencia colectiva, con su carga de fantasías y de magia. Igual que los distintos mitos de tantas regiones, que se constituyen en inagotables canteras para el cine universal.

 

Trailer:

 

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Ficha técnica:

Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos (Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings),  EUA, 2021.

Dirección: Destin Daniel Cretton
Duración: 132 minutos
Guion: Destin Daniel Cretton, David Callaham. Basada en Shang-Chi de Steve Englehart y Jim Starlin
Producción: Kevin Feige, Victoria Alonso , Louis D'Esposito
Fotografía: Bill Pope
Música: Joel P West
Reparto: Simu Liu, Tony Chiu-Wai Leung, Awkwafina (Nora Lum), Meng'er Zhang, Ben Kingsley, Fala Chen, Michelle Yeoh, Wah Yuen, Florian Munteanu, Andy Le, Paul W. He

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