Entrevistas 

Pedro Speroni, director del documental Los Bilbao

Pedro SperoniEn la 24º Edición del Buenos Aires Festival Internacional de Cine independiente -BAFICI- tuvimos la oportunidad de ver el segundo largometraje de Pedro Speroni, Los Bilbao, que integra  la Competencia Argentina y, paralelamente, participa en el Festival de cine documental Visions du réel (Francia) dentro de  la Competencia Internacional. 

Luego de Rancho (2021), presentada en el BAFICI21, donde pudimos descubrir tanto su estilo narrativo como el abordaje sobre quienes estuvieron o están privados de la libertad. La presentación de su nuevo documental nos permitió ponernos en contacto con el realizador para dialogar sobre sus películas y proyectos.

EL ESPECTADOR IMAGINARIO: Los Bilbao comienza con el final de Rancho, tu documental anterior, del que Iván Bilbao formó parte. ¿Qué te llevó a querer continuar con su historia fuera del penal? 

Pedro Speroni: Lo que me llevó a querer continuar con Iván fuera en libertad, fue que con Iván dentro de la cárcel generamos un vínculo increíble, de mucha intimidad. Tuvo gestos muy conmovedores conmigo, me protegió siempre mucho dentro de la cárcel y, de hecho, hubo una vez una pelea muy fuerte en un pabellón y yo quedé en el medio e Iván. Él me vio, me abrazó y me llevó a una celda para protegerme y después volvió a pelear, con todo lo que eso implica en la cárcel, no?. En ese momento se acordó de mí y a partir de ahí yo sentí que con Iván el vínculo era fuertísimo. Fue el único que quedó en libertad al filmar Rancho y me dieron muchas ganas de ir a visitarlo.

Lo fui a visitar y también afuera generamos un lindo vínculo. La primera noche que llegué me recibió en su casa, me invitó a ir a bailar con sus amigos que estaban esa noche; y como se hizo tarde me dijo que me quedara a dormir en su casa. Dormí allí, después de un año casi sin verlo, porque siempre me dio esa confianza y esa protección. Por eso me interesaba mucho contar su historia y quizás de un tipo que puede ser un poco rudo o de algún modo el macho, macho; también detrás de todo eso estaba un tipo muy humano y con gestos sumamente conmovedores. Entonces cuando fui conociéndolo a él y a su familia, descubrí otras cosas: las heridas que quizás hay detrás de algunas historias y su pasado. Todo eso me llevó a querer contar esta historia y poder ver más allá de lo que a veces uno cree de la gente que está presa; ver la humanidad que tienen Iván y su familia.

EEI: ¿Cómo fue el proceso de insertarse en su hogar para captar el proceso de reinserción que Iván atraviesa junto a su familia? Es tal el grado de naturalismo y fluidez que lograste, que la cámara parece no haberlos intimidado. 

PS: Llegué a la casa de Iván cuando él quedó en libertad, después de un año más o menos. Me recibió muy bien y, de a poco, fui generando mucha intimidad con la familia y me tomaron como uno más: charlábamos, conversábamos; teníamos un montón de momentos íntimos con él, con Yamila, su mujer; con su hija Luz, con sus padres, y eso fue haciendo que me sienta uno más, que me den un lugar. De algún modo, a la hora de filmar era tal la confianza que era uno más y entonces era como invisible para ellos y así fui atravesando todo ese proceso de Iván en su hogar y el de su familia.

EEI: ¿Te modificó desde lo personal y también desde lo profesional, la experiencia de trabajar temáticas que reflejan las causas y consecuencias de quienes estuvieron privados de la libertad? 

PS: Si. En lo personal fue una experiencia de algún modo muy humana. Recuerdo la primera vez que ingresé a la cárcel me recibió el líder del pabellón con Iván y al principio pensaron que yo era un infiltrado de la policía porque nunca habían visto un chico joven caminar en una cárcel con tanta libertad. Yo pensé que ese día habíamos pegado muy buena onda, entonces seguí yendo todos los días y tiempo más tarde, me dijeron que pensaban que yo era un infiltrado de la policía. A partir de ahí empezaron a confiar en mí y se generó un vínculo increíble y me protegieron, me cuidaron y, de vuelta, pude entender y ver que hay detrás de ciertas ideas de la gente que está presa, o de ciertas ideas de la violencia también, ya que hay muchas heridas, historias duras, un pasado… entonces para mi fue una experiencia que a nivel personal me cambió muchísimo. También pude entender que muchas veces el acto de robar es un acto humano también, porque quizás es como yo que hago películas y quiero hacer buenas películas y ser reconocido por mis pares; cuando uno roba también quiere ser reconocido por sus pares y de ese modo, tener una identidad. De alguna manera robar tiene que ver con la identidad. Y esa búsqueda de identidad es sumamente humana y lo pude comprender.

Ellos me dieron la posibilidad de que yo conozca ese mundo y cuando alguien confía en vos, y te confía su intimidad tiene una humanidad tremenda y eso a nivel personal, me da muchísima emoción que alguien haya confiado en mí y, de esa manera, pude meterme en ese lugar con intimidad y confianza. Por eso, también desde lo personal, espero en las películas haberles devuelto a ellos la confianza que me dieron.

Y desde lo profesional, también me modificó. Las películas giraron por un montón de festivales internacionales muy importantes. Estuvieron en el Malba un montón de meses, se estrenaron en el BAFICI, también ganaron premios afuera y en Buenos Aires. Eso me permitió seguir filmado, que también es gracias a todo un equipo que trabaja conmigo y gracias a la confianza que me dieron tanto en la primer película dentro de la cárcel, como luego Iván y su familia. Entonces hay un trabajo de mucha gente que hizo para que yo pueda crecer profesionalmente e ir transformándome a nivel personal.

Los Bilbao

EEI: Desde el aspecto formal y teniendo en cuenta que tus películas se inscriben dentro del documental directo o de observación; en el libro El documental. La otra cara del cine de Jean Breschand, el autor hace referencia a que ese tipo de documental “crea la tensión de un presente captado en su surgimiento”. ¿Qué opinión te merece esa reflexión? 

PS: Lo que dice este autor me parece maravilloso, creo que sí, que se trata de eso y que es estar en ese presente, estar ahí. Un presente que te toma por completo captando estas cosas que van sucediendo en esta tensión. Entonces, si creo que es acertadísima y maravilloso al mismo tiempo. Creo que tiene mucho que ver con la forma en que yo hice las películas y con la forma en que también fui creciendo en esa película y cómo la película fue creciendo.

EEI: El documentalista es un cronista de su tiempo y de las realidades adversas que viven sus protagonistas. Por ende, al planificar tu trabajo, ¿qué deseas despertar o transmitir en el espectador como partícipe de la sociedad? 

PS: Lo que quisiera transmitir al espectador es que vean humanidad en alguien que estuvo preso o que está preso, así como la vi yo; que puedan entender lo que hay detrás de la gente que está presa; que puedan ver las heridas, las historias, que  puedan entender que, a veces, robar tiene que ver con la identidad y querer ser alguien para los pares, para tus propios pares, entonces es un acto mucho más complejo, más humano, que tiene que ver con la identidad de ser alguien, de ser valorados por alguien. Entonces, lo que me gustaría a mí es que la gente vea seres humanos y se vea reflejado en esa búsqueda de identidad; y que pueda ver detrás de lo que hay de muchas ideas que tenemos sobre estas heridas, estos pasados, estas historias…

EEI: Por último, contanos si estás planificando una nueva película.

PS: en este momento estoy desarrollando una película en cárcel de mujeres que me gustaría darle un cierre a esta temática de la cárcel, dándole voz a las mujeres que muchas veces no son escuchadas en el penal. Siempre hablamos de los presos y las mujeres son madres, hijas, hermanas… muchas están muy marginadas y me gustaría darles una voz noble, ya que hace un año que las estoy conociendo en una cárcel de la Provincia de Buenos Aires. Darle voz a esas chicas. Es una película que estoy produciendo con Liliana Mazure y se llama “Hermanas”. Y por otro lado, estoy trabajando en mi primera ficción, hace un año más o menos que estoy escribiendo el guion de mi primera ficción que es lo que me gustaría hacer después de este documental.

EEI: Muchas gracias, y éxitos con tu obra.

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Una respuesta a «Pedro Speroni, director del documental Los Bilbao»

  1. El acto de robar no deja de ser un acto humano, ya que lo realiza es un ser humano.Pero, el acto de robar, es un acto de índole social, porque es un ser que integra la colectividad, y es la colectividad la que margina a ese ser, en su lucha de clases, no lo educa, margina y lo encierra, para proyectarlo como rehén de esa misma colectividad.

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