Críticas

Elle, persona singular

Elle

Paul Verhoeven. Francia, 2016.

ElleElle,  pronombre personal femenino del francés, es el breve y conciso título del debut del veterano director Paul Verhoeven en el cine francés. Elle aborda la historia de una mujer particular, pero también la personificación de muchas, que verán su reflejo en la pantalla, encarnado por Isabelle Huppert. Michelle es el nombre de ella, un nombre que sin duda marca la historia, al ser la feminización de un nombre masculino, y cobra vida en una elegante ejecutiva de mediana edad, lo que la convierte en el personaje ideal, o la carnada perfecta, para abordar el difícil tema de la violación femenina.

La novela Oh… (2012), del francés Phillippe Dijan, es la obra en la que se basa Verhoeven para regresar a la gran pantalla, siendo nuevamente un hombre el que da vida a una mujer para relatarnos la agresión sexual. Lo que da paso a descubrir a una mujer fuerte, independiente, exitosa, proveedora económica ante su hijo y su madre; pero que no se siente víctima en ningún momento, carente de afectos y sentimientos hacia sus seres queridos, capaz de tomar la venganza por sus propias manos y, sobre todo, de seguir los impulsos del deseo, manteniendo activa su sexualidad. Puede verse como una depredadora, una mujer políticamente incorrecta o una mujer que ha asumido el patriarcado con lo peor de la masculinidad.

Sin embargo, ambos creadores ya habían asumido el reto de dar vida en el cine a mujeres compuestas con una mortal carga sexual y una psique atormentada, como dos caras de una misma moneda, para marcar el erotismo cinematográfico a finales del pasado siglo. Tal es el caso Betty Blue (Jean Jacques Beineix , 1986), basada en la obra 37,2º Al Amanecer (1985), de Phillippe Dijan, con la particular historia de amor una joven borderline, inestable y obsesiva, encarnada por una sensual Beatrice Dalle. Mientras que Paul Verhoeven quedará asociado a la dirección de la mítica Instinto básico (Basic Instinct, 1992) que sorprendió con Catherine Tramell (Sharon Stone), una seductora y fría asesina.

EllePero ahora estamos ante Michelle, marcada por un padre psicópata y el acoso mediático, y nos advierte con su mirada fría que los años han pasado dejando huellas. Ella se aleja del objeto sexual o “sex simbol”, que representaron en su juventud sus antecesoras, para dar paso a una mujer entrada en años que ya no tiene ninguna historia de amor que relatar,  salvo su larga decepción en este ámbito sentimental. Protagoniza un thriller donde el deseo sexual nos muestra su lado más oscuro, pero nos permite transitar por los caminos de la fragilidad de la moral y de la familia actual, demostrando que los géneros puros son imposibles hoy, y ella como mujer tiene muchas caras que asumir.

Mientras que el retrato de los hombres alrededor de Michelle  es absolutamente patético: seres vulnerables, cobardes, inmaduros, que conforman una comparsa uniforme de secundarios, las mujeres en Elle toman la acción, sorprenden y siempre guardan una carta bajo la manga, como la madre dispuesta a casarse, en las postrimerías de su vida, con un  amante que bien puede ser su nieto. Así, Verhoeven compone una misoginia realista, de signo contrario, que más de una vez nos interroga sobre la realidad que nos rodea.

ElleSin embargo, no olvidamos como espectadores que desde el minuto cero hemos sido testigos de una violación, un delito punible sin discusión alguna, aunque lo contemplemos en el cobijo de nuestra butaca. Un horror que se reitera una y otra vez, manteniéndonos en una constante y desgastadora tensión. Mientras Michelle no denuncia, no se quiebra, no llora, no responde al “deber ser”; y se mantiene impávida en el silencio de la compostura, siempre segura de sí misma, siguiendo su propio instinto de supervivencia. Ella nos crea una desgastante contradicción emocional, un suspenso a contrapunto, y nos deja la más pura emoción de un thriller. Michelle transita en la imagen, dentro de la compleja cotidianidad de su vida, que a ratos se acerca a una comedia satírica, que también nos provoca risas, como un terapéutico escape ante el acecho inmediato, conjugándose dos antiguas máscaras teatrales en la Francia del siglo veintiuno, pero que ahora, como espectadores adultos, nos dejan solos ante nuestro juicio moral.

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Ficha técnica:

Elle ,  Francia, 2016.

Dirección: Paul Verhoeven
Guion: David Birke, de la novela de Philippe Djian)
Fotografía: Stéphane Fontaine
Música: Anne Dudley
Reparto: Isabelle Huppert, Laurent Lafitte, Anne Consigny, Charles Berling, Virginie Efira, Lucas Prisor, Christian Berkel, Alice Isaaz, Jonas Bloquet, Vimala Pons

2 respuestas a «Elle»

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