Críticas

Una pesadilla del abuso

Brecha en el silencio

Luis y Andrés Rodríguez. Venezuela, 2012.

Cartel de la película Brecha en el silencioBrecha en el silencio es una película venezolana de la Villa del Cine, dirigida por los hermanos Luis y Andrés Rodríguez, en la que el tema del abuso contra los hijos en una familia es tratado a través del thriller psicológico con elementos de terror. La clave genérica está sutilmente puesta en el título, que suena a filme de géneros como esos. Que la protagonista sea sordomuda es, por tanto, no solamente un llamado a la reflexión sobre esa discapacidad ni una sinécdoque de la dificultad para expresar lo que sucede y actuar para ponerle fin en tales situaciones. Se trata también de una evocación de películas como La escalera de caracol de Robert Siodmak (The Spiral Staircase, 1945), por ejemplo.

Ana (Vanessa di Quattro) es la Cenicienta del hogar,  y tiene un hermano menor sonámbulo. Antonio, el padrastro (Rubén León), es un monstruo que ataca a los hijos cuando se quedan a solas con él, y el deterioro y la suciedad del apartamento y de la parte de la ciudad en la que se encuentra reflejan la decadencia de los personajes. Eso es también algo trillado en el cine, así como expresión de un conservadurismo que pasa por sentido común. La problemática del abuso es representada como una pesadilla y no a través de un análisis, mediante la ficción, de los factores sociales y morales involucrados. Lo psicológico del suspenso y el terror es creación de atmósferas, no indagación en el alma de los personajes, a lo que se añade una metáfora excesivamente obvia: la analogía entre pegar las piezas de una muñeca, y la decisión de la protagonista de recomponer su vida rota y la de sus hermanos.

IMagen de Brecha en el silencioComo filme de género, Brecha en el silencio tiene como mérito que es una obra realizada con virtuosismo. En el estrecho ámbito del cine venezolano actual se distingue, en primer lugar, por el buen uso de los medios técnicos, especialmente de la fotografía digital, y por la omisión de todo comentario político superficial. Más allá de eso se destaca por las actuaciones de todo el elenco, cuya verosimilitud realista da un aire de vitalidad a los clichés genéricos. Asimismo por un uso del color y del blanco y negro, y del montaje, que al comienzo traducen acertadamente la desazón y la sensación de estar aislada que podría pensarse que tiene una persona que no oye, y que progresivamente trascienden lo individual para convertirse en expresión de la pesadilla que viven los tres hermanos. Las atmósferas pueden resultar, además, un placer sutil para los cinéfilos, por la capacidad de los directores de sacar partido de trucos como el monstruo que sale de su escondite para asustar y los golpes que da a la puerta para que le abran, sin extraviarse por la trocha de lo chabacano. La fragmentación de las acciones mediante el montaje hace también de Brecha en el silencio una película que entretiene porque exige la participación del espectador.

Fotograma de la película Brecha en el silencioPero todo eso no pasa de ser un brillante y sutil ejercicio de estilo, que incluso puede defraudar al público que esperaba estremecerse de miedo en la butaca, o al menos ver correr sangre. En el cine venezolano, además, el tema de la sexualidad y las relaciones de poder en la familia ha producido una obra superior, Macu. En esa película de 1987, dirigida por Solveig Hoogesteijn, una joven mujer examina el pasado en el que estableció un pacto tácito de protección a cambio de placer con el policía que se casó con ella para sacarla de su hogar, cuando tenía once años de edad, y que ella decide renovar por las mismas razones, luego de que el agente mata al amante con el que pudo vivir su despertar sexual. En el filme de la Villa del Cine, en cambio, el abuso se plantea como actos terribles que un monstruo comete contra tres víctimas inocentes, y el pacto sexual del hombre con la madre es toscamente análogo a un intercambio comercial: “Yo te doy comida, ahora quiero mi comida”. La pesadilla imaginada no aporta nada revelador sobre la más siniestra oscuridad que puede haber en historias como esa, y por ende no se cumple la promesa del título de abrir una brecha en el silencio.

Tráiler:

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Ficha técnica:

Brecha en el silencio ,  Venezuela, 2012.

Dirección: Luis y Andrés Rodríguez
Guion: Rafael Pinto, Luis y Andrés Rodríguez
Producción: Manuel Pérez
Fotografía: Antonio García
Música: Clizpen
Reparto: Vanessa di Quattro, Juliana Cuervos, Rubén León, Caremily Artigas, Jonathan Pimentel

8 respuestas a «Brecha en el silencio»

  1. No la he visto, pero conociendo el trabajo de los Rodríguez suscribo plenamente que no hay ningún cineasta en Venezuela que maneje un lenguaje similar.

    Es una lástima que el Estado venezolano no la haya puesto a competir en el Festival de Mar del Plata, ni la haya postulado a la Quincena de Realizadores de Cannes. Aún cuando la peli no resultara ganadora, habría significado una gran apertura para Venezuela y nos habríamos llevado gratas sorpresas.

  2. Gracias por la aclaratoria Pablo. En lo personal, muero por verla. Me gusta mucho el trabajo de los Rodríguez. Ojalá puedan traerla a México.

  3. Tuve la fortuna de ver la película. A mí en lo personal me conmovió bastante y valoré grandemente que en nuestro cine contemporáneo tuviese cabida en un cine comercial esta pieza que es una película de arte. Muy cuidada y pensada en su realización. Además, es una película con una voluntad poética que agradezco.

    Lo que más me gustó es que habla de la relación con la madre y de la violencia en casa. Pienso que estos son temas neurálgicos en la circunstancia en la que estamos los venezolanos. Estoy segura de que la película provoca reflexiones alrededor del tema y eso es termendo.

    Seguro es posible hacer un relato más hondo al respecto… pero considero que es un excelente inicio del tema y también de una filmografía prometedora como la de estos cineastas.

    El análisis que haces Pablo me hace pensar. Honestamente no la había percibido como un thriller. Y de hecho me da la impresión de que los autores no plantean el relato como tal. Quizá hubiese ganado muchísima fuerza si se hubiese ajustado a este género!

    1. Mudos, sordos y ciegos son personajes idóneos para crear suspenso, porque los espectadores se preguntan si llegarán a percibir o no las amenazas que los rodean o cómo harán para comunicar a los demás el peligro en que se encuentran. Creo que esa es la esencia de la película, a lo que se añade el interés de transmitir un mensaje sobre el «maltrato intrafamiliar».

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