Reseñas de festivales 

Blue Is The Warmest Color

Blue-is-the-warmestLa reciente película ganadora de la Palma de Oro llega a las salas de México tras una serie de polémicas que parecen interminables. Basada en la novela gráfica homónima de  Julie Maroh, la cinta narra la vida de Adele, una chica que está en preparatoria y que descubre su homosexualidad al tiempo que conoce al amor de su vida: Emma.

La cinta, de casi tres horas de duración, ha despertado una serie de comentarios y descontentos en torno a sus escenas de sexo, que resultan explícitas y largas, contrastando con la decisión de narrar todo a través de close ups que dejan ver aún más allá de las aparentes emociones de los personajes, sobre todo de Adele, que es quien lleva la línea narrativa.

A pesar de los comentarios y las quejas de todos –las actrices, la autora y las instituciones- La vie D’Adele es una pieza que habla sobre el amor y la pérdida, sin importar la sexualidad ni la orientación de sus personajes. La vida se percibe intensamente y, día a día, el ser humano se descubre y redescubre, y eso es lo que Kechiche retrata en su película.

Es una historia de amor y desamor, de crecimiento y madurez, de una relación de pareja que -como todas- tiene altibajos, y se defiende en medio del vertiginoso mundo del siglo veintiuno, que no deja ni percibir la calidez de los colores ni los milagros de la existencia misma.

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Una respuesta a «Blue Is The Warmest Color»

  1. Resalto el último párrafo de tu crítica, creo que cada escena es parte complementaria a todo, eso nos lleva el vivir el primer amor, que cada quién de manera diferente (diversidad).

    «Pocas películas como ésta han sabido tratar las elipsis narrativas como lo hace La Vida de Adèle. En cualquier película comercial, un cartel superpuesto nos indicaría que han pasado tres años de una escena a otra, pero aquí no hace falta. En tres segundos vemos rota la continuidad entre escenas y sabemos en qué época nos encontramos. Adèle, por ejemplo, se toca el moño compulsivamente al inicio de la película, cuando sólo tiene quince años, como síntoma de inseguridad. Lo mismo ocurre cuando se sube los pantalones al andar. Poco a poco, cuando hay un salto narrativo, vemos cómo sus tics dejan de ser tan frecuentes, y sabemos que ha madurado. Sólo un detalle prevalece durante toda la trama: su forma de dormir, bocabajo y espatarrada en la cama, como conservación de su niñez e inocencia, que sólo se ve rota cuando las noches de insomnio la acogen en posición fetal.

    La forma de tratar el diferente origen social de las dos protagonistas merece mención aparte. Es algo que no está en la novela gráfica y que es mérito total de la película. Mostrar a Adèle comiendo espaguetis (siempre espaguetis) con la boca abierta, manchándose los labios, mientras en la familia de Emma se degustan ostras y marisco resume todo el bagaje previo de ambas en un par de planos. Los amigos intelectuales de Emma detallando cada virtud de su cuadro, mientras Adèle sólo puede balbucear un lastimoso me gusta… todo, un ejemplo más.

    Y el uso de la música, otro detalle a considerar en una película que se te clava más cuanto más la piensas. Sólo existe música ambiental, en las escenas en que bailan o hay alguna fiesta, pero no hay un violín o un piano que te indique cuándo debes llorar, como en la mayoría de producciones estadounidenses. Eso implica que estás tú solo contra las palabras y los gestos de Adèle, comiéndote la rabia en la magistral escena de la cafetería -que tampoco está en la novela gráfica- cuando Adèle intenta tocar todo el rato a Emma mientras ella le dice que ya no la quiere, o sufriendo con la discusión tras el desliz de la protagonista. Son ellas, sin artificios, sin más.

    Otra de las grandes virtudes de la película es que es una historia de amor universal, que habría funcionado exactamente igual entre dos hombres, o entre un hombre y una mujer. Que la relación sea lésbica le aporta matices, da como resultado una película distinta y poco convencional, pero no es únicamente una película sobre lesbianas. Y es ahí donde quizá se distancie un poco más de la novela gráfica»

    Extraido: http://pensamientoarritmico.wordpress.com/2013/10/28/la-vida-de-adele-o-aprender-a-mirar-como-mirar-un-punto-de-vista-heterosexual/

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