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El Joker no mató a Heath Ledger

Heath Ledger

Al conocerse la muerte de Heath Ledger, el 22 de enero de 2008, la prensa internacional aseguró que la presión y dedicación del actor australiano por el icónico rol del Joker en la película de Christopher Nolan, The Dark Knight Rises, lo llevaron al suicidio. Una sobredosis de pastillas para la ansiedad, el insomnio y el dolor no son algo típico de un hombre rebelde, un actor entregado, un profesional arriesgado, un intérprete cuyo papel lo convierte en un mito. El dictamen de medicina legal que lo consideró una “muerte accidental” y las palabras de los que realmente lo conocían, hacen ver a otro hombre, uno con las emociones a flor de piel y una verdadera pasión por vivir y trabajar, pero no por ser famoso.

Ledger nació para ser una estrella. Con su look de galán logró entrar en la televisión de su país, en 1992, a sus 13 años. Su gran éxito en Hollywood llegó en 1999 con 10 Things I Hate About You, una comedia romántica que nos dejó una escena inolvidable: a sus 19 años, Ledger cantaba con su voz profunda y una sonrisa en su cara el clásico “Can’t take My Eyes Off You” en las graderías del estadio del colegio Padua, enamorando a los espectadores y de paso a Julia Stiles, coprotagonista y futura novia. Fue elegido por el director Gil Junger después de ver su casting, quien aseguró que nunca se había planteado acostar con un hombre, pero en dado caso, sería con el australiano[1]. La película fue un éxito inmediato.

Su consolidación como galán llegó en A Knight’s Tale, una película de 2001, que se convirtió en uno de los grandes éxitos de taquilla en el mundo, y con ella llegó la fama. Según uno de sus amigos de infancia, en el documental I Am Heath Ledger (2017), cuando el actor encontró la fama, se dio cuenta de que eso no era lo que quería. En el documental hay imágenes grabadas por el propio actor con una cámara casera que, por momentos, recuerdan a River Phoenix y dejan ver una sonrisa llena de esperanza como la de una Judy Garland en los inicios de su carrera. Todos, víctimas de una sobredosis, a diferentes edades, causadas por la fama que les trajo su talento.

Michelle Williams, su compañera en la exitosa Brokeback Mountain y madre de su única hija, Matilda, afirmaba en entrevistas después de su muerte que Ledger era muy vulnerable, algo que se lograba ver en sus papeles, pero que era fácil de pasar inadvertido en la vida real, por su físico y fortaleza masculina[2]. Esa vulnerabilidad fue la que hizo de Ennis Del Mar un personaje tan real como visceral, un vaquero homosexual con un amor imposible, que “se roba el show”, como dice su director Ang Lee. Vivía con sus emociones a flor de piel, por eso detestaba a los paparazzis y a los periodistas que no lo dejaban en paz, se mudó de Los Ángeles a Brooklyn para tener una vida tranquila, y se fue ganando la fama de “actor difícil”, lo que siempre fue refutado por todos sus compañeros de set, especialmente por aquellos que lo vieron en la segunda película de la trilogía de Batman, de Christopher Nolan, la última película que rodó completa.

Heath Ledger como Joker

En las entrevistas que alcanzó a dar sobre su hoy icónica interpretación del Joker, Heath Ledger habla de la influencia que Alex De Large, el protagonista de A Clockwork Orange, tuvo en la construcción de su visión única del tradicional villano de Batman. Coincidió con Nolan en que querían alejarse completamente del personaje creado por Jack Nicholson en la película dirigida por Tim Burton a finales de los años 80. Para el guion se basaron en las primeras apariciones del personaje en el cómic, algo muy alejado de lo que se había hecho hasta el momento y mucho más oscuro. Era necesario un acercamiento diferente, el más icónico villano de la serie de cómics de Batman nunca había sido tomado tan seriamente en una producción audiovisual, siempre se reforzaba la idea del “payaso”. Ledger estaba dispuesto a todo, no le tenía miedo a enfrentarse a un reto como tal, por lo que Nolan se convenció cuando conoció al actor y vio que iban por el mismo camino: los elementos anárquicos de un Joker que de verdad asustaría a la audiencia, un personaje mucho más realista.

Para embarcarse en semejante reto, Ledger vivió un exilio voluntario en soledad, algo que le gustaba hacer al actor, según su padre, se “sumergía” en el personaje que iba a interpretar[3]. Encerrado en un hotel de Londres, el actor duró un mes preparando el Joker que todos vimos en pantalla, pues Nolan no alteró ninguna de las escenas que interpretó. Ledger redactó un diario durante ese tiempo, donde escribió todas las ideas que se le fueron ocurriendo para hacerlo tan real como fuera posible. Para el actor, “(…) era muy importante encontrar una voz y una risa que fueran icónicas”[4]. Y a pesar de lo aterrador que hizo su personaje, era un hombre amado. Aaron Eckhart –Harvey Dent en la película– recuerda que todo el equipo se emocionaba al verlo llegar, su energía era única, al director se le iluminaban los ojos cuando hablaba de Ledger, un actor de admirar que tomó decisiones arriesgadas y lo llevó a otro nivel. Incluso, los críticos que no disfrutaron la película, elogiaron el brillante Joker.

Mientras en el rodaje Ledger le pedía a Christian Bale –quien interpretó a Batman– que lo golpease de verdad, al salir dividía su tiempo entre el rodaje de I’m Not There y Candy, mientras su vida personal se desmoronaba: se separó de Michelle Williams, dormía dos horas por noche y fue captado en cámara consumiendo cocaína, mientras afirmaba que hacía dos meses que había nacido su hija.

Sin embargo, lo logró: creó un “psicópata consciente de sus actos” para el que “todo es una gran broma”, que hizo que el gran actor británico Michael Caine olvidara sus líneas cuando entró a escena, en una ocasión, le produjo escalofríos a Christian Bale al verlo en pantalla y le dio a Heath Ledger el premio Oscar al mejor actor de reparto, entregado de manera póstuma a sus padres y hermana.

Solo días después de haber salido de la piel del Joker, Ledger siguió el rodaje de la película de Terry Gilliam, The Imaginarium of Doctor Parnassus, en el que presentó malestares respiratorios y le comentó a su coprotagonista, Christopher Plummer, que tenía problemas para dormir[5]. Pocos días antes de morir tenía conflictos con Michelle Williams por la custodia de su hija, se le vio paseando desaliñado junto con la niña, y todos sus allegados le pedían que parara su ritmo de trabajo, en especial, sabiendo que mezclaba medicamentos sin supervisión médica. Ledger no escuchó.

Pero, ¿cómo podía hacerlo? Si él tenía una energía incontrolable, era una persona a la que su mente siempre le estaba funcionando, tanto que tenía problemas para dormir, según la misma Williams[6]. Su talento no tenía límites, después de dejar el alma en la cinta con el Joker, su perfeccionismo no lo dejó descansar, se refugió en su trabajo para huir de su inestabilidad personal y se excedió en los medicamentos prescritos. La vida le tomó ventaja, como a muchos otros famosos. La presión de seguir siendo esa estrella, mejorando con cada trabajo, entregando todo y sin dejar nada para uno mismo.

Eso no pasa solo con los famosos. Todos tenemos drogas que nos llenan la mente mientras nos exigimos al máximo, queremos vivir bajo unos estándares que nosotros no pusimos y nos presionamos para ser mejores. ¿Para qué? ¿A costa de qué? ¿Cuáles son las consecuencias de esos extremos? Para el querido actor australiano Heath Ledger, fue la vida misma.

FUENTES

Fernández-Santos, E. (mayo 16, 2019). “Devoción por Heath Ledger y su Joker”. España. El País.

I Am Heath Ledger (2017). Estados Unidos. IMDB.com.

Jolin, D. (julio 8, 2002): “The Making of Heath Ledger’s Joker”. Estados Unidos. Empire Magazine.

Lorao, D. (agosto 5, 2015). “Heath Ledger y las consecuencias de ser un Joker”. España. Cinemascomics.com

Remembering Heath Ledger” (mayo 4, 2017). Estados Unidos. Interview Magazine.

Sanguino, J. (septiembre 11, 2018). “Los cabos sueltos de la muerte de Heath Ledger, el primer icono del cine del siglo XXI”. España. El País.

Stoynoff, N. (enero 28, 2008). “Show Will Go On For Heath’s Last Movie, Says Co-Star”. Estados Unidos. People Magazine.

[1] Sanguino, J.: “Los cabos sueltos de la muerte de Heath Ledger, el primer icono del cine del siglo XXI”, El País, 2018.
[2] “Remembering Heath Ledger”. Interview Magazine, 2017.
[3] Lorao, D.: “Heath Ledger y las consecuencias de ser un Joker”. Cinemascomics.com, 2015.
[4] Jolin, D: “The Making of Heath Ledger’s Joker”. Empire Magazine, 2002.
[5] Stoynoff, N.: “Show Will Go for Heath’s Last Movie, Says Co-Star”. El País , 2008.
[6] “Remembering Heath Ledger”, Interview Magazine, 2017.

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