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El cine en tiempos de Marilyn

Programa del ciclo El cine en tiempos de MarilynMarilyn Monroe (1926-1962) no fue solo una actriz o un mito erótico, Marilyn fue un auténtico fenómeno social que, aún hoy, cincuenta años después de su muerte, está presente entre nosotros. Su figura ha sido el motivo central del ciclo que ha programado el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, en colaboración con el Vicerrectorado de Extensión Universitaria de la Universidad de Alicante, durante cuatro viernes consecutivos, entre el 25 de mayo y el 15 de junio. “El cine en tiempos de Marilyn” ha reunido en la sala de conferencias del ADDA y en los cines Odeón de Elche a una serie de especialistas, cinéfilos, escritores, aficionados y, en general, admiradores de Marilyn, que se han acercado a ver alguna de las películas programadas y a escuchar el coloquio posterior. El resultado ha sido gratificante y los organizadores quieren repetir la experiencia el próximo año, ya que ha supuesto una ocasión excelente para volver a algunos títulos clásicos en pantalla grande.

Marilyn Monroe pertenece a la última generación de grandes estrellas de Hollywood, cuya decadencia había retratado a la perfección Billy Wilder en El crepúsculo de los dioses (Sunset Boulevard, 1950). En la década del cincuenta, cuando las estrellas bajaron al mundo y se humanizaron, Marilyn Monroe se convirtió en una diosa. Hay tres muertes que, en cierto modo, simbolizan el fin del Hollywood dorado: la de James Dean en 1955, la de Marilyn, en 1962, y la de Judy Garland, en1969. A veces, se ha comparado a Marilyn con Jayne Mansfield, pero no tienen nada que ver. El auténtico ídolo de Marilyn fue Jean Harlow, en cuya antigua casa llegó a vivir Marilyn. La gran actriz que fue Marilyn quedó eclipsada por la propia figura de Marilyn, un auténtico mito.

Cartel de la mítica película de Marilyn MonroeAunque Marilyn solo protagonizaba dos de las cuatro películas programadas, lo cierto es que ella ha sido el auténtico leitmotiv del ciclo, que se inició el 25 de mayo con la proyección de La tentación vive arriba (The Seven Year Itch, Billy Wilder, 1955), a la que siguió una interesante conferencia de David Trueba –ya que el otro invitado inicialmente previsto, Rafael Reig, no pudo acudir por motivos de salud–, en la que el guionista, director y novelista se acercó a una figura como Marilyn desde múltiples perspectivas, haciendo especial hincapié en las películas que hizo para Billy Wilder y en el tema de la locura, el verdadero miedo al que se enfrentaba diariamente la actriz. Habló de Marilyn en términos de “juguete roto”, pues procedía de una familia desestructurada y padeció abusos cuando era una niña.

Mítica película de Billy Wilder con Shirley McLaine y Jack LemmonEn la segunda sesión, Emilio Martínez Lázaro, Daniela Fejerman y Verónica Sánchez, director, guionista y actriz, respectivamente, de La montaña rusa (2012), plantearon un interesante coloquio con el público asistente a propósito de Irma la Dulce (Irma la Douce, 1963), una de las películas menos queridas por Wilder, pero, paradójicamente, una de las favoritas de su público. Si La tentación vive arriba era la adaptación de una obra teatral, Irma la Dulce adaptaba un musical, si bien prescindiendo, eso sí, de todas las canciones. Aunque se había barajado a Marilyn para el papel principal, este, finalmente, recayó en Shirley McLaine, cuyo inolvidable partenaire era el verdadero actor fetiche de Wilder, Jack Lemmon. Uno de los temas más interesantes del debate fue el tratamiento que realiza el genial director del mundo de la prostitución en París, así como la crítica al mundo pequeño‑burgués.

Adaptación de Kubrick de la novela de NabokovLa tercera sesión del ciclo se trasladó a Elche, a los cines Odeón, donde se proyectó Lolita (Stanley Kubrick, 1962), trasposición de la novela homónima de Nabokov. En esta ocasión, Román Gubern y Lorenzo Silva trazaron las semejanzas y diferencias que existen entre la película de Kubrick y la novela de Nabokov, que preparó para el realizador un guion de nueve horas. Lolita fue la primera película en la que Kubrick tuvo opciones sobre el montaje, pero quizás sea su proyecto menos personal. En la novela, el peso de la narración cae sobre el viaje en carretera, por un lado, y sobre las propias reflexiones de Humbert Humbert sobre las nínfulas, por otro, algo que desaparece casi totalmente en la adaptación fílmica. Aparece un gran contraste entre la vieja Europa, encarnada por James Mason, y un joven país que masca chicle y bebe refrescos con gas, representado en los personajes interpretados por Shelley Winters y Sue Lyon (en la novela, Lolita tenía doce años; en la película, catorce; la actriz que la interpretaba, dieciséis). Tampoco se olvidaron del gran Peter Sellers, que en esta cinta ofrece un anticipo del papel que posteriormente interpretaría para Kubrick en ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (Dr. Strangelove or How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb, 1964).

John Huston dirige a Marilyn y a Clark Gable en su última películaEl cierre del ciclo tuvo lugar en la sala de conferencias del ADDA, y contó con una programa doble: en primer lugar, se proyectó Vidas rebeldes (The Misfits, John Huston, 1961), la última película que estrenó Marilyn; a continuación, el público asistió al estreno mundial del cortometraje Chanel nº 5 (Aarón García Sampedro, 2012), en el que la actriz Lluvia Rojo encarna a Marilyn en sus últimas horas de vida, bajo el virtuosismo de la fotografía del mítico John Cabrera. El coloquio posterior contó con la intervención del cinéfilo Paco Huesca (fundador de los cines Astoria) y del productor Xavi Crespo, responsable de títulos como el mencionado Chanel nº 5, Orson West (Fran Ruvira, 2012) o Entre esquelas (Adán Martín, 2009). El debate se centró fundamentalmente en el mundo fronterizo retratado en Vidas rebeldes, donde una serie de inadaptados tratan de sobrevivir al margen de la sociedad. Lo curioso es que se trata de una película de despedidas: la última de Clark Gable, la última (acabada) de Marilyn y una de las últimas de Montgomery Clift. Entre los secundarios, destaca la poderosa presencia del personaje interpretado por Eli Wallach, unos años antes de convertirse en Tuco, el inolvidable “feo” de El bueno, el feo y el malo (Il buono, il brutto, il cattivo, Sergio Leone, 1966).

Al quitarse la vida, Marilyn dejó sin acabar un film de George Cukor, una comedia musical con Cyd Charisse y Dean Martin que debía titularse Something’s Got to Give y en la que Marilyn aparecía bañándose desnuda en una piscina. Falleció el 5 de agosto de 1962 con 36 años. Si hay algo que resume bien quién fue Marilyn es este anuncio por palabras publicado en la prensa. “Mujer sencilla, treinta años, bien en todos los sentidos y hasta ahora muy puesta a prueba sentimentalmente, ingresos medios de quinientos mil dólares anuales, busca señor, incluso calvo, honesto y sensible, para fundar un hogar prolífico. Escribir a Marilyn Monroe, Sutton Place, New York”. Nadie contestó.

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