Críticas

Una historia de amistad

Los paracaidistas

Archie López. República Dominicana, 2015.

Los paracaidistasLa comedia es uno de los géneros cinematográficos más fértiles de la República Dominicana. El incentivo que ha constituido la Ley de Cine y el incremento de producciones de todo tipo  en los últimos años, ha favorecido la consolidación del cine nacional, especialmente en este género tan transitado. La mayoría de los filmes cómicos han solventado los problemas técnicos que pululan en las producciones nacionales y una reciente muestra de ello es el filme Los paracaidistas (2015), de Archie López, un trabajo redondo en todo sentido que cumple con el objetivo primordial del género –hacer  reír-, construyendo una historia simple con una técnica inmejorable.

Uno de los grandes problemas de la comedia dominicana ha sido el populismo de sus gags, el recurrir a situaciones pedestres, en múltiples ocasiones poco elegantes, o traducir ciertos complejos freudianos de sus autores. Aunque no es ocasión para realizar un psicoanálisis que podría pecar en la pérdida de rigor, es cierto que las taras sociales han sido blanco o tópico fácil de cierta farsa un tanto carente de inteligencia. No es el caso de Los paracaidistas que, aunque hace innumerables concesiones –como es propio del género-, se basa en lo más original de la identidad nacional, creando situaciones realmente hilarantes, y solo en pocos casos excediéndose en cierta “payasería”.

Como género de aquiescencias, la comedia ha sido criticada por la falta de vocación ideológica, lo forzado de sus motivaciones o lo pobre de sus contenidos, pero no todos los días nace un Preston Sturges, un Luis Buñuel, un Mel Brooks o más cercano al área caribeña, un Gutiérrez Alea. En un país tal tradición cinematográfica, el solo hecho de hacer cine es importante. ¿Por qué solo hacer?  Porque no hay tradición histórica ni escuelas sólidas y solo la práctica constante hará mejorar el cine. Una buena muestra de ello es la comedia.

Los paracaidistasLos paracaidistas narra la historia de un grupo de amigos que se unen para sacar a uno de ellos de un bache amoroso. Leo sufre amargamente la pérdida de su amor de cuatro años y sus compañeros de trabajo harán lo imposible para ayudarlo. Al ver una noticia en el periódico, son iluminados con la idea de romper el record de unos jóvenes paracaidistas –personas que entran a fiestas sin ser invitados- que se han colado en más de 99 fiestas. Bajo esa premisa se desarrolla esta comedia ligera que mantiene su ritmo todo el tiempo y no pretende provocar más que puro divertimento.  Quien vaya al cine en busca de otra cosa, que se abstenga. Quien quiera pasar un buen ratos de risas, que vaya a verla. Lo mejor del filme es exactamente eso, su sinceridad y su ligereza. Una historia de amistad que traduce lo mejor de la naturaleza e identidad dominicana, perspectiva sumamente necesaria en este tipo de filmes, que en ocasiones se presta para, de esa callada manera chistosa, revelar visiones polarizadas y enquistadas en una tradición patriarcal determinante y determinista.

Uno de los establecidos que deja claro este filme, es que los problemas que transita el cine dominicano actual no son de forma sino de concepto. Se necesita ver cine y estudiar cine, hacerse de una teoría para luego ponerla en práctica. La fotografía de Pedro Juan López se maneja de forma muy original, utilizando el contracampo, el recurso del fuera de foco, además de una acertada planificación de planos y secuencias. Filmada con una cámara de la familia Epic Red, en específico una Dragon, que traduce la imagen a una calidad de 6K y un rango dinámico que hace que nuestra realidad se vea borrosa. El tratamiento posterior y la estética en general coadyuvan para un resultado excelente. La dirección de arte es cuidada en cada detalle, denota una minuciosidad sumamente profesional; ciertos aspectos jocosos del guion son muy bien llevados como la estatuilla del colchón dorado o el libro que ganaron los empleados del mes.

Los paracaidistasEl principal fallo del filme son algunas actuaciones. En los papeles protagónicos, Fausto Mata (Jimmy), Cheddy García (Bélgica), Irving Alberti (Angel) y Daniel Sarcos (Leo), en el rol del novio compungido, son –unos más que otros- el sostén actoral de esta pieza. La mayoría de los secundarios son de suficiente calidad. Solo algunos personajes, como la novia, secundario de bastante importancia, presenta una caracterización exigua. Todavía no logran los directores dominicanos exigir de actores no tan profesionales un desdoblamiento exitoso. Lo que no se explica es por qué se obvia la excelente escuela actoral del país, quizás –como ya ha sucedido- se beneficia de un golpe de efecto sostenido sobre el prestigio populoso de estrellas que arrastran consigo la credibilidad del producto. De igual forma hay situaciones, sobre todo al final de metraje, que denotan el cansancio o pérdida de rigor de los guionistas, como la escena de los árabes, donde se rompe lo que se había logrado hasta el momento con una situación inverosímil y poco chistosa, quebrándose el rango básico de situaciones forzadas aceptables en una comedia de enredos.

La calidad de cierto cine dominicano es un hecho, y un gran favor le hacemos librándonos de preconceptos que en nada aportan. Yo misma he sido víctima de ellos, con esta película en particular, y con otras muchas que, aunque no son obras maestras, van dándole forma a la cinematografía de la isla. Los paracaidistas es un producto sólido, quizás porque no tiene grandes pretensiones y sí un excelente equipo de profesionales. Solo queda sugerir a ciertos críticos locales que pretenden o quieren un cine más elaborado, que solo “el amor engendra la maravilla”.

Tráiler:

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Ficha técnica:

Los paracaidistas ,  República Dominicana, 2015.

Dirección: Archie López
Guion: Carlos Salcedo y Miguel Alcántara
Producción: Panamerica y Vistalux Dominicana
Fotografía: Pedro Juan López
Música: Alex Mansilla
Reparto: Daniel Sarcos, Fausto Mata, Cheddy García y Irving Alberti, Cuquín Victoria, Gerald Ogando, René Castillo, Fiume Michel, Ana Carmen León y Raeldo López.

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