Críticas

Recuerdos permeables

Estoy pensando en dejarlo

I’m Thinking of Ending Things. Charlie Kaufman. EUA, 2020.

«Estoy pensando en dejarlo», narra la protagonista en referencia quizás a su pareja, o a su relación, o a su trabajo o a quién sabe qué. Ella admite que esta idea persiste, que es imposible sacársela de encima. Es una idea que se siente vieja y nueva a la vez, agrega, que no sabe cuándo terminó, ni siquiera cuándo comenzó. Sobre las texturas del empapelado de una casa vacía y hasta el momento desconocida, la voz de la narradora anticipa el viaje por carretera que emprenderá junto a su novio para conocer a sus suegros. En Estoy pensando en dejarlo, a pesar de la posible separación que la atormenta, y la rareza del vínculo afectivo entre ambos, Lucy sube al auto junto a Jake y se embarca en el camino a través de paisajes rurales y reflexiones desesperanzadas. 

Escrita y dirigida por Charlie Kaufman, Estoy pensando en dejarlo describe el trayecto de la pareja en una suerte de tres grandes momentos, la ida, la visita y el regreso. Estas secuencias son quebradas por la presencia de un tercer personaje, ajeno en la narrativa pero que vendrá a formar parte de la historia de una manera peculiar: el conserje de una escuela. Pero este hombre y sus andares rutinarios no es lo único que se entromete, pues en la película los recuerdos propios se entrelazan con alusiones ajenas en un meollo visual que ilustra de modo formativo lo enmarañado que resulta la construcción de la memoria personal. 

fotograma de i'm thinking of ending things

Existe una premisa central que atraviesa la película, la dialéctica entre memoria e identidad, no como procesos consecuentes, sino como una relación –con frecuencia– inconsistente. Los recuerdos que construimos provienen de una mezcla de estímulos que se van diluyendo con el paso del tiempo, pero que de alguna manera se perpetúan con el relato oral o, lo mismo, con objetos testimoniales (como fotografías) dotados de alguna verdad objetiva que, a su vez, son seleccionados y categorizados. Sin embargo, la fragilidad de la memoria es tal que optamos por el olvido adrede de ciertos recuerdos en función de una mutación identitaria. Por ende, un recuerdo llega a estar constituido por palabras de otros, o por los recuerdos de otros sobre las cosas que nos sucedieron y que refuerzan los nuestros, y que a su vez moldean una identidad amorfa casi ficcionada. En consecuencia, resulta imposible definir donde empieza lo propio y lo ajeno, la imaginación y la verdad.  

En este sentido, Estoy pensando en dejarlo describe este proceso de metamorfosis donde nada es definitivo. Los personajes cambian de ropa, de nombre y de profesión con la misma soltura con la que se ven alterados sus estados de humor, incluso dentro de un mismo fragmento de tiempo o recuerdo. Así, Lucy es Lucia o Ames, a veces estudia física cuántica y otras escribe ensayos sobre el cuidado de la población perteneciente a la tercera edad o, incluso, cuenta diferentes versiones de cómo conoció a Jake bajo distintas circunstancias. Del mismo modo, ciertos detalles, como cuántas copas de vino bebió un personaje, se ven cuestionados por las afirmaciones del otro hasta el punto de hacer dudar a la protagonista. Las variaciones trascienden las nociones temporales; un mismo personaje se presenta avejentado o rejuvenecido dentro de los límites de la narración de una misma anécdota, la visita a los padres de Jake. 

fotograma de i'm thinking of ending things

La pasividad de Lucy frente a estas mutaciones es inquietante, pero a medida que pasan los minutos, la inquietud se amolda al carácter vacuo del relato, donde importa más ver que incitar o, dicho de otro modo, el despliegue visual de la puesta en escena avasalla el planteamiento filosófico. Y aquí una barrera impermeable que mantiene al espectador por la superficie. Tal como ella contempla las rupturas y se resiste a establecer alguna conexión entre sus sueños y la realidad, uno se resigna a la apreciación estética que ofrece Kaufman. La disociación se acrecienta con el uso de una relación de aspecto que comprime a sus personajes en el plano. El acierto de esta contradicción visual se diluye con un montaje excesivo que, frente al temor de agotar sus recursos, fragmenta una escena en infinitos planos, desde afuera del auto, desde atrás, desde adentro, y así sucesivamente, con un ritmo promedio, me atrevo a decir, de tres segundos por plano. Asimismo, pareciera que lo ilógico empieza a ceñirse a normas de ordenamiento predecibles que desplaza un objeto a otro lugar, como elementos barajados pero perfectamente reconocibles.  

Estoy pensando en dejarlo manifiesta una predilección hacia lo grotesco, y lo dilata en la repetición más allá de los límites de lo tolerable para volverlo penoso. Las actitudes de los padres de Jake parten del lugar común de la vergüenza ajena insistida con frecuencia en el cine de comedia, pero las mismas adquieren otro tono cuando la atención se dirige a la repulsión que genera la degradación de sus cuerpos o los gestos burlescos tomados como objetos de patetismo. ¿Qué podría narrar el detalle de una uña putrefacta o la viscosidad de un vómito sobre un pijama, cuando se limitan a ser intentos residuales de una idea deglutida?

fotograma de i'm thinking of ending things

La desesperanza sobre la que se construye la película, anticipada con la primera frase pronunciada por la joven mujer, que podría referirse a su propia vida, se agota en sí misma en la última parte de la película con la parada en la heladería y el posterior desvío al colegio. Llegados a este punto, no queda duda alguna de que la relación de ambos está condenada al fracaso, que siempre lo estuvo y que no era necesario el viaje para conocer el carácter depresivo de ambos. Estoy pensando en dejarlo se sostiene en una caja de recursos efectistas a los que se le añade un sinfín de citas y referencias cinéfilas que enturbian aún más esta fábula surreal; el problema yace en la imposibilidad de carpir la maleza que impide ver por detrás del escenario del musical de Oklahoma. Cuando tras el estreno de una película de alcance y accesibilidad tan masiva se discute la explicación del final, como si el espectador estuviera incapacitado para interpretar la obra, o peor, como si la comprensión fuera su único sustento, quizás no haya nada ahí que explicar. 

Tráiler:

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Ficha técnica:

Estoy pensando en dejarlo (I’m Thinking of Ending Things),  EUA, 2020.

Dirección: Charlie Kaufman
Duración: 134 minutos
Guion: Charlie Kaufman (Novela: Ian Reid)
Producción: Distribuida por Netflix. Likely Story
Fotografía: Lukasz Zal
Música: Jay Wadley
Reparto: Jessie Buckley, Jesse Plemons, Toni Collette, David Thewlis, Guy Boyd, Colby Minifie, Jason Ralph, Abby Quinn, Teddy Coluca, Ashlyn Alessi, Hadley Robinson, Dj Nino Carta, Austin Ferris, Dannielle Rose, Brooke Elardo, Varvara Cardenas, Monica Ayres, James Glorioso Jr., Thomas Hatz, Albert Skowronski, Liggera Edmonds-Allen, Julie Chateauvert, Kamran Saliani

Una respuesta a «Estoy pensando en dejarlo»

  1. «quizás no haya nada ahí que explicar.»

    Gracias Alex, sos lo más. Lo grato de encontrarme con esta película es lo que pueden decir en torno a ella. Leerte es volver a los aciertos de Kaufman, a esos despliegues.

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