Críticas

El fútbol es el fútbol

En fuera de juego

David Marqués. España, 2011.

Recién finalizada la liga de fútbol y a punto de empezar la Eurocopa, se estrenó en nuestras pantallas En fuera de juego, una película de fútbol sin fútbol, que cuenta la historia de Javi (Fernando Tejero), un representante de jugadores de tercera, y Diego (Diego Peretti), un ginecólogo argentino que no soporta el fútbol. Ambos se verán obligados a compartir los derechos de representación del joven jugador argentino Gustavo César, que está a punto de ser fichado por un club español. Cualquier alusión a Lionel Messi quedó absolutamente descartada por los protagonistas y su director en el preestreno de Barcelona, respondiendo con la frase de que la única pretensión de la película era hacer pasar al espectador un rato entretenido. Zanjando pues, el tema, veremos que el único homenaje a un jugador argentino podría quedarse únicamente en el peinado de Gustavo César que nos recuerda al de Maradona.

La película resulta ser una comedia que parte de un enredo en el que todos acabarán mintiendo para conseguir aquello que quieren. A pesar de que la trama principal pueda resultar plana y poco ambiciosa, consigue secuencias realmente divertidas, con un Fernando Tejero chisposo y un Diego Peretti que ejerce bien su papel de payaso serio. Ambos actores se enfrentan a un tipo de personajes en los que tienen amplia experiencia. A pesar de que recientemente nos parece ver a un Fernando Tejero repitiendo, una y otra vez, el mismo personaje, en esta ocasión combina muy bien sus grandes dotes para la comedia, sin caer en repeticiones ni tics, ofreciendo un personaje divertido, egoísta, ambicioso y sin escrúpulos que consigue que ciertas escenas salven la simplicidad de su guión.  

Aunque son muchos los tópicos que aparecen en la trama, gracias a la combinación de argentinos y españoles, sus propios protagonistas se encargarán de romperlos: eres el único argentino que no habla, eres el único argentino al que no le gusta el fútbol… Los diálogos se servirán de las diferencias lingüísticas para crear situaciones y reflejar a la vez la divergencia de caracteres entre ambos protagonistas: ¿qué es un percal?, ¿qué es un golfo? Quizá el mayor de los tópicos resulta ser la presencia, aunque breve, del gran Ricardo Darín.

El personaje de Javi nos es presentado a través de las frases que suele usar habitualmente para engatusar a la gente: a mí no me preguntes cuál es la capital de Finlandia porque ni lo sé ni me interesa. Yo sólo sé de una cosa: de fútbol. A pesar que era fácil y una apuesta segura el haber recurrido a ellas, el mérito radica en no haber abusado de las mismas, perfilando así un personaje ingenioso que siempre tiene algo que decir.

La verborrea de Javi, que tan felizmente asocia a los vegetarianos con los gays, no resulta ofensiva, sino que acentúa la comicidad de su personaje, y lo llevará a provocar una serie de enredos encadenados, entre los que destacan la entrevista con la cadena SER, que resulta ser uno de aquellos momentos en los que las carcajadas de la sala apenas permiten seguir la totalidad de la conversación.

Si los hombres de esta película representan el enredo, la ambición, la superficialidad y la codicia, las mujeres aportan el punto de estabilidad, sinceridad y cordura. Laura Pamplona es Gema, la hermana de Javi, y Carolina Pelleritti es Ana, su mujer. A través de ellas, se reafirmará el retrato que nos hemos hecho de él, una persona cuyas prioridades están más que claras y para el que todo aquello que no tenga que ver con el fútbol, incluida su familia, se encuentra en un segundo plano. Patricia Montero cierra el plantel de secundarias, representando a la única persona que parece interesarse por las inquietudes del joven futbolista.

Tejero y Peretti resultan ser una pareja que funciona bien en la pantalla y que capta la atención del público. La entrada en el estadio valenciano de Mestalla, apadrinada por una breve aparición de Jordi Sánchez, presagiaba el punto álgido de la comedia y no defrauda. Los secundarios Hugo Silva y Pepe Sancho representan dos caras de un mismo personaje: el gran representante y el padrino. Uno, el «tiburón», al acecho del mejor contrato con el que poder sacar tajada, a la caza de la firma del muchacho; y el otro, el veterano, de la vieja escuela, en la que el pacto entre caballeros se firma con un apretón de manos.

Cuando Javi y Diego buscan al mejor padrino para su chico, la imagen se separa en cuatro pantallas, recordando a las películas con acciones simultáneas de los años setenta o, incluso, a otras más recientes, como la saga de Ocean’s.

La música de Nico Cota nos introducirá en la acción del tercer acto de la película, donde veremos que lo que en principio empezó como una relación con cierta tirantez, va avanzando hacia una relación más distendida.

En una película sobre el fútbol no podían faltar guiños a la selección española: bufandas, muñecos de los jugadores en el asiento de un taxi e, incluso, un cameo de Manolo, el del Bombo, nos muestran la euforia de los aficionados por La Roja, porque a pesar de que Javi diga aquello de Spain is different, España acaba siendo una de las protagonistas de la película, con sus clubs de fútbol, sus bares y su jamón serrano.

La película nos situará en un contexto en el que cada vez son más los aficionados a este deporte, que en el caso de la selección parece difuminar escisiones lingüísticas y clásicas enemistades deportivas, y nos mostrará dos maneras de sentir el fútbol: por un lado tenemos a Javi, una persona que vive para este deporte, que oculta el drama de no haber podido seguir siendo jugador, y por otro el de Diego, que parece sentirse el único ser de la tierra al que no le gusta. ¡Qué os pasa a todos con el fútbol!

Con este punto de partida futbolístico, la película habla de los sueños de los niños por llegar a ser jugadores profesionales, de aspiraciones truncadas por lesiones o por la desagradable realidad de tener que afrontar el no ser lo suficientemente bueno. Nos habla de aquellos que se han quedado en la estacada, sin poder vivir su sueño, o de aquellos que han acabado viviéndolo a través de otros, para no tener que abandonarlo por completo, como es el caso de Javi.

La historia retrata una España que vive con pasión el fútbol, más si cabe después del triunfo en Sudáfrica, pero hace a la vez una crítica sobre esta pasión a veces desmedida: como la de ese padre que sólo le da pomelos a su hijo Manolito para que esté en forma, ese jugador Gustavo César que no sabe qué están haciendo con él, esos maridos que prefieren ver el fútbol a acompañar a su esposa en la sala de partos, el «tiburón» que es capaz de pasar por encima de todos para conseguir sus objetivos o un mundo en el que en definitiva  lo más importante es guardar las apariencias.

Peretti y Tejero resultan ser una extraña pareja que funciona en la pantalla y cuyos caracteres se complementan con gran efectividad cómica a lo largo de una trama sin pretensiones, que más que entrar en debates sobre por qué el fútbol es capaz de movilizar de esta manera a las masas, nos da una respuesta que resulta aceptable para todas las preguntas: el fútbol es el fútbol.

Trailer:

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Ficha técnica:

En fuera de juego ,  España, 2011.

Dirección: David Marqués
Guion: Kiko Martínez, Rafael Calatayud Cano
Producción: Nadie es perfecto
Fotografía: Federico Ribes
Música: Claudio Waisgluss, Nico Cota
Reparto: Fernando Tejero, Diego Peretti, Hugo Silva, Carolina Pelleritti, Laura Pamplona, José Sancho, Chino Darín, Carles Chamarro, Carmen Ruiz, Jordi Sánchez, Sayago Ayuso, Sergio Caballero, Alfred Picó, Giovanni Bosso Cox, Iker Casillas, José Ramón de la Morena, Patricia Montero, Martin Palermo, Jaume Queralt, Paula Rego, Alfredo Relaño, Sergio Villanueva

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