Críticas

Celebración

The Party

Sally Potter. Reino Unido, 2017.

Cartel de la película The PArtyUnos cuantos amigos y conocidos, cuatro paredes y la vida misma. Esos son los elementos que Sally Potter mezcla con astucia en The Party, elegante y mordaz crítica a… bueno, a casi todo. La directora tiene pólvora de sobra para dinamitar con ingenio alguno de los pilares fundamentales de la fantasía burguesa occidental a la que dirige su objetivo. Con un guion sin concesiones y el personal aspecto visual de la obra, Potter construye esa clase de películas más poderosas que la simple suma de sus partes.

Potter ha demostrado, a lo largo de su carrera, personalidad de sobra, que resulta en un conjunto de películas bastante firmes. Coherencia interna y capacidad de adaptación sin renuncia a cierto espíritu de audacia experimental sitúan a Potter en un lugar privilegiado, admirada como cineasta única que es capaz de llamar la atención del público. No es sencillo este equilibrio, y con un buen puñado de obras a sus espaldas es casi inevitable caer en la falta de sorpresa. Por suerte, Potter tira de algo más que de oficio para dar una vuelta de tuerca a su inagotable mundo personal. The Party deja patente la habilidad de esta reconocida directora, tirando de simpleza en la ejecución, ejemplo de cine libre y sin complejos.

The Party nos conduce a un momento muy concreto en el tiempo de los protagonistas. Janet acaba de ser nombrada ministra y celebra un pequeño encuentro con sus amigos más íntimos. Por supuesto, el evento se transforma, poco a poco, en un polvorín, en el cual se abren camino los secretos y tensiones acumuladas a lo largo de los años.

A partir de esta premisa tan sencilla, Potter aprovecha la situación para el lanzamiento de dardos envenenados a la progresía intelectual, que, irónicamente, se convierte en el público principal de la película. Me imagino a Potter fabricando este espejo con la intención de que muchos de sus conocidos se vean reflejados en su turbia superficie, armada de la mezcla perfecta entre nostalgia de los ideales que se quedaron por el camino y la implacable dosis de realidad con la que impregna cada fotograma.

La directora plantea la película de modo teatral, medida perfección de espacios y movimiento de personajes, dueña sin paliativos de todos los aspectos de la obra. Demuestra intención, capacidad única de elección de momentos claves y tonos que dotan de dinamismo implacable al avance de la trama. Sin perder el remarcado estilo de comedia negra, Potter muestra sobre la pantalla una extravagante colección de caracteres humanos, brebaje tan divertido como dramático.

Es precisamente por el protagonismo de los espacios que Potter renuncia a los excesos y utiliza sus no pocos recursos en dar libertad a los personajes, auténticas estrellas de la función. La contundencia visual se basa en la selección perfecta de la herramienta más adecuada para que el efecto ante el espectador sea sutil, pero directo, sin necesidad de extravagancias. Redondea el espectáculo con el sobrio blanco y negro que luce elegante y frío, adecuado envoltorio que da mayor empaque a las destructivas relaciones de los invitados a la fiesta. El uso del tiempo es otra muestra del ingenio de la directora, puesto que nos ofrece el espectáculo casi a tiempo real. Descubrimos los secretos al mismo tiempo que los implicados, creando un vínculo entre película y espectador que se mantiene gracias, precisamente, al cálculo del paso de los minutos y la explosión de realidad que esto conlleva.

El espíritu coral de la película regala su minuto de gloria a todos los protagonistas, cada uno con sus propias miserias personales a las espaldas, con sus mochila de fracasos y renuncias, infelices en jaulas de oro. Cínicos, perdidos en el recuerdo de la juventud que está muerta y enterrada, motivados por el egoísmo de supervivencia que vicia todas las interacciones entre ellos y el universo que los rodea.

Los protagonistas de The Party

Sin duda alguna, el guion de la propia Sally Potter es la gran baza de la propuesta. La agilidad es la clave, con frases llenas de contundencia y ácida intención, capaz de dar vida a personajes tan confundidos que resultan creíbles por esas contradicciones que los hacen humanos. En ocasiones, la perfección de los textos y ese ingenio endiablado hace que las conversaciones parezcan irreales, excesivamente medidas, pero el resultado y efecto en el espectador es tan envolvente que se perdona la teatralidad artificial, invasora indeseada en un libreto, por otra parte, destructivo y socarrón en igual medida.

Por supuesto, un guion casi perfecto puede quedar en la nada más absoluta si no hay un equipo de actores dispuestos a llevar a buen puerto la fórmula ideada por Potter. The Party cuenta con la genial comunión entre directora, libreto e intérpretes en estado de gracia, perfectos en esos roles elegantes y decadentes, exudando superioridad descompuesta por la cantidad de basura escondida bajo la alfombra. Libres y decididos, veteranos como Kristin Scott Thomas, Bruno Ganz, o la siempre impecable Emily Mortimer devoran cada segundo de pantalla. La química entre los invitados es de siniestra armonía e, incluso cuando el barco zozobra, mantiene la compostura con el comedimiento enervante de clase alta que los convierte en todavía más miserables.

Cambios deliciosos de rasante, secretos, mentiras, existencialismo, la triste mirada a vidas que se quedaron en simulacro, sueños rotos, infidelidades y giros inesperados son el contenido de The Party. Sally Potter consigue, de nuevo, una película sobria, compacta, en la que muestra su total control de la narración, además de autoridad visual. Desde luego, la regularidad de su carrera habla de la enorme personalidad de esta directora única y siempre interesante.

The Party presenta un grupo humano lleno de miserias, con las que Potter ataca sin ningún miedo a la clase dirigente, metiendo el dedo en cuestiones políticas, el feminismo, la desintegración de la ideología, la hipocresía militante entre ciertos estamentos y la falsa seguridad del éxito. Sin perder los papeles, con ingenio y frases lapidarias lanzadas con sentido del humor afilado y algo oscuro. Una fiesta que no se deben perder.

Tráiler:

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Ficha técnica:

The Party ,  Reino Unido, 2017.

Dirección: Sally Potter
Duración: 71 minutos
Guion: Sally Potter
Producción: Adventure Pictures
Fotografía: Aleksei Rodionov
Reparto: Patricia Clarkson, Bruno Ganz, Cherry Jones, Emily Mortimer, Cillian Murphy, Kristin Scott Thomas, Timothy Spall

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