Misión imposible: Sentencia final

Esta es en verdad una magnífica película de acción. Creo que todas las de la serie Misión Imposible han sido espectaculares, cargadas de movimiento, de aventuras, de pases por países y regiones del mundo, siguiendo a unos personajes que han mantenido una línea coherente en la saga, en la cual el principal protagonista, Ethan Hunt en cabeza de Tom Cruise, resuelve unos desafíos realmente imposibles, salvando al mundo y utilizando en ellos la mezcla perfecta de trabajo en equipo, medios tecnológicos, valentía y acrobacias casi míticas. Aire y agua y paisajes son los medios en los cuales vive su propia versión de aventura extrema, en verdad inigualada por otras películas de este género. Más increíble e imposible es que Cruise mismo participa en muchas de las escenas de alto riesgo. No sé en qué medida y con qué trucos y efectos especiales como apoyo y engaño a los espectadores, que no se pierden detalle de cada escena de suspenso acrobático.

Quiero resaltar que la velocidad en que se narra la historia y en que transcurren los movimientos es muy apropiada. Con frecuencia estas películas usan velocidades endemoniadas en los movimientos y en los duelos entre personajes, produciendo, me parece, desconcierto, mareo y pérdida de sentido en aquellos que pretenden seguir la línea narrativa. No es este el caso de las de la serie Misión Imposible, que, en Sentencia Final, se narra muy bien.

La temática sigue un patrón bien establecido, pero que siempre tiene recovecos suficientes para entretener a los espectadores, sin que sientan que ya pueden adivinar para dónde van las cosas. Una interesante novedad es la introducción de personajes e historias paralelas, como es la de una pareja de funcionarios veteranos que tripulan una base perdida en una distante isla de los mares árticos. Él es un antiguo veterano investigador y funcionario de élite de la inteligencia norteamericana, caído en desgracia y desterrado por años en la isla. Ella es una mujer esquimal, y con ella es muy feliz. Pero todavía capaz de vivir peligrosas aventuras en que los dos participan y que son esenciales en la película. Es atractivo el concepto que inspira el protagonista de atraer las buenas voluntades de personas honestas y comprometidas.

Entonces vale la pena detenerse en la dupla Ethan Hunto-Tom Cruise. Es muy cuidadosa la forma en que se ha construido esta especie de mito o arquetipo de héroe absolutamente comprometido, capaz de los mayores sacrificios, que no pierde su compostura, su sentido del humor, que parece simplemente bueno, aun cuando se disfraza y se pone máscaras de personas para engañar y penetrar los campos enemigos. No hacen estos dos papeles de superhéroes, dotados de superpoderes invencibles. Más bien hacen papeles de humanos superiores dotados de virtudes en grado sumo: inteligencia, capacidad de observación, capacidad para deducir y descubrir, romanticismo, oportunismo y presencia perfectos para alejar las fuerzas oscuras en el instante en que los logros parecen imposibles y de unas potencialidades físicas, ánimo, actitud, y resistencia para superar el dolor y triunfar en el movimiento y disfrutar también de algunas ventanas de humanismo y de relaciones. Son en verdad conceptos idealizados, pero da la impresión de que son tan reales como los lugares en que transcurren las aventuras.

Creo que para los espectadores resulta de máximo interés el viajar por tantas y diversas regiones en el mundo, cada una con sus paisajes y personas. Algunas misteriosas y desconocidas; otras tradicionales y abundantemente recorridas por el cine; casi todas hermosas, bien fotografiadas, bien combinadas con las escenas. Esto en verdad le da un valioso atractivo a la saga, a pesar de que se recorran tales lugares en medio de carreras y agitados movimientos. Igualmente sucede con las novedades tecnológicas que se presentan en la cinta, maravillosos inventos que se nos trae a lo que denominaría foro abierto de vigilancia tecnológica popular de la modernidad, que es el cine. Ese espacio donde se vuelve real lo que todavía se diseña o se imagina.

Una Misión Posible del cine que acá se logra con excelencia es la de entretener, de llevarnos e extremos imposibles, sintiéndolos reales y cercanos a nuestro íntimo sentido de la aventura y del desafío. Y salir además, sanos del intento, tanto mental como físicamente.

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