A fondo 

El Eternauta, una historia bien contada

El Eternauta - CartelArgentina ha estado siempre a la delantera en los medios audiovisuales de Latinoamérica. En el cine, por ejemplo, de las ocho nominaciones para los Premios Oscar, el número más alto de todos los países de habla hispana (empatando con México), son los que más premios tienen, con dos. El primero de esos premios fue para La historia oficial (Luis Puenzo, 1985), que para mí es una obra de arte y una lección clarísima de cómo se deberían contar las historias en Latinoamérica. Esta cinta abrió la puerta para que el cine de habla hispana (fuera de España) tuviera una mayor presencia en Hollywood y el mundo. Cuarenta años después, El Eternauta (Bruno Stagnaro, 2025) nos ratifica el liderazgo que tiene ese hermoso país del Sur, ahora en la televisión. Pero esto tampoco es algo nuevo…

Aunque países como Colombia y México han producido más series que la Argentina para diferentes productoras y plataformas, casi todas son fáciles de olvidar, y llegan a provocar vergüenza ajena. Tienen una calidad técnica impecable, pero muchas de las actuaciones no pasan de clichés mediocres y las historias se caen por su propio peso, con guiones llenos de obviedades y profundamente aburridos.

Y es ese el principal problema que tienen todas en común. ¿Será que la herida profunda que dejó la dictadura argentina es lo que hace que ellos tengan una mayor creatividad? Yo podría decir que eso influye, pero no es “el secreto del éxito”. Creo que el arte se respeta más en la Argentina, o al menos eso se hacía en tiempos pasados. De los países del sur de América, este es el que ha tenido mayor respeto por el arte en todas sus formas, tratando siempre de romper los moldes y proponer algo distinto.

El Eternauta - Fotograma

En los años 90, mientras Colombia se dedicaba a hacer telenovelas distintas y luego se degeneraría en “narconovelas” que es mejor no recordar, Venezuela se enfocaba en los dramas de mujeres muy sufridas y México se quedaba con las grandes tragedias, Argentina le apostaba a la comedia y a las series familiares, abriéndose paso en el mundo con ¡Grande, pa!CebollitasVerano del 98 y Chiquititas, algunas de las más recordadas. No fue coincidencia que el reconocido HBO, cuando solo se llamaba así, eligiera a la Argentina para hacer su primera serie en Latinoamérica: Epitafios (Alberto Lecchi y Jorge Nico, 2004), coproducida con Pol-Ka Producciones.

Desde ahí hasta El Eternauta ha pasado muchísimo tiempo, por supuesto. Y Argentina sigue enseñando cómo es que se deben hacer las cosas. La serie no tiene nada que envidiarle a The Walking Dead o cualquier serie de ciencia ficción americana, de esas que cuentan con muy buenos efectos especiales. Basada en la historieta de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López, nos plantea una extraña invasión alienígena que comienza con una nieve tóxica en Buenos Aires, donde se sitúa la historia. Los niveles de producción de cada capítulo reflejan los quince millones de dólares de inversión que puso Netflix en este proyecto, que está finamente cuidado en todos los detalles y tiene una realización cinematográfica que demuestra el talento de Stagnaro y su director de fotografía, Gastón Girod.

El Eternauta - Fotograma

Pero no se trata solo de dinero para la producción. La base es la historia, que fue traída a la época actual, nos ofrece personajes con una construcción, un pasado y una motivación clara; además, incluye conflictos actuales como la inmigración con personajes nuevos integrados a la historia de forma orgánica. Nunca se aleja del melodrama característico de Latinoamérica, pero tiene una mezcla de suspenso, acción y humor que le dan una vida distinta a la narración.

Además, el estilo de narración usa flashbacks para contarnos de dónde vienen estos sobrevivientes, dosifica la información sin sobreexplicarla y nos da finales de cada capítulo que dejan el suspenso al tope. Todo esto es un trabajo profundo desde el guion, y un respeto por esta rama de la producción. El libreto no es para interpretarlo como quieran, porque lleva un largo y delicado trabajo de diseño, como en este caso, que duró dos años escribir y reescribir estos seis capítulos.

¿Qué es lo que les falta a los demás? En el cine, la televisión y la publicidad, Argentina siempre ha sabido contar muy buenas historias porque se arriesgan, quieren romper el molde y sacar de la zona de confort al espectador. Eso solo se logra cuando hay una credibilidad en el proyecto y todo el equipo le apuesta y lo defiende a capa y espada.

El Eternauta - Fotograma

Por tratar de complacer a otros mercados o productores, la mayoría de producciones latinoamericanas se van por lo seguro, esperando fama y fortuna con historias que se agotan en el primer capítulo. Seguramente recuperarán la inversión, tendrán sus adorados números de rating y hasta se quedarán con uno que otro premio, o un Emmy Internacional…

Pero, ¿pueden marcar un antes y un después como lo hizo El Eternauta? Lo dudo. La televisión ha cambiado a partir de esta serie, ahora hay una prueba clara que en Latinoamérica se puede hacer ciencia ficción de calidad. Al final del día, no somos tan subdesarrollados como creían, aunque también entiendo que Argentina siempre ha estado un escalón (¿o varios?) más arriba que los demás.

Gracias por abrir esta puerta, solo esperemos que los demás sigan ejemplo… Pero, en el mundo audiovisual hay espacio para todo, siempre va a haber productos mejores que otros, y eso me angustia… Así que yo me quedo con lo que diga “Hecho en Argentina” por encima de todo, siempre. Y espero con ansias la segunda temporada, ya confirmada por la plataforma, y además será la última.

Tráiler:

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