Críticas

Luces de la Ciudad

Luces de la Ciudad

City Lights. Charles Chaplin. Estados Unidos, 1931.

cartel de la pelicula Luces de la CiudadEn 1911 se publica un texto, convertido ya en un clásico para todo amante del cine, el Manifesto de las Siete Artes de Ricciotto Canudo, donde señala el proceso evolutivo del hombre en relación con el resto de las artes consagradas: la arquitectura, la música, la pintura, la escultura, la danza y la poesía, hasta llegar a la modernidad con el nacimiento del cine, considerado un arte totalizador, donde se fusionaron el resto de las artes. Para el autor, el cine representaba la conciliación de las formas, de los ritmos, del movimiento, de la expresión articulada de la palabra. Así, el cinematógrafo fue denominado el séptimo arte (en relación a las anteriores). O sea, que desde aquellos primeros tiempos, entre todas las artes, la poesía fue parte de su esencia.

Durante la década del veinte, surgen en Europa distintos movimientos de vanguardia que, a través de la experimentación y luego expresado en sus postulados teóricos, vuelven a hacer énfasis en las formas más puras del cine, subrayando nuevamente las características integrales del cine como expresión artística que comulga con el resto de las artes. Recordemos que, hasta ese momento, el cine era silente y en blanco y negro, y no parecía necesitar ni el color ni la palabra. Sin embargo, y en contra de la opinión de varios artistas, al cine lo dotaron de voz. En 1927 se estrena El Cantor de Jazz (The Jazz Singer, Alan Crosland), y ya nada sería igual.

Entre los grandes opositores, se encontraba Charles Chaplin, quien desarrolló una carrera artística brillante, prescindiendo de la palabra. Su rechazo lo llevó a publicar en 1928 un artículo en el Motion Picture Herald Magazine de Nueva York, titulado “El gesto comienza donde acaba la palabra o ¡los talkies!”, como se designaba inicialmente a los films hablados. Allí, argumenta que “la palabra destruye la gran belleza del silencio y no deja nada a la imaginación(…). Lo hablado ataca el arte de la pantomima y no deja lugar a la poesía del gesto”.

imagen de luces de la ciudad Pasaron 85 años desde aquel debut que dio lugar a la palabra pronunciada, hasta el estreno reciente del film francés The Artist (Michel Hazanavicious, 2012). Un film que transcurre a fines de los años veinte, donde se vivencia el traspaso tan resistido por Chaplin y otros tantos. Una apuesta cinematográfica que no sólo fue exitosa, sino que invita a replantearnos, en pleno siglo XXI, ¿por qué no?, cuestiones sobre el carácter ontológico de las imágenes en movimiento; o si se quiere, algo más superficial, preguntarnos el porqué de su éxito.

Con esta introducción, damos paso y nos acercamos a una nueva sección en EL ESPECTADOR IMAGINARIO: Crítica poética, un espacio donde aquella comunión de las artes se vuelve a poner en práctica. El diálogo será entre el cine y la poesía.

En esta oportunidad y, por cumplirse este mes el natalicio de Charles Chaplin queremos rendirle un humilde homenaje, eligiendo una de sus películas. Una elección que responde a aquella instancia de cambios evolutivos en el cine. Una bisagra entre los gestos y las voces, como supo también expresarse en The Artist.

Luces de la ciudad (City Lights, 1931) fue realizada en tiempos del sonoro, pero Chaplin se resistió a someterse a las leyes de la industria, haciendo un film que carece de palabras pronunciadas, pero que contiene música y poesía. La poesía del gesto.

 

La poesía del gesto

 

¿Dónde podrá verse la verdad más lúcida,

que cuando se halle más sencillamente explicada?,

preguntó el aragonés José de Pellicer.

En Chaplin, respondí.

 

Alguien capaz de crear

la poesía del gesto

para huir de las palabras,

de dibujar personajes en el aire

musicalizar la mudez de su cuerpo

y esconder el dolor bajo un sombrero.

 

De tan libre y rebelde

desmaquilló la ciudad a su antojo

expuso sus defectos públicamente

bajo los brillos nocturnos que encandilan

a los mismos de siempre,

aquellos ricos habitantes de la ciudad

que sólo ebrios de abundancia

llenan la soledad de un vagabundo,

nada más irreal nada más cierto.

 

En la ciudad de la luces

grandes son las sombras.

 

Él no pertenece a esa ciudad iluminada.

Él colorea las caras de los suburbios,

aquel juego de contrastes, de pocas piezas.

Observa

y se transforma en los ojos de una florista ciega

otra soledad invisible que captó su amor.

 

Pero ¿quiénes ven la realidad si el glamour los ciega?

No se mira lo que se teme,

se lo ignora, se lo olvida, se lo invisibiliza

como a Chaplin, el vagabundo

y a la florista ciega.

 

Ver sin ser vistos

la cámara como un testigo sigiloso

la suavidad palpable de sus rostros.

Flores naciendo del asfalto.

 

¿Quién, sino él, fue capaz de encuadrar imágenes

con la misma frontalidad con la que enfrentó la vida?

Chaplin, respondí.

 

¡Cuánta luz hay en las sombras!

 

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Ficha técnica:

Luces de la Ciudad (City Lights),  Estados Unidos, 1931.

Dirección: Charles Chaplin
Guion: Charles Chaplin
Producción: United Artist-Charles Chaplin
Fotografía: Rollie Totheroh-Gordon Pollock
Música: José Padilla "La violetera"- Charles Chpalin-Alfred Newman-Arthur Johnson
Reparto: Charles Chaplin-

7 respuestas a «Luces de la Ciudad»

  1. Me sorprende que alguien me haya dejado atónita. Me llegó al alma. Agradezco ésta nueva sección. La seguiré siempre. Felicitaciones!.

    1. Muchas gracias por el comentario. Esperemos sumarla a nuestros lectores. Y unaalegría que le entusiasme la nueva sección.

      Cordialmente,
      Marcela Barbaro

  2. Siempre habrá pasajeros de tercera/ disimulados bajo orquídeas de fina aristocracia,
    dice Neruda en su escéptco poema escrito en 1973 sobre el lejano 2000, que se cernía
    sobre él como un cero, como el cero de su propia inexistencia.

    Me conmovió el poema sobre City Lights, una película conmovedora y una las que más amo.

    Agradezco a Marcela Bárbaro la calidad de su poesía y la sensibilidad para emocionarnos nuevamente, como si Carlitos sostuvera, por detrás de cada verso, una sutil telaraña de ternura, de dolor y de la pasión que atraviesa al corazón de todos los que nos hemos emocionado con City Ligths.

  3. Me parece muy interesante esta nueva seccion porque es una manera de poner palabras poeticas al mundo maravilloso que es el cine.Pienso que el cine tiene mucha poesia y hay que descubrirla.

    Saludos.

    Paula

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