Críticas
El cine desde el cine
La noche americana
Otros títulos: Day for Night.
La Nuit américaine. François Truffaut. Francia, 1973.
Un gran número de directores, amantes del cine, en algún punto de su carrera han optado por abordar el tema del quehacer cinematográfico, para regalarnos a manera de homenaje, un acercamiento al mundo del cine desde sus propias entrañas. Tal es el caso de François Truffaut con La noche americana (La Nuit américaine, 1973), así como por supuesto el de Federico Fellini con la magistral 8 ½ (1963), o de la dramática cinta Sunset Boulevard (1950), de Billy Wilder, o en casos más recientes Ed Wood (1994), de Tim Burton. Y es que el “detrás de cámaras”, resulta apasionante y hasta misterioso; generalmente propicia un enorme interés en el espectador, que no sólo se intriga, sino que se ilusiona con la magia que hace posible que las historias lleguen a la pantalla.
En La noche americana, Truffaut comparte el amor por su profesión y muestra su entrega total, interpretando él mismo a Ferrand, un director de cine en pleno periodo de rodaje. Por lo que nos permite, como público, asistir a la representación de una filmación y todo lo que ésta conlleva, que es mucho más de lo que podemos imaginar: el movimiento de extras, la construcción y elaboración de locaciones, el uso de dobles para las escenas arriesgadas; en fin, erigir toda una fantasía para dar la sensación de realidad.
Ferrand, el minucioso director, debe revisar cada mínimo detalle de la producción y, a la vez, complacer a todos: por un lado debe cuidar las fechas y los gastos establecidos por el productor, por otro debe de atender a las estrellas de su película y satisfacer todos sus deseos y caprichos. Así, a lo largo del filme, deja bien clara la compleja tarea que lleva a cabo, las vicisitudes que enfrenta y los millones de tomas de decisiones que se requieren para que una cinta logre ver la luz. Con su voz en off va comentando las cuestiones que tiene que resolver sobre la marcha, desde decidir el tamaño de la pistola que se va a utilizar en una escena hasta conseguir el tipo de mantequilla que su protagonista desea.
El reparto cuenta con la participación de la bellísima Jackeline Bisset (Bullitt, 1968), en el papel de Julie Baker, que será la protagonista del filme que se está rodando, a quien todo el equipo está esperando, con la incertidumbre de si logrará terminar sin contratiempos la película, porque está saliendo de una crisis emocional de la que quedó sumamente afectada. Su esposo, quien fue su psiquiatra y dejó a su familia por ella, la acompaña en el rodaje para mantenerla en balance.
El protagonista masculino es interpretado por el alter ego de Truffaut, Jean-Pierre Léaud (Los 400 golpes, 1959; Besos robados, 1968), su acostumbrada mancuerna de trabajo, con quien colaboró desde que era casi un niño en varios de sus filmes, algunos con ciertos tintes autobiográficos. En La noche americana, asume el rol de Alphonse, un actor inmaduro y de actitud infantil, enamorado de una chica –la lectora del guión– que lo trata mal, lo engaña con otros compañeros de la producción y lo abandona a mitad de la misma.
Por otro lado, Truffaut utiliza la historia para plantear las duras realidades del ambiente del cine, la inestabilidad a la que se exponen las estrellas cinematográficas, la triste situación que los actores mayores enfrentan en el ocaso de su carrera, cuando dejan de ser interesantes para el público, que pide ver rostros nuevos y más jóvenes, y es que el paso del tiempo no perdona ni a los famosos.
Aquí lo vemos claro, a través de Séverine, a cargo de Valentina Cortese (Giulietta degli spiriti, 1965), una actriz que fue una estrella en su juventud, pero ante el miedo a envejecer y dejar de ser atractiva y querida por los directores, se dedica a beber y, por lo tanto, no puede recordar sus diálogos, provocando la repetición sin fin de sus escenas. Con este personaje se lanza una crítica aguda a la exigencia que vive la mujer de mantenerse bella y joven, mientras que el hombre, al pasar de los años, sigue ocupando un rol de importancia, como el personaje antagónico, a cargo de Jean-Pierre Aumont (Lili, 1953), quien a pesar de su edad, es elegido por la producción para representar a un hombre atractivo y seductor, parte del triángulo amoroso, junto con Léaud y Bisset.
El amor por el cine implica sacrificios, la pasión por el cine lo convierte en un arte, y eso es lo que Truffaut desea plantear, que pese a los altibajos en la realización de cada película, es ese amor lo que mantiene a los creadores aferrados a su obra, y debido a esto La noche americana se percibe honesta y real, porque muestra todos los flancos de la creación cinematográfica, dando a cada participante su justo lugar, y es que entre una de las principales conclusiones a las que llega el espectador es que el cine es, sin duda, un trabajo en equipo, en el que cada miembro es esencial para lograr un “todo” mágico, que llegue a las salas para el disfrute del público.
Ficha técnica:
La noche americana / Day for Night (La Nuit américaine), Francia, 1973.Dirección: François Truffaut
Duración: 115 minutos
Guion: François Truffaut, Suzanne Schiffman, Jean-Louis Richard
Fotografía: Pierre-William Glenn
Música: Georges Delerue
Reparto: François Truffaut, Jacqueline Bisset, Valentina Cortese, Jean-Pierre Léaud, Jean-Pierre Aumont, Alexandra Stewart, Dani
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