Críticas

El regreso de Annie Hall

Misterioso asesinato en Manhattan

Manhattan Murder Mystery. Woody Allen. EUA, 1993.

Misterioso-asesinato-en-manhattan-cartelComo afirma Juan Cobos, “ha pasado el tiempo y Annie Hall ha regresado junto al hombre que mejor la amó y a quien, sin embargo, no pudo soportar”. Se refiere, claro está, al reencuentro en la pantalla entre Woody Allen y Diane Keaton, que dan vida en la ficción al matrimonio compuesto por Larry y Carol Lipton, una pareja de mediana edad, acomodada, cuya relación se encuentra en un punto muerto, ya que su hijo ha comenzado sus estudios universitarios y se ha marchado de casa. Ese es el punto de partida sobre el que Woody Allen, con la ayuda del guionista Marshall Brickman, con el que no colaboraba desde los tiempos de Manhattan (1979), crea un cómico‑policiaco muy divertido y repleto de homenajes cinéfilos.

Misterioso-asesinato-en-manhattan-fotograma01Quizás lo más sorprendente sea pensar que el papel de Carol lo escribió inicialmente Allen para Mia Farrow, pero, como quien lo interpretó al final fue Diane Keaton, tuvo que modificarlo y otorgarle a Larry la pasividad y apatía que había previsto para Carol. En el momento de su estreno, Misterioso asesinato en Manhattan supuso un interesante revulsivo dentro de la obra de Woody Allen, que acababa de pasar por uno de los episodios más dolorosos de su vida: su separación de Mia Farrow.

Misterioso-asesinato-en-manhattan-fotograma02Allen había concebido la película como un puro divertimento, un juego que le hacía regresar a su humor más disparatado y slapstick, el de los años setenta, el de Annie Hall (1977). Curiosamente, el resultado es un largometraje que, como los inmediatamente anteriores, Alice (1990) y Maridos y mujeres (Husbands and Wives, 1992), hablaba sin tapujos de la crisis de pareja, pero envuelta en una trama criminal que obliga a Larry y a Carol replantearse su relación, pues ella quiere investigar la misteriosa muerte de su vecina mientras que él prefiere continuar con su existencia anodina y burguesa.

Misterioso-asesinato-en-manhattan-fotograma03Si hay un auteur por excelencia en el cine americano, ese es, sin duda, Woody Allen, de ahí que llame más la atención, si cabe, este film de género en el que, no obstante, afloran numerosas pruebas de su indiscutible autoría. Lo que ocurre es que Allen, además de un autor, es un amante del cine, y, en este sentido, los referentes cinematográficos más o menos explícitos resultan imprescindibles en Misterioso asesinato en Manhattan. En un momento dado, la pareja protagonista acude a un cine de reposición a ver Perdición (Double Indemnity, 1944), el clásico del cine negro dirigido por Billy Wilder. Pero no solo eso, sino que, al final, el desenlace del film tiene lugar en el pequeño cine que regenta el presunto asesino, Paul (Jerry Adler), durante la proyección de La dama de Shanghai (The Lady from Shanghai, Orson Welles, 1947).

Misterioso-asesinato-en-manhattan-fotograma04Independientemente de los homenajes, Allen y Brickman toman como modelo otro título clásico, con el que Misterioso asesinato en Manhattan comparte muchos motivos argumentales. Se trata, como ya habrán adivinado, de La ventana indiscreta (Rear Window, Alfred Hitchcock, 1957), aunque en la versión de Allen, como ya se ha dicho, se produce cierta inversión de los papeles interpretados por James Stewart y Grace Kelly. Misterioso asesinato en Manhattan sorprende, además, por el uso de la cámara en mano en algunos planos secuencia en el interior de los apartamentos. Del mismo modo, ha dado al cine una escena antológica en un ascensor, y otra de una conversación telefónica con una cinta de casete.

Hay una química tan perfecta entre Allen y Keaton que resulta difícil creer que no trabajaban juntos desde Manhattan. Al reparto se incorporaron también dos secundarios de excepción, que Allen ya había utilizado en Delitos y faltas (Crimes and Midsdemeanors, 1989), una de sus grandes películas. Son Alan Alda y Anjelica Huston, nada menos, que dan un auténtico recital de interpretación.

Misterioso-asesinato-en-manhattan-fotograma06Por último, Misterioso asesinato en Manhattan ofrece un retrato de Nueva York, pues aparecen lugares míticos como el Café des Artistes, el Club 21, el restaurante Elaine’s, el Madison Square Garden, el Lincoln Center o la fuente Bethesda de Central Park. La música, como ocurre en buena parte de la filmografía del director, es una selección de temas clásicos, entre los que destacan “I Happen to Like New York”, de Porter; “The Best Things in Life Are Free”, de DeSylva; “Take Five”, de Desmond; “I’m in the Mood for Love”, de McHugh & Fields; y “Misty”, de Garner. El resultado es una comedia deliciosa, con algunos de los mejores chistes breves del cineasta neoyorquino, llamados one‑liners. Despidámonos con el más famoso: “Cuando escucho a Wagner durante más de media hora me entran ganas de invadir Polonia”.

Premios: Nominada al César como Mejor Película Extranjera; nominada al Globo de Oro a la Mejor Actriz en Comedia/Musical (Diane Keaton); nominada al BAFTA a la Mejor Actriz Secundaria (Anjelica Huston).

Tráiler:

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Ficha técnica:

Misterioso asesinato en Manhattan (Manhattan Murder Mystery),  EUA, 1993.

Dirección: Woody Allen
Guion: Woody Allen y Marshall Brickman
Producción: Robert Greenhut, Joseph Hartwick, Charles H. Joffe, Thomas A. Reilly, Jack Rollins
Fotografía: Carlo Di Palma
Reparto: Woody Allen, Diane Keaton, Alan Alda, Anjelica Huston, Jerry Adler, Lynn Cohen, Ron Rifkin, Joy Behar, William Addy, John Doumanian, Sylvia Kauders, Ira Wheeler, Melanie Norris, Marge Redmond, Zach Braff

Una respuesta a «Misterioso asesinato en Manhattan»

  1. Fe de erratas
    Nita Sàenz Higueras, que es una enamorada de «Misterioso asesinato en Manhattan» y ha tenido ocasión de visitar las localizaciones de la película, me ha escrito discretamente un correo para señalarme que, en realidad, la fuente que aparece en la película no es la fuente Bethesda de Central Park, sino otra que está situada en el parque Bryant.

    Le agradezco a Nita tanto su lectura generosa de la crítica como su valiosa enmienda. Comparto, además, con ella, la predilección por esta pequeña joya del séptimo arte, que tuve ocasión de ver por primera vez en los cines Casablanca (ya desaparecidos) de Alicante. Muchas gracias, Nita, y un abrazo.

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