Críticas

Juegos de guerra

La guerra de los botones

La nouvelle guerre des boutons. Christophe Barratier. Francia, 2011.

Cartel de La guerra de los botonesResulta curioso que La Nouvelle guerre des boutons de Christophe Barratier haya aparecido en simultáneo en Francia con La Guerre des boutons de Yann Samuell, ambas versiones de la novela de Louis Pergaud, autor francés que escribió esta obra hacia 1912. Esto sin contar con que por los mismos tiempos haya aparecido en las carteleras de ese país, una copia restaurada de otra adaptación cinematográfica de la novela, con el mismo nombre, dirigida por Yves Robert y originalmente exhibida en 1962. Al final, ha ocurrido que las dos versiones fueron bastante exitosas.

Se refieren las películas a un delicioso relato de aventuras infantiles y juveniles, en el cual dos grupos de amigos de sendas poblaciones vecinas, se enfrentan en batallas campales y juegan con todo tipo de estratagemas para derrotar y hacer caer en ridículo a sus enemigos. No se trata de una guerra reamente encarnizada o violenta, sino más bien de enfrentamientos de personalidades, de liderazgos y de símbolos, que sin embargo llegan a altos grados de animosidad y de inteligencia guerrera. Es la guerra de los botones, una de cuyas estrategias distintivas, es la de recortar los botones de los vestidos a cualquiera que sea “capturado” por el otro bando, con la idea de mandarlo de vuelta con estas “mutilaciones”, que darán lugar a regaños y burlas en la casa o en el barrio propio.

La nouvelle guerre des boutonsBarratier ha construido una historia entretenida de principio a fin. Ha logrado transmitirla en buena parte desde el punto de observación de los niños. Como complemento la ha entrelazado con la historia paralela de una guerra de verdad, que se llevaba a cabo en la clandestinidad de la resistencia francesa contra la ocupación alemana y sus colaboradores locales.

Como menciona Pergaud al comenzar su libro: “He querido reconstruir un instante de mi vida de niño, de nuestra vida entusiasta y brutal de salvajes vigorosos, en lo que tuvo de franca y heroica, es decir, liberada de las hipocresías de la familia y de la escuela. Por lo demás, y esta es mi mejor excusa, he concebido este libro en un estado de exultación, lo he escrito con placer, ha divertido a algunos amigos y ha hecho reír a mi editor. Tengo derecho a esperar que agrade a los «hombres de buena voluntad» según el evangelio de Jesús y, por lo que se refiere a los demás… me importan un pito”, se trata de un relato que a todos nos trae alguna reminiscencia de una edad y de unos pasajes que podemos reconocer como familiares, como evocadores de épocas ideales y gozosas, aún en los momentos de angustia y de miedo transcurridos en las aulas escolares o en las peleas callejeras infantiles.

La guerra de los botonesCon frecuencia, estas guerras de botones, aunque inocentes, pueden resultar juegos de preparación para cuestiones más serias y descarnadas. Como bien cita Pegaud en su libro una frase de Montaigne: “Por lo que se refiere a la guerra… es divertido observar por qué  motivos tan fútiles se desencadena y por qué motivos tan banales se extingue”. Es decir, pareciera que al final, las guerras grandes fueran u na especie de juegos de niños. Lo trágico tiene que ver con sus terribles consecuencias, que traicionan cualquier inocencia o buena voluntad que las haya originado. En este sentido, vale la pena comentar que al comenzar la Primera Guerra Mundial, en agosto de 1914, Pergaud es movilizado y enviado a Verdún como sargento del ejército francés. Desde allí escribió a un amigo: “Ya sabes cómo odio la guerra; pero, en realidad, no somos nosotros los agresores y tenemos que defendernos… Siento una furia terrible contra los  miserables que han preparado la inmunda carnicería que se nos viene encima”. Ya en 1915, añadía: “Recordarás con qué entusiasmo partí. Como pacifista y antimilitarista, no  quería que la bota del Kaiser ni ninguna otra aplastase mi país… Si salgo de esta seré todavía más antimilitarista… Hemos tenido que intervenir en una operación estúpida desde todos los puntos de vista… No olvidaré nunca los muertos, los heridos, los charcos de sangre, los sesos esparcidos, los lamentos…”. Pero no salió bien librado de esa guerra, ya que pereció al poco tiempo en uno de los combates, sin que fuera identificado su cuerpo.

Dejando de lado estos aspectos trágicos, La guerra de los botones nos traslada a los campos franceses de la época, plenos de paisajes verdes e idílicos, a sus pueblos abundantes en personajes pintorescos que viven la cotidianidad con humor y con picardía, a pesar de los problemas y de las limitaciones. Sabe Barratier atraer las emociones de los espectadores cultivando personajes infantiles y juveniles cautivantes, como ya lo había hecho en su obra Los chicos del coro (Les choristes, 2004). Dos historias amorosas sirven de atractivo complemento, ambas matizadas con desenlaces relativamente inesperados que aportan emoción y son protagonizados por una joven mujer de mirada dulce e intrigante (Ilona Bachelier, en el papel de Violette, una niña judía refugiada) y por una decidida y valiente vendedora pueblerina (Laetitia Casta, en el papel de Simone), con lo cual se logra un mayor equilibrio narrativo que da mayor sentido a la historia, enriqueciendo a la novela sin falsearla.

Fotograma de la película La guerra de los botonesPienso que es una buena historia bien contada, que nos deja disfrutar del humor, de la picardía y de la inocencia, siempre y cuando seamos capaces de sentir su gracia, lo cual se logra mejor cuando dejamos de lado nuestros puntos de vista de adultos adustos y expertos que ya superaron sus recuerdos de travesuras infantiles. Estos pequeños juegos de guerra nos pueden ayudar a mirar con divertida sabiduría nuestras tendencias conflictivas, destructivas y guerreras, lo cual no deja de ser una buena terapia para la vida cotidiana.

Referencia: http://www.cajondepupitre.es/Documentos/lengua/botones.PDF

Trailer

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Ficha técnica:

La guerra de los botones (La nouvelle guerre des boutons),  Francia, 2011.

Dirección: Christophe Barratier
Guion: Christophe Barratier, Stéphane Keller (basado en la Novela de Louis Pergaud)
Producción: La Petite Reine / Studio 37
Fotografía: Jean Poisson
Música: Philippe Rombi
Reparto: Guillaume Canet, Laetitia Casta, Kad Merad, Gérard Jugnot, Jean Texier, François Morel, Marie Bunel, Thomas Goldberg, Théophile Baquet, Louis Dussol, Nathan ParentBell, Ilona Bachelieren

7 respuestas a «La guerra de los botones»

  1. Bufff… son malísimas. Recomiendo la versión irlandesa de 1994. Manda narices que la mejor versión hecha nunca vaya a ser la única de nacionalidad no francesa.

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