Críticas

Amor, familia, fútbol y otras cosas del montón

La gran familia española

Daniel Sánchez Arévalo. España, 2013.

Cartel de La gran familia españolalEn la competición de la carrera hacia los Oscar, la Academia de cine española puso en el punto de mira a La gran familia española junto con otros tres films, todos ellos muy diferentes entre sí. Finalmente, la comedia de Sánchez Arévalo no consiguió ser la elegida, mientras que 15 años y un día (Gracia Querejeta, 2013) será la película que opte al premio de la categoría de mejor film de habla no inglesa. Sin entrar en consideraciones sobre si esta decisión de la Academia es la más acertada, me asalta el pensamiento sobre cómo hubiese funcionado fuera de nuestras fronteras el trabajo que firma Daniel Sánchez Arévalo. Teniendo en cuenta que la comedia es quizás el producto cinematográfico más dudosamente exportable y que en nuestra cinematografía contamos con un terreno abonado de más, a base de esas “españoladas” a la que tiende la comedia patria, profundamente localista, tal vez hubiese sido una decisión arriesgada si no fuese porque La gran familia española se sustenta en temas universales, los mismos que Sánchez Arévalo ha ido arrastrando a lo largo de su filmografía, desde que le colgaran el cartel de  “director promesa” –tras su debut con Azuloscurocasinegro (2006)–, aunque con diferentes abordajes: el amor, las relaciones familiares y la frustración que se desprende de ambas cuestiones. Esta nueva historia la sitúa durante el partido que jugó la selección española de fútbol el pasado junio de 2011 en Sudáfrica, que le sirvió para proclamarse campeones del Mundo. Acontecimiento que unió al pueblo español por encima de cualquier otra cosa. La pasión por el fútbol, para aquellos que la sienten, es el idioma universal. Este partido, que se recordará por lo siglos de los siglos, no es más que una excusa que amortigua y actúa como interruptor para tensar y destensar el ritmo de la trama principal que es la boda del hijo más joven de una familia desarticulada, formada por cinco hijos – cada uno con sus traumas e insuficiencias–, un padre enfermo, una madre en off, una novia a dos bandas y una sobrina con una infancia difícil.

La gran familia española, imagenEn la primera parte en que conocemos la premisa, todo resulta inconexo y el film discurre atragantado hasta  encontrar el tono adecuado, cuando la línea que seguía se ve interrumpida por la enfermedad del padre, en mitad de la ceremonia, comienza un proceso de descomposición que nos sirve para empezar a conocer a los personajes. Es entonces cuando cada uno de ellos –que hasta ese momento no sabía bien cuál era su lugar en la película y acusaba cierto grado de rigidez o enclaustramiento, lo que contrasta con la destacable dirección de actores a la que Sánchez Arévalo nos tiene acostumbrados– se centra en sus preocupaciones personales que navegan a la deriva hasta que todo confluye y cierra con una explicación bastante inverosímil pero que, eso sí, no cae en lo previsible.

La última película de Daniel Sánchez ArévaloAntes, somos testigos de un momento musical que representa una estridencia hortera del todo innecesaria y algún que otro gag barato. Pero, al mismo tiempo, es en este film donde mejor encontramos las virtudes de Sánchez Arévalo en la dirección, en un esfuerzo palpable por incluir momentos visuales y estéticos que van un paso más allá, junto con un montaje muy cómico que da empaque al resultado final.

La gran familia española podría pensarse como una segunda vía en la vida del protagonista de Primos (2011), el mismo Quim Gutiérrez enfrentado a un destino amoroso desafortunado que regresa a casa para una boda –que por suerte no es la suya– y vuelve a estar rodeado por una familia de la que, en esta ocasión, debe tirar. El personaje del hermano con deficiencia mental ocupa la misma posición del primo con el parche en el ojo de la anterior y Raúl Arévalo ha quedado relegado a servir copas. Los esquemas se repiten.

Fotograma de LGFEDaniel Sánchez Arévalo parece encontrarse cómodo en la comedia que incorpora grandes dosis de melodrama. En La gran familia española la faceta más trágica se dispara en el acto final, cuando todo encuentra una razón de ser.

Habrá que esperar para ver por dónde continúa el rumbo del realizador madrileño, que parece haber encontrado un hueco confortable en la comedia. Aunque la foto de familia del cartel nos lleve a Los Tenenbaums. Una familia de genios (Wes Anderson, 2001), la escasa extravagancia de la familia española poco tiene que ver con el humor marciano y la sofisticación de Wes Anderson.

Tráiler:

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Ficha técnica:

La gran familia española ,  España, 2013.

Dirección: Daniel Sánchez Arévalo
Guion: Daniel Sánchez Arévalo
Fotografía: Juan Carlos Gómez
Música: Josh Rouse
Reparto: Quim Gutiérrez, Antonio de la Torre, Patrick Criado, Verónica Echegui, Roberto Álamo, Héctor Colomé, Miquel Fernández, Arantxa Martí, Sandra Martín, Sandy Gilberte, Raúl Arévalo, Pilar Castro

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