Críticas

Elige tu propia apuesta cinematográfica

Black Mirror: Bandersnatch

David Slade. EUA/ Reino Unido, 2018.

Avizorando una fuerte competencia mano a mano con otras plataformas, Netflix se encuentra en una constante exploración de nuevos horizontes (o no tanto) que le aseguren una exclusividad en ciertos géneros. House of Cards (David Fincher, 2013) fue, por ejemplo, uno de sus buques insignia iniciales, pero tuvo un final abrupto, luego de las múltiples denuncias de abuso que recibiera su protagonista, Kevin Spacey. Unos años más tarde apareció Stranger Things  (Hermanos Duffer, 2016) y se convirtió en su nueva apuesta fuerte, pero toda la expectativa que constantemente se genera a su alrededor se disipa rápidamente, probablemente, gracias a subir las temporadas completas y no espaciar sus capítulos por semana, como sí hace HBO con su caballo de batalla del momento: Juego de Tronos (Game of Thrones, Benioff-Weiss, 2011). Todo esto anteriormente mencionado no incluye ningún largometraje, rubro en el que finalmente parece haber dado en la tecla con la última joya cinematográfica del gran Alfonso Cuarón, nominada a mejor película para los Oscars a celebrarse el mes que viene en Los Ángeles: Roma (2018). Otros de sus estandartes (aunque originalmente no pertenecía a ellos, sino al Channel 4 británico) es actualmente Black Mirror (Charlie Brooker, 2011), la serie creada por Charlie Brooker, que de manera sorpresiva recibió su versión fílmica en un formato especial y ¿novedoso?: el público puede interactuar con las decisiones que toman los personajes.

La temática propuesta por Black Mirror está envuelta dentro de un tiempo inmediato y distópico, en el que los seres humanos interactúan a través de la tecnología, pero esta, en vez de ayudarlos, exacerba sus instintos más bajos. Esa pequeña distancia temporal se convierte en distópica, al mostrar sucesos y elementos que todavía no hemos llegado a ver o, simplemente, no han ocurrido, pero que de materializarse conformarían una evolución de los dispositivos con los que contamos actualmente. Charlie Brooker ha sabido explotar esta característica a lo largo de las cuatro temporadas que lleva la serie, y aunque con varios altibajos, es notoria su calidad audiovisual, una constante muy pareja. Para este primer largometraje fue elegido David Slade, con experiencia previa al dirigir el capítulo “Cabeza de Metal”, el quinto de la temporada cuatro y la última en ser lanzada. Pero su filmografía no se detiene allí: dirigió “Casa Abierta”, el tercer episodio de la cuarta temporada de Breaking Bad (Vince Gilligan, 2008-2013) y, quizás, su mayor logro sea el de ser el realizador de La saga crepúsculo: Eclipse (The Twilight Saga: Eclipse, 2010).

Para quienes nacimos durante los años ochenta, una de las lecturas predilectas de nuestra infancia eran aquellos pequeños libros llamados Elige tu propia aventura, que nos daban la ilusión de elegir entre varios finales, aunque estos, generalmente, no superaran las dos o tres alternativas. Esta característica, luego, llegaría de la mano de la popularización de los videojuegos, especialmente los que tratan de aventuras. Más cercano en el tiempo, la empresa Telltale se haría famosa por lanzar aventuras gráficas de diversas series y películas, como sus lanzamientos más famosos sobre The Walking Dead, Juego de Tronos o Regreso al Futuro. Bandersnatch toma esa fórmula exitosa y nos transporta a la historia de un joven programador de videojuegos de mediados de los años ochenta, en los años de Atari y el amanecer de la industria del gaming, es decir, sus pioneros. El filme propone que tomemos decisiones que afectan el futuro inmediato del personaje, que es justamente la idea que su protagonista tiene en mente para su nuevo juego, y que, basándose en un libro ficticio de un autor también ficticio (Jerome F Davies), se convierte en la nueva apuesta fuerte de la desarrolladora que lo contrata, Tuckersoft. Por muchos años existió la leyenda urbana que rezaba que Atari había enterrado en el desierto de Nuevo México cientos de copias del juego de E.T., rotundo fracaso comercial que provocara la venta de la empresa en 1984. Esta leyenda fue confirmada en 2014 por investigadores de Microsoft, y en ella parece apoyarse la historia, ya que Tuckersoft se juega su futuro con el desarrollo de Bandersnatch.

Otra constante de todas las temporadas de Black Mirror es su nivel interpretativo, y Bandersnatch no es la excepción. Fionn Whitehead le da vida a Stefan Butler, un joven programador que busca hacerse un lugar en la industria a fuerza de talento y trabajo. El perfil que logra transmitir es justamente el que podemos presumir de un creador de videojuegos, introvertido pero con innumerables ideas pasando a través de su cabeza. Por otra parte, Craig Parkinson representa al padre de Stefan, Peter, quien busca tener una buena relación con su hijo pero se encuentra con que ello no es recíproco. Y cuando digo que Black Mirror tiene un estándar en su nivel de actores no es simplemente un decir, otro ejemplo es Will Poulter, a quien probablemente conozcamos de la saga El Corredor del Laberinto (Maze Runner, Wes Ball, 2014), pero en Bandersnatch retrata a Colin Ritman, una suerte de maestro programador que le traza el camino a Stefan.

Si bien hay gente que pueda llegar a acusar a los creadores de Black Mirror: Bandersnatch de plagio, considero que la idea de hacer participar a los espectadores en las decisiones de los personajes no es motivo para dar curso a tamaña acusación. El guion está lejos de ser víctima de ello, aunque bajo mi punto de vista no logre superar a algunos episodios magistrales que ya tiene la serie en su haber, como «15 millones de méritos», «Caída en picado» o «Hang the DJ» Sí nos da una esperanza hacia el final, con un desenlace que promete continuar el relato, situados temporalmente en el presente, a pesar de que Brooker no haya trazado una línea temporal que haya enlazado a ninguno de los veintitrés episodios que tiene la serie.

 

Tráiler:

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Ficha técnica:

Black Mirror: Bandersnatch ,  EUA/ Reino Unido, 2018.

Dirección: David Slade
Duración: 90 minutos
Guion: Charlie Brooker
Producción: Netflix
Fotografía: Aaron Morton
Música: Brian Reitzell
Reparto: Fionn Whitehead, Craig Parkinson, Will Poulter, Alice Lowe, Assim Chaudhry, Tallullah Haddon

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