Críticas

Dos mundos que se rozan pero no se tocan

El ombligo de Guie’dani

Xquipi' Guie'dani. Xavi Sala. México , 2018.

El ombligo de Guie’dani, escrita y dirigida por el catalán –nacionalizado mexicano-, Xavi Sala, es una película que se apunta a explorar la búsqueda y reafirmación de una identidad propia; se enfoca especialmente en el estoico esfuerzo de una adolescente indígena por mantenerla dignamente, más allá de los parámetros sociales imperantes.

La historia comienza una mañana en un pueblo en el Istmo de Tehuantepec, del que Guie’dani (Sótera Cruz), y su madre, se despiden con tristeza para partir hacia la ciudad de México a trabajar con una familia de clase media acomodada. En su hogar se queda la abuela, sus pequeñas parcelas de tierra, los telares bordados a mano, sus coloridos vestidos llenos de motivos florales, las gallinas, y todo aquello que les pertenece y forma parte de su núcleo étnico cultural.

En este primer momento del filme, el manejo del sonido se convierte en una pieza medular, ya que contrapone de manera clara la realidad contundente de dos mundos que aunque conviven cercanamente nunca llegan a comprenderse. Xavi Sala consigue plasmar la atmósfera auditiva rural, en la que priman los cantos de los pájaros y gallos, mientras los grillos y otros insectos silban colmando la escena y nuestros sentidos con una sinfonía de naturaleza cotidiana.

El fuerte contraste, por consiguiente, se percibe ya desde el autobús que las llevará a su nuevo presente; así, el sonido se transforma y se percibe más urbano, y quizá un tanto molesto, golpea fuerte a nuestros sentidos porque la discordancia resulta agresiva y desesperanzadora para las protagonistas, sobre todo para la joven zapoteca, que deseaba permanecer dentro la libertad de su propio entorno.

La acción transcurre en el día a día de la casa, en la que Valentina (Yuriria del Valle), la señora de la casa instruye a Lidia(Érika López), madre de la rebelde niña de doce años que no sabe sonreír para complacer a los patrones, y que en todo momento expone su actitud de descontento y añoranza por su pueblo y su familia.

A través de su mirada adolescente, avispada e inconforme, observamos el comportamiento de los personajes de este relato; comenzando con el de su propia madre, que desempeña el servicio doméstico de la manera esperada, aceptada, y comúnmente retratada en el cine. Ya en segundo lugar, se inspecciona la pendular conducta de la familia empleadora, una pareja con dos hijos adolescentes, que con una enorme condescendencia progresista tratan a las empleadas con un respeto que dista mucho de ser honesto, y que estriba en cómo ellas se desempeñan, en si cumplen a cabalidad con un rol impuesto siglos atrás.

Mucho se ha hablado sobre la similitud de temáticas entre El ombligo de Guie’dani y la cinta –también mexicana- Roma (2018), de Alfonso Cuarón. Y aunque quizás en algunos aspectos podrían resultar parecidas, por ejemplo, en que ambas películas se narran desde el punto de vista de una joven indígena, y su relación con la familia que la contrata, en realidad la visión de Xavi Sala en éste, su primer largometraje, es aún más humana, fresca y osada, porque consigue, a partir de la construcción de una cotidianidad laboral, reflejar la relación utilitaria de dos mundos completamente distintos que en México conviven lado a lado, pero no se mezclan, que se conocen pero no se comprenden, se rozan pero no se tocan.

De tal forma que, la abismal diferencia social y la discriminación a las minorías indígenas quedan expuestas de forma aguda e inteligente. Son los ojos de Guie’dani los que divisan lo absurdo, los que miran a los adultos para cuestionarse sobre el orden establecido, y su actitud retadora muestra que ella no está dispuesta a jugar el papel impuesto.

Es ella quien está en búsqueda de una identidad y la está construyendo desde su ser interior, está decidida a luchar por ella aún cuando todo el entorno la orillará a ceder ante el status quo. Su lucha en solitario se puede apreciar tanto en las pequeñas batallas, como la de hablar persistentemente en su lengua a pesar de que la familia le ha pedido que hablen solo en español, como en los querellas más osadas en las que consigue sacar de balance a cada uno de los miembros de la familia empleadora.

La secuencia final no tiene desperdicio, es catártica y climática, pero no lo suficiente para que la historia vire hacia donde Guie’dani deseaba, y Xavi Sala lo sabe bien, por lo que no estira la cuerda hasta romperla, sino que con contundencia nos deja a nosotros el trabajo de reflexionar sobre lo que haremos con aquello que hemos visto.

 

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Ficha técnica:

El ombligo de Guie’dani (Xquipi' Guie'dani),  México , 2018.

Dirección: Xavi Sala
Duración: 119 min minutos
Guion: Xavi Sala
Fotografía: Martín Boege, Alberto Anaya, Ricardo Garfias
Reparto: Sótera Cruz, Érika López, Majo Alfaroh, Yuriria del Valle, Juan Ríos, Valentina Buzzurro, Jerónimo Kesselman, Mónica del Carmen

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