Críticas
El genio detrás del genio
El editor de libros
Otros títulos: Pasión por las letras.
Genius. Michael Grandage. Reino Unido, 2016.
El editor de libros, dirigida por Michael Grandage, es un biopic –género inagotable–, que en esta ocasión ofrece una pequeña fracción de la vida de uno de los editores de mayor peso en la literatura norteamericana del siglo pasado: Maxwell Perkins (Collin Firth), el genio que reveló a escritores de la talla de Ernest Hemingway y Scott Fitzgerald.
El filme se ubica en Nueva York, en vísperas de la Gran Depresión, y se basa especialmente en el libro Max Perkins: Editor of Genius, de A. Scott Berg, que relata el episodio en que Perkins descubre el abrumante talento de Thomas Wolfe (Jude Law), autor de una relevante obra literaria, entre la que se encuentran novelas de gran extensión, como Look Homeward Angel (1929) y Of Time and the River (1935).
Como siempre, Nueva York es un escenario que no decepciona, otorgando a la película personalidad y carácter, esta vez pintada en tonos sepia y café, adornada con vapor y neblina, mostrando de fondo a los desempleados golpeados por la crisis de 1929. Una ciudad de sombreros caminando en masa, en la cual es difícil salir del anonimato. Y es en tal contexto que un escritor, rechazado por cuanto editor ha buscado, logra sorprender con sus exquisitas palabras a Perkins, y de ahí en adelante, su vida da un giro completo hacia la fortuna.
El editor de libros presenta un acertado trabajo fotográfico a cargo de Ben Davis, en el que expone planos cerrados, exaltando el más mínimo detalle, ostentando ángulos originales y variados, haciendo buen uso del contraluz, dibujando atractivas ráfagas de luz que entran por las ventanas, y además de lograr composiciones en las que se consigue una mirada artística de la ciudad, sus noches iluminadas y cargadas de jazz. Asimismo, la llegada y salida de los trenes a la estación crean una atmósfera de gran atractivo visual, creando una sensación nostálgica y hasta melancólica, acorde al estado en el cual nos envuelve la literatura.
Utilizando como recurso narrativo la voz en off se narran fragmentos de la novela de Wolfe, Grandage consiguiendo dar un toque sublime y romántico al filme, lo que es su gran mérito, hacer sentir al espectador que se encuentra en un viaje literario, sumergido en una de las novelas que está editando, transmitiendo una verdadera pasión por las letras.
Aunado a lo anterior, tenemos una óptima adaptación a la época, y los roles están muy bien caracterizados. La interpretación de Filth (El discurso del Rey, 2010) es impecable, y por su parte, Jude Law (The Talented Mr. Riplay, 1999; Alfie, 2004) imprime la chispa de un joven apasionado, acelerado por su obsesión por escribir y con una personalidad explosiva, característica común de algunos artistas que viven la vida intensamente. Quizá, por momentos, se percibe un tanto exagerado, demasiado ruidoso y hasta desbordado por el personaje, resultado tal vez de la formación de Grandage como director de teatro, que al incursionar en el cine por primera vez no alcanzó, acaso, a medir los efectos de una actuación tan exaltada frente a la cámara, distinta, por supuesto, a lo que se requiere desde el escenario teatral, más alejado físicamente del público.
Por otro lado, tal vez hubiese sido interesante sacar mayor provecho a los personajes secundarios, aledaños a los protagonistas, en quienes se centra el relato casi por completo, porque los restantes están, de alguna manera, disipados. Nicole Kidman (Secret int their Eyes, 2015), en su interpretación de Aline Bernstein, la amante de Wolfe o Laura Linney (Love Actually, 2003), como Louise Saunders, la esposa de Max, se quedan en la periferia; no se imprime a sus roles la relevancia que, sin duda, deben haber tenido en el capítulo que se cuenta. Lo mismo sucede con los personajes de Hemingway (Dominic West) o Fitzgerald (Guy Pearce), que apenas aparecen, reafirmando sobre ellos las mismas ideas, repetidamente.
Aún así, resulta realmente sorprendente ver cómo Max y Tom trabajan juntos para sacar adelante el libro, lo que por momentos se ve una hazaña prácticamente imposible, porque mientras Perkins se entrega a la faena de cortar y cortar párrafos, la imperiosa necesidad obsesiva y apasionada que Wolfe tiene por escribir le hace agregar cada vez más palabras a sus escritos.
El editor de libros narra una historia que merece ser contada, y pretende sacar a la luz la importancia del talento escondido detrás de los artistas, el imprescindible papel del editor en la literatura, pero a su vez, la definitiva influencia en el producto final que llega a las manos del lector. Y así, el filme nos deja con la duda de ¿qué tanto de lo que leemos ha sido cortado por las tijeras de la edición? Y si las obras de arte deben ser tocadas o delineadas por alguien externo con el fin de acercarlas al lector.
Tráiler
Ficha técnica:
El editor de libros / Pasión por las letras (Genius), Reino Unido, 2016.Dirección: Michael Grandage
Duración: 104 minutos minutos
Guion: John Logan (Libro: A.Scott Berg)
Fotografía: Ben Davis
Música: Adam Cork
Reparto: Colin Firth, Jude Law, Nicole Kidman, Laura Linney, Guy Pearce, Dominic West, Vanessa Kirby, Demetri Goritsas, Katherine Kingsley, Andrew Byron, Jacqui Boatswain, Leon Seth
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